5/01/2022, 13:39
Ayame sintió a Daruu acercarse a ella, pero ni siquiera por esas volvió a levantar la cabeza. Él se acuclilló, sin embargo, para que sus ojos quedasen a la misma altura. Pero la mirada de ella le rehuía continuamente. No quería mirarle. No podía mirarle. No sin que sus sentimientos la traicionaran una vez más.
Daruu había ido a hablar con Shanise después de que dejara clara su intención en convertirle en el nuevo Arashikage. Y si ya había regresado, sólo podía significar una cosa.
—Llevas toda la vida queriéndome pero odiándome a partes iguales cuando estamos en el campo de entrenamiento, Ayame, pero al final, ella te escogió a ti antes que a mí, ¿eh? —le dijo, con una sonrisa cargada de tristeza—. No quiero incordiarte mucho, pero me gustaría que supieras que Shanise me ha pedido que sea el próximo Arashikage.
Ayame apretó los puños sobre las rodillas y giró la cabeza aún más para que no viera las lágrimas que amenazaban con desbordarse de sus ojos. Le había visto combatir contra su hermano desde las profundidades de su propio subconsciente. Sabía mejor que nadie lo poderoso que era el Hyūga. Y era consciente de que había pocas personas mejor capacitadas para el puesto de líder de la aldea. Él mismo se había demostrado merecedor de aquel sombrero cuando guió de vuelta a Amegakure a las gentes de la aldea tras el atentado de Dragón Rojo en el Valle de los Dojos. Pero aún así, no quería. No podía alegrarse por su ascenso. No después de ver morir a Yui de aquella manera. Al colocarse el sombrero de Arashikage, Daruu se convertiría en la próxima diana de Kurama, de Dragón Rojo, de cualquier amenaza. No podía perder a nadie más de aquella manera... ¡No lo soportaría!
Daruu se levantó, dándose la vuelta en el proceso. Se rascaba la nuca, con gesto incómodo. Posiblemente estaba leyendo a través de los gestos de Ayame. Posiblemente...
—Y que yo lo he rechazado.
Aquellas tres palabras cayeron sobre ella como un cubo de agua fría. Incapaz de creer lo que estaba escuchando, Ayame alzó la cabeza y, por primera vez en mucho tiempo, clavó sus ojos abiertos de par en par en Daruu. ¿Le había entendido bien? ¿No le habían traicionado sus oídos? ¿De verdad había...?
¿Había rechazado el puesto de Arashikage?
Daruu había ido a hablar con Shanise después de que dejara clara su intención en convertirle en el nuevo Arashikage. Y si ya había regresado, sólo podía significar una cosa.
—Llevas toda la vida queriéndome pero odiándome a partes iguales cuando estamos en el campo de entrenamiento, Ayame, pero al final, ella te escogió a ti antes que a mí, ¿eh? —le dijo, con una sonrisa cargada de tristeza—. No quiero incordiarte mucho, pero me gustaría que supieras que Shanise me ha pedido que sea el próximo Arashikage.
Ayame apretó los puños sobre las rodillas y giró la cabeza aún más para que no viera las lágrimas que amenazaban con desbordarse de sus ojos. Le había visto combatir contra su hermano desde las profundidades de su propio subconsciente. Sabía mejor que nadie lo poderoso que era el Hyūga. Y era consciente de que había pocas personas mejor capacitadas para el puesto de líder de la aldea. Él mismo se había demostrado merecedor de aquel sombrero cuando guió de vuelta a Amegakure a las gentes de la aldea tras el atentado de Dragón Rojo en el Valle de los Dojos. Pero aún así, no quería. No podía alegrarse por su ascenso. No después de ver morir a Yui de aquella manera. Al colocarse el sombrero de Arashikage, Daruu se convertiría en la próxima diana de Kurama, de Dragón Rojo, de cualquier amenaza. No podía perder a nadie más de aquella manera... ¡No lo soportaría!
Daruu se levantó, dándose la vuelta en el proceso. Se rascaba la nuca, con gesto incómodo. Posiblemente estaba leyendo a través de los gestos de Ayame. Posiblemente...
—Y que yo lo he rechazado.
Aquellas tres palabras cayeron sobre ella como un cubo de agua fría. Incapaz de creer lo que estaba escuchando, Ayame alzó la cabeza y, por primera vez en mucho tiempo, clavó sus ojos abiertos de par en par en Daruu. ¿Le había entendido bien? ¿No le habían traicionado sus oídos? ¿De verdad había...?
¿Había rechazado el puesto de Arashikage?