17/01/2022, 17:06
Él la rodeó con sus brazos, y Ayame se apretó contra él, agarrándose a su ropa y aspirando su aroma. Pocas cosas le hacían más sentir más segura que uno de sus abrazos. Pocas cosas le hacían sentir más segura que su olor.
—Nunca estarás sola, Ayame —escuchó junto a su oído—. No lo olvides, por favor. Sé que no estás bien. Sé que necesitas tiempo. Pero cuando te sientas con fuerzas, yo seguiré ahí. ¿Vale?
Ella tardó un poco en responder. Daruu no podría verlo, pero había abierto la boca, como si durante un instante hubiese querido decir algo en voz alta. Sin embargo, al final terminó por morderse el labio y asentir, en completo silencio. Lo sentía. Lo sentía mucho. Y al mismo tiempo estaba inmensamente agradecida. Pero aún no era capaz de expresarlo con palabras...
—Nunca estarás sola, Ayame —escuchó junto a su oído—. No lo olvides, por favor. Sé que no estás bien. Sé que necesitas tiempo. Pero cuando te sientas con fuerzas, yo seguiré ahí. ¿Vale?
Ella tardó un poco en responder. Daruu no podría verlo, pero había abierto la boca, como si durante un instante hubiese querido decir algo en voz alta. Sin embargo, al final terminó por morderse el labio y asentir, en completo silencio. Lo sentía. Lo sentía mucho. Y al mismo tiempo estaba inmensamente agradecida. Pero aún no era capaz de expresarlo con palabras...