3/02/2022, 14:18
Claro que no, Zaide no tenía ni puta idea de cuál era el camino a seguir. Por primera vez desde que me lo crucé en el Valle del Fin que sentía como empezaba a dudar. La verdad es que no era para menos, la situación lo ameritaba. Jamás me había enfrentado a algo así, eran copias nuestras, eso parecía lo bastante claro pero... ¿de donde salían? ¿compartíamos puntos débiles? Demasiadas preguntas y, al parecer, las respuestas iban a tener que esperar.
—Ah... es cierto. Atado de pies y manos
Ya lo sabía, claro, pero el mero hecho de que me lo estuviese recordando hizo que la rabia tensase mi cuerpo, apretando mis puños.
Déjame preguntarte una cosa, yo, ¿y después qué harás? ¿Huirás de ese Uchiha malnacido? ¿Regresarás a Kusagakure? ¿Volverás a postrarte a las botas de esa puta de Kintsugi? Eres patético.
— La verdad es que eso no es asunto tuyo. Ya pensaré en algo, no te preocupes
Oh, pero el que debía preocuparse era yo. Reconocí aquella secuencia de sellos al instante y golpee con las manos la espalda de Zaide que la notaba tocando la mía.
—¡Decídete rápido, o terminarás frito! —
— ¡Mierda, Zaide, haz algo! — supliqué.
Sentí la risa de aquel extraño Yota como una punzada en el orgullo y de repente algo surgió de debajo de mis pies, elevándome a mí y a mi captor para evitar el puto kangekiha. O mejor dicho, los kangekihas, puesto que el otro Zaide también usó uno. Afortunadamente el pilar no se derrumbó cuando sufrió aquel ataque «¿coordinado?». No sabía si me asustaba más el hecho de tener que pelear contra mi mismo y contra otro Zaide o el hecho de que estuviesen compenetrados.
—Ahí tienes lo que querías—el mecanismo hizo su parte y mis manos fueron liberadas, finalmente.—. Ahora no te quejes.
— Joder, si que te veo apurado. No me quejaré, no. Y tu tampoco te arrepentirás. Si esos cabrones están compenetrados nosotros también podemos hacerlo
Junte mis manos y me las fregué un poco como pensando qué hacer. El tiempo apremiaba. Me mordí el dedo y un hilillo de sangre surgió del pulgar.
— Ocupate de tu copia, descubre tu punto débil y ataca sin piedad
Tras aquellas palabras salté al vacío haciendo una secuencia de sellos. Planté la mano en el aire y surgió una nube de humo repentina de gran tamaño. Para cuando desapareció una araña de unos 3 metros apareció. De tal forma de que entre el extraño Yota y nuestra posición habían unos escasos 3 metros. Como Kumopansa, era azabache, pero disponía de unas marcas atigradas anaranjadas y respondía a otro nombre.
— Te he echado mucho de menos, mi querida Kumokichi
— Esperame dejame adivinar... ¿otra vez buscando pelea? Espera... ¿ese no eres tu?
— Como voy a ser yo si estoy encima tuyo — entonces fijé la mirada en mi falso yo — Bueno, ahora que ya no estoy atado puedo responderte. Vamos a patearte el culo a ti y a tu amiguito
«Pero antes debo recobrar el aliento»
Le di una palmadita en la espalda a Kumokichi, la cual resopló y tras unos instantes escupió una llamarada de fuego directa a nuestro enemigo, la cual avanzaría unos 10 metros.
—Ah... es cierto. Atado de pies y manos
Ya lo sabía, claro, pero el mero hecho de que me lo estuviese recordando hizo que la rabia tensase mi cuerpo, apretando mis puños.
Déjame preguntarte una cosa, yo, ¿y después qué harás? ¿Huirás de ese Uchiha malnacido? ¿Regresarás a Kusagakure? ¿Volverás a postrarte a las botas de esa puta de Kintsugi? Eres patético.
— La verdad es que eso no es asunto tuyo. Ya pensaré en algo, no te preocupes
Oh, pero el que debía preocuparse era yo. Reconocí aquella secuencia de sellos al instante y golpee con las manos la espalda de Zaide que la notaba tocando la mía.
—¡Decídete rápido, o terminarás frito! —
— ¡Mierda, Zaide, haz algo! — supliqué.
Sentí la risa de aquel extraño Yota como una punzada en el orgullo y de repente algo surgió de debajo de mis pies, elevándome a mí y a mi captor para evitar el puto kangekiha. O mejor dicho, los kangekihas, puesto que el otro Zaide también usó uno. Afortunadamente el pilar no se derrumbó cuando sufrió aquel ataque «¿coordinado?». No sabía si me asustaba más el hecho de tener que pelear contra mi mismo y contra otro Zaide o el hecho de que estuviesen compenetrados.
—Ahí tienes lo que querías—el mecanismo hizo su parte y mis manos fueron liberadas, finalmente.—. Ahora no te quejes.
— Joder, si que te veo apurado. No me quejaré, no. Y tu tampoco te arrepentirás. Si esos cabrones están compenetrados nosotros también podemos hacerlo
Junte mis manos y me las fregué un poco como pensando qué hacer. El tiempo apremiaba. Me mordí el dedo y un hilillo de sangre surgió del pulgar.
— Ocupate de tu copia, descubre tu punto débil y ataca sin piedad
Tras aquellas palabras salté al vacío haciendo una secuencia de sellos. Planté la mano en el aire y surgió una nube de humo repentina de gran tamaño. Para cuando desapareció una araña de unos 3 metros apareció. De tal forma de que entre el extraño Yota y nuestra posición habían unos escasos 3 metros. Como Kumopansa, era azabache, pero disponía de unas marcas atigradas anaranjadas y respondía a otro nombre.
— Te he echado mucho de menos, mi querida Kumokichi
— Esperame dejame adivinar... ¿otra vez buscando pelea? Espera... ¿ese no eres tu?
— Como voy a ser yo si estoy encima tuyo — entonces fijé la mirada en mi falso yo — Bueno, ahora que ya no estoy atado puedo responderte. Vamos a patearte el culo a ti y a tu amiguito
«Pero antes debo recobrar el aliento»
Le di una palmadita en la espalda a Kumokichi, la cual resopló y tras unos instantes escupió una llamarada de fuego directa a nuestro enemigo, la cual avanzaría unos 10 metros.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa