6/02/2022, 19:19
Aquello la obligo a mirar de nuevo a su alrededor, observando al resto de comensales y clientes que había presentes. Ahora todos clavaban su mirada sobre ella, y esta lo hizo sobre el chico que le había llamado la atención después de dejarle hablar.
— Entiendo perfectamente que puedan estar pasando por una mala situación — manteniendo el malestar en su mirada, y todavía arqueando una ceja, a la vez que sostenía la tacita con la misma mano que señalo al mesero. — Pero hacer negocio aprovechando dicha desgracia me pone más enferma. Ahora es alcohol y agua, pero luego puede ser serrín en los caldos — añadió finalmente.
Fue entonces cuando percibió el destello plateado que mostraba el símbolo de la lluvia. Bebió de un trago el sake, y posteriormente se llevó una mano a un portaobjetos trasero en búsqueda de su monedero. Con el barullo que había formado y sus rudas formas habituales, puede que el chico llegara a malinterpretar lo que estaba haciendo y es que la chica era completamente alguien que engañaba por sus apariencias y formas.
Abrió un pequeño zurrón de cuero marrón, en el que buscó un par de monedas que dejaría sobre la barra.
— Oh vaya, eres de la lluvia ¿qué te trae por aquí? ¿Haciendo una ronda de patrulla? — no apartaba la mirada de aquella pequeña bolsa, mientras buscaba el dinero. — Aunque supongo que la pregunta de verdad es que hago yo tan alejada de los bosques ¿no? ¡JAJAJAJA!
Su risa era algo estridente y aguda, pero sincera lo que contrastaba en gran medida.
— Entiendo perfectamente que puedan estar pasando por una mala situación — manteniendo el malestar en su mirada, y todavía arqueando una ceja, a la vez que sostenía la tacita con la misma mano que señalo al mesero. — Pero hacer negocio aprovechando dicha desgracia me pone más enferma. Ahora es alcohol y agua, pero luego puede ser serrín en los caldos — añadió finalmente.
Fue entonces cuando percibió el destello plateado que mostraba el símbolo de la lluvia. Bebió de un trago el sake, y posteriormente se llevó una mano a un portaobjetos trasero en búsqueda de su monedero. Con el barullo que había formado y sus rudas formas habituales, puede que el chico llegara a malinterpretar lo que estaba haciendo y es que la chica era completamente alguien que engañaba por sus apariencias y formas.
Abrió un pequeño zurrón de cuero marrón, en el que buscó un par de monedas que dejaría sobre la barra.
— Oh vaya, eres de la lluvia ¿qué te trae por aquí? ¿Haciendo una ronda de patrulla? — no apartaba la mirada de aquella pequeña bolsa, mientras buscaba el dinero. — Aunque supongo que la pregunta de verdad es que hago yo tan alejada de los bosques ¿no? ¡JAJAJAJA!
Su risa era algo estridente y aguda, pero sincera lo que contrastaba en gran medida.
¡Gracias a Ranko por el avatar!