2/02/2016, 00:38
Kazuma, como era obvio, se daria cuenta de que lo que habia dicho estaba totalmente a destiempo y no tenia ningún tipo de ventaja para la mision o para la vida en general. Así que se retractaria como buen siervo que era. Tras apuntarlo todo, la secretaria le daria un aviso barra amenaza sobre lo grave que era robar. Que mujer, estaban en acto de servicio y eran adolescentes, ¿que coño iban a robar de un escobero?
Volvió con su equipo que parecia más necesitado que nunca. Juro le dio un cepillo que agarró sin pena ni gloria. Acto seguido, se pusieron en marcha a su verdadera misión. A la calle de la limpieza. Al eden de los grafiteros. A la casa de los pintamuros. En realidad, no llegaron ni a cruzar el puente, pues de él surgió una mujer bajita con gafas y moño dispuesta a pararles en su valerosa hazaña.
- Esperad... Por... Favor....urgente... - la mujer trato de hablar, y a cada palabra tenía que coger más aire por su impaciencia. Finalmente, cogió todo el aire que pudo - Necesito que me escuchéis... Es muy importante. Tengo información sobre el crimen...
Viendo que lo que decia la mujer no tenia nada que ver con ellos, supuso que los habia confundido con algún tipo de funcionarios o becarios o chicos en practicas. Pero estaba claro que un trio de niños con cepillos y otro utensilios de limpieza en las manos no eran la mejor solución para pedir ayuda. Al parecer tenia información sobre un crimen, pero o aquella mujer era adivina o era improbable que hubiera descubierto que ellos iban a limpiar susodicho arte urbano. De todas formas, lo mejor seria mandarla a la secretaria y ya ella disfrutara su confesión de forma exhaustiva, que parecia tener demasiado tiempo libre.
—Creo que esta confundida... —Kazuma no sabía cómo responder ante tanta agitación—. Nuestra misión es solo limpiar una paredes, señora.
Se llevó la mano a la cara, la mano que no tenia el cepillo. Acababa de soltarle a una civil, cual era su misión. El nivel de confidencialidad de Kazuma le sorprendió, para mal, pero le sorprendió. Esperaba que Juro fuera el más inocente de los tres. Al parecer el Ishimura solo era suelto de lengua. El rubio por su parte esperó a ver si la mujer soltaba algo más, mirando desde atras la escena.
Volvió con su equipo que parecia más necesitado que nunca. Juro le dio un cepillo que agarró sin pena ni gloria. Acto seguido, se pusieron en marcha a su verdadera misión. A la calle de la limpieza. Al eden de los grafiteros. A la casa de los pintamuros. En realidad, no llegaron ni a cruzar el puente, pues de él surgió una mujer bajita con gafas y moño dispuesta a pararles en su valerosa hazaña.
- Esperad... Por... Favor....urgente... - la mujer trato de hablar, y a cada palabra tenía que coger más aire por su impaciencia. Finalmente, cogió todo el aire que pudo - Necesito que me escuchéis... Es muy importante. Tengo información sobre el crimen...
Viendo que lo que decia la mujer no tenia nada que ver con ellos, supuso que los habia confundido con algún tipo de funcionarios o becarios o chicos en practicas. Pero estaba claro que un trio de niños con cepillos y otro utensilios de limpieza en las manos no eran la mejor solución para pedir ayuda. Al parecer tenia información sobre un crimen, pero o aquella mujer era adivina o era improbable que hubiera descubierto que ellos iban a limpiar susodicho arte urbano. De todas formas, lo mejor seria mandarla a la secretaria y ya ella disfrutara su confesión de forma exhaustiva, que parecia tener demasiado tiempo libre.
—Creo que esta confundida... —Kazuma no sabía cómo responder ante tanta agitación—. Nuestra misión es solo limpiar una paredes, señora.
Se llevó la mano a la cara, la mano que no tenia el cepillo. Acababa de soltarle a una civil, cual era su misión. El nivel de confidencialidad de Kazuma le sorprendió, para mal, pero le sorprendió. Esperaba que Juro fuera el más inocente de los tres. Al parecer el Ishimura solo era suelto de lengua. El rubio por su parte esperó a ver si la mujer soltaba algo más, mirando desde atras la escena.
—Nabi—