7/03/2022, 21:24
Zaide bufó, encendido.
—¡Cállate, joder! —Hacía tiempo que no conseguían sacarle así de sus casillas. Literalmente meses. El hecho de que fuese un ser con su cara y su voz no ayudaba al asunto—. ¿Qué coño sabrás tú de mí, eh? Puto bastardo… ¡SAL DE MI PUTA CABEZA!
Un fino relámpago azulado salió disparado al cielo. Había alguien tras el pilar de tierra, y el Uchiha pudo imaginarse de quién se trataba y lo que hacía. Pero no le importaba. En aquellos momentos, ni tan siquiera se acordaba de lo que iba a decirle a aquel monstruo. De aquello que le faltaba.
No, en aquellos momentos, solo podía pensar en una cosa:
—¡SAL!
Su vida: una historia de pequeños éxitos y grandes fracasos. Había amado. Había roto corazones. Le habían roto el suyo y había tratado de recoger los añicos. Había hecho demasiadas cosas de las que se arrepentía, y se arrepentía de cosas que no había hecho. Una vida llena de luces y sombras, pero era su puta vida. Suya. Y cuando la gente pronunciaba su nombre, lo hacía con miedo, con odio, con emoción o respeto. Nunca con lástima. Nunca con burla.
Pero, aquel tío… Aquel tío se metía en su jodida cabeza y sabía la verdad. Sabía que era un fraude. Sabía que había roto el puto Código, ese del que tanto se había enorgullecido, más veces de las que podía contar con sus manos. Sabía… Sabía de su hermana. Sabía que se odiaba a sí mismo. Sabía que se había intentado suicidar y hasta en eso había fracasado.
Le dieron ganas de vomitar.
—¡¡¡SAL HE DICHO!!!
Sus manos se habían juntado, formando un arco de electricidad pura que provocó el sonido de un trueno.
Tensó el arco.
Una flecha atronadora salió disparada hacia el pecho del Zaide oscuro. Si lo esquivaba, colisionaría contra el pilar de tierra que tenía justo detrás, estallando en una corriente circular de cinco metros a la redonda e impactando, con suerte, tanto en él como en la persona que se ocultaba detrás.
—¡Cállate, joder! —Hacía tiempo que no conseguían sacarle así de sus casillas. Literalmente meses. El hecho de que fuese un ser con su cara y su voz no ayudaba al asunto—. ¿Qué coño sabrás tú de mí, eh? Puto bastardo… ¡SAL DE MI PUTA CABEZA!
Un fino relámpago azulado salió disparado al cielo. Había alguien tras el pilar de tierra, y el Uchiha pudo imaginarse de quién se trataba y lo que hacía. Pero no le importaba. En aquellos momentos, ni tan siquiera se acordaba de lo que iba a decirle a aquel monstruo. De aquello que le faltaba.
No, en aquellos momentos, solo podía pensar en una cosa:
—¡SAL!
Su vida: una historia de pequeños éxitos y grandes fracasos. Había amado. Había roto corazones. Le habían roto el suyo y había tratado de recoger los añicos. Había hecho demasiadas cosas de las que se arrepentía, y se arrepentía de cosas que no había hecho. Una vida llena de luces y sombras, pero era su puta vida. Suya. Y cuando la gente pronunciaba su nombre, lo hacía con miedo, con odio, con emoción o respeto. Nunca con lástima. Nunca con burla.
Pero, aquel tío… Aquel tío se metía en su jodida cabeza y sabía la verdad. Sabía que era un fraude. Sabía que había roto el puto Código, ese del que tanto se había enorgullecido, más veces de las que podía contar con sus manos. Sabía… Sabía de su hermana. Sabía que se odiaba a sí mismo. Sabía que se había intentado suicidar y hasta en eso había fracasado.
Le dieron ganas de vomitar.
—¡¡¡SAL HE DICHO!!!
¡¡¡BRUUUUMMMM!!!
Sus manos se habían juntado, formando un arco de electricidad pura que provocó el sonido de un trueno.
Tensó el arco.
¡¡¡BRUUUUMMMM!!!
Una flecha atronadora salió disparada hacia el pecho del Zaide oscuro. Si lo esquivaba, colisionaría contra el pilar de tierra que tenía justo detrás, estallando en una corriente circular de cinco metros a la redonda e impactando, con suerte, tanto en él como en la persona que se ocultaba detrás.
![[Imagen: Uchiha-Zaide-eyes2.png]](https://i.ibb.co/gwnNShR/Uchiha-Zaide-eyes2.png)