13/04/2022, 00:06
Ante las palabras de Hayato, el Uzukage no pudo evitar burlarse con que él podía manipular los cinco elementos. Aunque terminó aceptando que llegar a manejar uno solo hasta la perfección no era tampoco mala idea. PERO... ¿Los cinco elementos? ¿en serio?. Muchos habían llegado a ser maestros de la academia manipulando tan solo 2, y otros llegaron a ser considerados unas leyendas por controlar 3, o incluso 4 elementos. Tener control sobre los cinco elementos... lo hacían un auténtico monstruo. No en el mal sentido, si no justo lo contrario. Ojalá nunca lo tuviese como oponente, pues enfrentar a alguien como Datsue debía ser como firmar los papeles de la eutanasia.
Terminaron los bocadillos, así como parte del contenido de la botella, y con ello dieron por terminada la merienda. Tras ello, pusieron de nuevo pies en polvorosa, y continuaron con el interminable viaje. Un viaje que quizás hubiese sido más corto sin la puñetera decisión de que ningún jinchuuriki podía tocar ese país, la verdad. Pero bueno, al menos podían disfrutar de un largo viaje para charlar de todo.
Casi al llegar, Datsue se deshizo por fin de ese estrafalario y peculiar disfraz. Eso si, la misma acción tuvo una repercusión digna: Acaparó todas las miradas. Nada más salir, con un frío digno de las más horripilantes películas de miedo, el Uchiha realizó una pequeña serie de sellos. Tras la combinación de sellos, nada pareció cambiar. Siete quedó un poco intrigado, a saber qué había hecho ahora...
«Cagoenlaputa joder... que puto frío...»
El Uzukage anunció entonces que faltarían como una o dos horas hasta Amegakure, así como también informó a Hayato que nunca había hecho el camino, y esperaba no perderse. Hayato se encogió de hombros, y no pudo evitar reírse.
—Bueno, en caso de que nos perdamos siempre podemos gritar: ¡La lluvia es una mierda!. Seguro que aparece alguien de Ame... jajajaja.
Terminaron los bocadillos, así como parte del contenido de la botella, y con ello dieron por terminada la merienda. Tras ello, pusieron de nuevo pies en polvorosa, y continuaron con el interminable viaje. Un viaje que quizás hubiese sido más corto sin la puñetera decisión de que ningún jinchuuriki podía tocar ese país, la verdad. Pero bueno, al menos podían disfrutar de un largo viaje para charlar de todo.
Casi al llegar, Datsue se deshizo por fin de ese estrafalario y peculiar disfraz. Eso si, la misma acción tuvo una repercusión digna: Acaparó todas las miradas. Nada más salir, con un frío digno de las más horripilantes películas de miedo, el Uchiha realizó una pequeña serie de sellos. Tras la combinación de sellos, nada pareció cambiar. Siete quedó un poco intrigado, a saber qué había hecho ahora...
«Cagoenlaputa joder... que puto frío...»
El Uzukage anunció entonces que faltarían como una o dos horas hasta Amegakure, así como también informó a Hayato que nunca había hecho el camino, y esperaba no perderse. Hayato se encogió de hombros, y no pudo evitar reírse.
—Bueno, en caso de que nos perdamos siempre podemos gritar: ¡La lluvia es una mierda!. Seguro que aparece alguien de Ame... jajajaja.