17/04/2022, 20:14
Hayato pareció acertar, existía algo parecido a lo que había imaginado. Lo que jamás hubiese pensado es que hasta se llamaba de esa manera, y no lo habían puesto un nombre llamativo para su venta. En fin, quizás un fallo de marketing. Pero fuese como fuese, existía ese aparato, y tenía la grandiosa oportunidad de comprarlo. Éste tipo de ocasiones solo se presentan una vez en la vida, y era casi seguro que iba a aprovecharla. A menos que costase demasiado. Obviamente, tampoco quería excederse gastando dinero, porque el dinero no cae del cielo...
—Perfe.
El hombre sacó entonces un curioso y minúsculo aparato, con tres botones. Al parecer, la música estaba "precargada" y podría escuchar esas canciones o bandas allá donde llevase ese artilugio. Además, el dependiente se tomó la libertad de explicar con todo lujo de detalles la mayor parte de los datos de interés que podía tener el susodicho reproductor. El detalle más importante era que si tenía la necesidad de cambiar las canciones, tendría que volver a esa tienda. La verdad, eso iba a ser un poco más complicado de lo que parecía.
Pero bueno, ahí estaba ese cacharro, y hasta habían tres colores para elegir: Negro, azul y rojo.
—No pasa nada, está genial. —No había ningún problema con esos colores. —Me quedaré también con uno negro, y uno rojo. ¿Me podría decir cuánto es?
Y si bien el precio no era demasiado desorbitado, compraría todo eso. Iba a ser un poco coñazo llevarlo sin mochila, pero ya buscaría las formas. Una inversión es una inversión, y con ésta no podía fallar.
—Perfe.
El hombre sacó entonces un curioso y minúsculo aparato, con tres botones. Al parecer, la música estaba "precargada" y podría escuchar esas canciones o bandas allá donde llevase ese artilugio. Además, el dependiente se tomó la libertad de explicar con todo lujo de detalles la mayor parte de los datos de interés que podía tener el susodicho reproductor. El detalle más importante era que si tenía la necesidad de cambiar las canciones, tendría que volver a esa tienda. La verdad, eso iba a ser un poco más complicado de lo que parecía.
Pero bueno, ahí estaba ese cacharro, y hasta habían tres colores para elegir: Negro, azul y rojo.
—No pasa nada, está genial. —No había ningún problema con esos colores. —Me quedaré también con uno negro, y uno rojo. ¿Me podría decir cuánto es?
Y si bien el precio no era demasiado desorbitado, compraría todo eso. Iba a ser un poco coñazo llevarlo sin mochila, pero ya buscaría las formas. Una inversión es una inversión, y con ésta no podía fallar.