23/04/2022, 12:50
Sí. Aunque pudiera parecer fruto de una ilusión, Sasagani Yota seguía vivo. Algo magullado, herido y profundamente aturdido por la batalla en la que acababa de participar de forma forzada, pero vivo. Las primeras palabras de el de Kusagakure fueron para llamar a Uchiha Zaide, pero no recibió respuesta alguna. Por esa razón, y haciendo caso a su sentido común, decidió levantarse y echar a andar. ¿Pero hacia dónde? En aquel misterioso bosque, todo parecía igual: estaba rodeado de aquellos árboles de troncos oscuros e incluso la hierba luminiscente bajo sus pies formaban una alfombra homogénea sin apenas indicaciones visuales que pudiera seguir. El norte no parecía existir en aquel lugar feérico.
Así, Yota echó a andar en lo que él juraría que era la dirección opuesta por la que habían venido.
Sí. Aunque pudiera parecer fruto de una ilusión con el Sharingan, Uchiha Zaide seguía vivo. Lleno de rabia por no haber podido acabar con su Sombra con sus propias manos, insatisfecho e incompleto a partes iguales, pero seguía vivo. Sus pensamientos derivaron hacia Sasagani Yota. ¿Habría sobrevivido? El criminal ocupó su mente con aquel pensamiento para no pensar en otra cosa. Y se puso a rastrearle.
Le costó más tiempo de lo que le hubiese gustado admitir. Uchiha Zaide se quedó acuclillado junto al cráter varios largos minutos, inspeccionando con sus afilados ojos los restos de hierba y la tierra removida en busca de una pista. Aproximadamente diez minutos después, lo encontró. Unas huellas. Apenas marcadas. Zaide tendría que mantener la concentración en ellas para seguirlas.
Sasagani Yota no llegó al lugar que esperaba. Al menos no debía serlo, si lo que esperaba era deshacer el camino andado. El bosque se había abierto a su alrededor, revelando un hermoso claro inundado de aquella luz azulada luminiscente de la hierba. El claro estaba inundado por lo que parecía ser un lago de aguas turbias y, en el centro de este, una pequeña isla a la que se podía acceder por un sendero de pequeñas islitas, que apenas medían más que su pie, que zigzagueaban sobre el el agua hasta llegar a esta. Sobre la isla central, notablemente más grande, parecía haber una especie de altar funerario... con dos espadas gemelas clavadas en cruz sobre este.
Así, Yota echó a andar en lo que él juraría que era la dirección opuesta por la que habían venido.
. . .
Sí. Aunque pudiera parecer fruto de una ilusión con el Sharingan, Uchiha Zaide seguía vivo. Lleno de rabia por no haber podido acabar con su Sombra con sus propias manos, insatisfecho e incompleto a partes iguales, pero seguía vivo. Sus pensamientos derivaron hacia Sasagani Yota. ¿Habría sobrevivido? El criminal ocupó su mente con aquel pensamiento para no pensar en otra cosa. Y se puso a rastrearle.
Tirada por rastreo:
00-- (-2)
Percepción de Uchiha Zaide: 80 (+3)
Tirada final: -2 + 3 = +1
00-- (-2)
Percepción de Uchiha Zaide: 80 (+3)
Tirada final: -2 + 3 = +1
Le costó más tiempo de lo que le hubiese gustado admitir. Uchiha Zaide se quedó acuclillado junto al cráter varios largos minutos, inspeccionando con sus afilados ojos los restos de hierba y la tierra removida en busca de una pista. Aproximadamente diez minutos después, lo encontró. Unas huellas. Apenas marcadas. Zaide tendría que mantener la concentración en ellas para seguirlas.
...
Sasagani Yota no llegó al lugar que esperaba. Al menos no debía serlo, si lo que esperaba era deshacer el camino andado. El bosque se había abierto a su alrededor, revelando un hermoso claro inundado de aquella luz azulada luminiscente de la hierba. El claro estaba inundado por lo que parecía ser un lago de aguas turbias y, en el centro de este, una pequeña isla a la que se podía acceder por un sendero de pequeñas islitas, que apenas medían más que su pie, que zigzagueaban sobre el el agua hasta llegar a esta. Sobre la isla central, notablemente más grande, parecía haber una especie de altar funerario... con dos espadas gemelas clavadas en cruz sobre este.
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