16/05/2022, 02:28
Ya habían pasado dos semanas enteras enteras desde lo sucedido en Shinogi-To para la familia Kaminari, que ahora era mucho más grande que antes. Por lo visto, la decisión de los chicos no fue sencilla, pero finalmente todos acabaron por unirse a la casa que, por suerte, era lo suficientemente grande para todos. El proceso de introducirlos a la villa tampoco fue fácil y duró toda una semana. Ni Kimi ni Chika tuvieron detalles de nada en ningún momento, pero pudieron conocer un poco a sus nuevos hermanos a lo largo de la semana en la que estuvieron con ellas.
Chika ya conocía relativamente bien a dos de ellos, Kira, la chica con la que había peleado durante el rescate de Kimi. Fue quien le había propuesto al resto quedarse con los Kaminari y parecía acostumbrarse relativamente bien a vivir con ellos, aunque pronto descubrirán que eso no es mucho decir. También estaba Kenshin, el chico que había dejado inconsciente a Chika y quien había planeado el secuestro de Kimi. Fue quien convenció al resto de chicos de quedarse con los Kaminari, pues era lo mejor para todos. Tanto Kimi como Raijin se llevaban mejor con estos dos que con el resto.
También estaban los gemelos Go y Dai, los menores de todos. A ellos Chika no los conocía demasiado bien, aunque para ser sinceros ni Kimi ni Raijin han conseguido todavía pillar a esos chicos del todo. No suelen hablar, pero el día en el que finalmente se les aceptó la estadía en Amegakure uno de ellos abrazó a Chika, mientras el otro abrazó a Raijin, agradeciéndoles. Todavía no saben cuál era cuál.
Luego estaban Momo y Ryō, los más altos y fuertes y unos buenos chicos, sin duda, si quitabas que uno era un bravucón que se creía el más fuerte del lugar y que la otra era... bueno, la otra solo era tonta, y la única que no se andaba con bravuconadas allí. Ambos se preocupaban por sus hermanos tanto como los demás. Al fin y al cabo, solo se han tenido entre ellos durante quién sabe cuánto tiempo.
Por último estaban las peores: Kiriya Mami, una de ellas, era una bravucona de cuidado y una jodida vaga. Desde el primer día ya tenía problemas con Raijin, pues es una persona estricta, pero ni siquiera él ha conseguido que se comportase. Aún así parece una persona bastante sociable, pues en el poco tiempo que lleva en la villa ha conseguido un grupo de colegas con los que sale de vez en cuando. La otra era Miki Una chica de la misma edad que Kimi que se parecía demasiado a ella. Le gusta que Raijin y Chika, a quienes ya llama "papi" y "hermana mayor" cariñosamente, le presten atención. ¿Que por qué la he catalogado junto a Mami como "de las peores"? Bueno, eso es algo para otro momento.
Todavía faltaban otros dos, que estaban todavía a prueba. Ni Chika ni Kimi los llegaron a conocer más que de pasada. A uno de ellos, Hotaru lo apodaban "Ash" porque utiliza más el Katon en forma de cenizas que el Raiton. Del otro no sabían nada especial, excepto que cuando ambos terminasen sus pruebas, todos tendrían que ingresar a la academia para convertirse en ninjas de Amegakure. Esa era la condición de que se quedasen, y en teoría no debería ser ningún problema, pues casi todos ellos eran más fuertes que tu genin promedio, pero el problema es que eran mucho, mucho menos civilizados que tu genin promedio. Joder ¡si habían algunos que no sabían leer todavía! Y Mika realmente no les había enseñado nada más que agresividad, aparentemente.
Justo aquello era lo que más preocupado tenía a Raijin. Se temía la enorme cantidad de problemas que pudieran causar y tener en cuanto entrasen a la academia, pues el sistema educativo de Amegakure era especialmente fuerte con chicos tan irreverentes como aquellos, es por eso que decidió enseñarles valores de la misma manera que se los enseñaron a él: con Karate. En un día, compró Karategis de las tallas de todos ellos allí y les dijo que tendrían que asistir a la próxima clase. Hubieron quejas, claro. Mami tenía planes para ese día, Ryō, Kenshin y Kira pensaban que era una tontería para flojos y Momo ni siquiera sabía lo que era Karate.
Raijin no aceptó un "no" por respuesta y... en resumen, que a la mañana siguiente ya estaban todos en el dojo. Raijin se encontraba sentado en Seiza en el centro de la clase, mientras todos los alumnos estaban también sentados en fila, ordenados desde los cinturones más bajos a los más altos, con las hermanas Kaminari encabezando la clase... aunque el término "hermanas Kaminari" resultaba raro de utilizar en este caso, pues habían al menos cuatro hermanas Kaminari presentes allí.
Mami parecía haberse traído a un amigo, pero a Raijin no parecía importarle. Era hora de empezar la clase y hoy le tocaba a Chika hacer el saludo inicial.
Chika ya conocía relativamente bien a dos de ellos, Kira, la chica con la que había peleado durante el rescate de Kimi. Fue quien le había propuesto al resto quedarse con los Kaminari y parecía acostumbrarse relativamente bien a vivir con ellos, aunque pronto descubrirán que eso no es mucho decir. También estaba Kenshin, el chico que había dejado inconsciente a Chika y quien había planeado el secuestro de Kimi. Fue quien convenció al resto de chicos de quedarse con los Kaminari, pues era lo mejor para todos. Tanto Kimi como Raijin se llevaban mejor con estos dos que con el resto.
También estaban los gemelos Go y Dai, los menores de todos. A ellos Chika no los conocía demasiado bien, aunque para ser sinceros ni Kimi ni Raijin han conseguido todavía pillar a esos chicos del todo. No suelen hablar, pero el día en el que finalmente se les aceptó la estadía en Amegakure uno de ellos abrazó a Chika, mientras el otro abrazó a Raijin, agradeciéndoles. Todavía no saben cuál era cuál.
Luego estaban Momo y Ryō, los más altos y fuertes y unos buenos chicos, sin duda, si quitabas que uno era un bravucón que se creía el más fuerte del lugar y que la otra era... bueno, la otra solo era tonta, y la única que no se andaba con bravuconadas allí. Ambos se preocupaban por sus hermanos tanto como los demás. Al fin y al cabo, solo se han tenido entre ellos durante quién sabe cuánto tiempo.
Por último estaban las peores: Kiriya Mami, una de ellas, era una bravucona de cuidado y una jodida vaga. Desde el primer día ya tenía problemas con Raijin, pues es una persona estricta, pero ni siquiera él ha conseguido que se comportase. Aún así parece una persona bastante sociable, pues en el poco tiempo que lleva en la villa ha conseguido un grupo de colegas con los que sale de vez en cuando. La otra era Miki Una chica de la misma edad que Kimi que se parecía demasiado a ella. Le gusta que Raijin y Chika, a quienes ya llama "papi" y "hermana mayor" cariñosamente, le presten atención. ¿Que por qué la he catalogado junto a Mami como "de las peores"? Bueno, eso es algo para otro momento.
Todavía faltaban otros dos, que estaban todavía a prueba. Ni Chika ni Kimi los llegaron a conocer más que de pasada. A uno de ellos, Hotaru lo apodaban "Ash" porque utiliza más el Katon en forma de cenizas que el Raiton. Del otro no sabían nada especial, excepto que cuando ambos terminasen sus pruebas, todos tendrían que ingresar a la academia para convertirse en ninjas de Amegakure. Esa era la condición de que se quedasen, y en teoría no debería ser ningún problema, pues casi todos ellos eran más fuertes que tu genin promedio, pero el problema es que eran mucho, mucho menos civilizados que tu genin promedio. Joder ¡si habían algunos que no sabían leer todavía! Y Mika realmente no les había enseñado nada más que agresividad, aparentemente.
Justo aquello era lo que más preocupado tenía a Raijin. Se temía la enorme cantidad de problemas que pudieran causar y tener en cuanto entrasen a la academia, pues el sistema educativo de Amegakure era especialmente fuerte con chicos tan irreverentes como aquellos, es por eso que decidió enseñarles valores de la misma manera que se los enseñaron a él: con Karate. En un día, compró Karategis de las tallas de todos ellos allí y les dijo que tendrían que asistir a la próxima clase. Hubieron quejas, claro. Mami tenía planes para ese día, Ryō, Kenshin y Kira pensaban que era una tontería para flojos y Momo ni siquiera sabía lo que era Karate.
Raijin no aceptó un "no" por respuesta y... en resumen, que a la mañana siguiente ya estaban todos en el dojo. Raijin se encontraba sentado en Seiza en el centro de la clase, mientras todos los alumnos estaban también sentados en fila, ordenados desde los cinturones más bajos a los más altos, con las hermanas Kaminari encabezando la clase... aunque el término "hermanas Kaminari" resultaba raro de utilizar en este caso, pues habían al menos cuatro hermanas Kaminari presentes allí.
Mami parecía haberse traído a un amigo, pero a Raijin no parecía importarle. Era hora de empezar la clase y hoy le tocaba a Chika hacer el saludo inicial.