17/05/2022, 20:41
(Última modificación: 17/05/2022, 20:42 por Senju Hayato.)
Hacía varios días, un encargado del hospital de Amegakure había ido al edificio de la Arashikage, y en la propia recepción había solicitado a un grupo de genins con un propósito muy sencillo y claro. No había sido una visita muy especial, de hecho había sido una más del montón. Decenas de visitas así tenían lugar día si y día también. Era la vida en la villa, lo que le daba movimiento al mundo shinobi.
A la tarde de ese mismo día, un mensajero llevaría un pergamino a cada partícipe de la asignación. No era algo para cumplir de inmediato, el mensajero les especificaría a cada uno que debían presentarse en el sitio —El hospital— al día siguiente, a media mañana.
El contenido del pergamino era...
La mañana siguiente, despertaba cómo no lluviosa y magnífica. No hacía ni frío ni calor, que al fin y al cabo, era todo lo que se podía desear.
A la tarde de ese mismo día, un mensajero llevaría un pergamino a cada partícipe de la asignación. No era algo para cumplir de inmediato, el mensajero les especificaría a cada uno que debían presentarse en el sitio —El hospital— al día siguiente, a media mañana.
El contenido del pergamino era...
La mañana siguiente, despertaba cómo no lluviosa y magnífica. No hacía ni frío ni calor, que al fin y al cabo, era todo lo que se podía desear.