11/11/2022, 12:45
—Lo estamos —escuchó Daigo, al abrir los ojos—. Lo estamos.
La pared de tierra había sido derruida —todo indicaba que por sus Raitones—, y los únicos cadáveres que se encontraban en el pasillo eran de sus enemigos y Chillidos. La Hambrienta estaba junto a ellos, leyendo fervientemente un cuaderno. La Llorona también estaba, inconsciente pero viva, con la cara destrozada. El único que faltaba era…
—Risitas leyó algo del diario y se ha pirado entre risas. Ya sé que decir eso es redundante con él, pero… Eran otro tipo de carcajadas. Como si acabase de darse cuenta de algo muy gracioso.
»Lo que hemos encontrado en la caja fuerte. Una puta fotografía —dijo, mostrándole una niña pequeña abrazando una muñeca de madera con sus padres tras ella, sonrientes—. Y ese puto diario.
»¿Has encontrado ya algo, Hambrienta? No sé qué pasará tras la muerte de Nathifa, pero preferiría no estar aquí para descubrirlo.
La pared de tierra había sido derruida —todo indicaba que por sus Raitones—, y los únicos cadáveres que se encontraban en el pasillo eran de sus enemigos y Chillidos. La Hambrienta estaba junto a ellos, leyendo fervientemente un cuaderno. La Llorona también estaba, inconsciente pero viva, con la cara destrozada. El único que faltaba era…
—Risitas leyó algo del diario y se ha pirado entre risas. Ya sé que decir eso es redundante con él, pero… Eran otro tipo de carcajadas. Como si acabase de darse cuenta de algo muy gracioso.
»Lo que hemos encontrado en la caja fuerte. Una puta fotografía —dijo, mostrándole una niña pequeña abrazando una muñeca de madera con sus padres tras ella, sonrientes—. Y ese puto diario.
»¿Has encontrado ya algo, Hambrienta? No sé qué pasará tras la muerte de Nathifa, pero preferiría no estar aquí para descubrirlo.