9/03/2023, 13:07
Daigo se creía que el camino de bajada hacia el Hall era un infierno, pero no. No podía estar más equivocado. El camino de bajada apenas era el vestíbulo. El de subida, en cambio, eran los nueve putos círculos de golpe y no ayudaba nada lo intoxicado que iba Hanrei, que se lo tomaba todo con humor mientras Daigo intentaba que sus piernas no lo matasen.
— Sí. Me aleg... —Pero antes de que pudiese terminar de hablar, Hanrei lo interrumpió con un beso en todos los morros. Parecía que estaba muy contento, mientras que Daigo tardó unos segundos en recomponerse.
Aunque el chico dudó al principio, aceptó ir a espaldas de Hanrei por las lianas, acabando muy sorprendido por no haberse estrellado en ningún momento. Al final del camino, cuando parecían haber llegado a su objetivo, el gorila se deslizó por una liana hasta quedar al pie de un enorme lago, que estaba cubierto de una capa blanca con múltiples círculos de colores en su interior.
Mientras Hanrei le presentaba el lugar, Daigo se inclinaba al frente para ver mejor el lugar, asombrado. ¿Era posible alucinar por comer insectos? No lo sabía, pero debía ser lo que estaba sucediendo, porque en su vida había visto un sitio como aquel. No brillaba, ni parecía mágico, pero definitivamente era un sitio especial. Uno al que, aparentemente, los guerreros acudían para sanarse.
Devolvió su atención a Hanrei cuando empezó a hablar de Baruck y el banquete. Estaba claro que aquel gorila buscaba algo con el espectáculo que había montado, pero Daigo todavía no sabía el qué. Probablemente estaba aprovechando que el líder estaba fuera para implantar la duda sobre las tradiciones en el pueblo, o quizás estaba buscando a otros gorilas que pensasen como él. Fuese para lo que fuese, definitivamente no había hecho ese discurso para nada, aunque Daigo todavía no tenía muy claros sus objetivos. Tampoco sabía qué había visto Baruck en él. Algo bueno, esperaba.
— No me debes nada, de verdad, solo... estoy feliz de haber podido ayudar a tu hermano. —Le respondió. No importaba cuantas veces sucediese, pero siempre se sentía incómodo cuando le agradecían—. Pero, incluso si eres el único que lo hace, es un honor que me consideres parte de la familia. No te decepcionaré.
— Sí. Me aleg... —Pero antes de que pudiese terminar de hablar, Hanrei lo interrumpió con un beso en todos los morros. Parecía que estaba muy contento, mientras que Daigo tardó unos segundos en recomponerse.
Aunque el chico dudó al principio, aceptó ir a espaldas de Hanrei por las lianas, acabando muy sorprendido por no haberse estrellado en ningún momento. Al final del camino, cuando parecían haber llegado a su objetivo, el gorila se deslizó por una liana hasta quedar al pie de un enorme lago, que estaba cubierto de una capa blanca con múltiples círculos de colores en su interior.
Mientras Hanrei le presentaba el lugar, Daigo se inclinaba al frente para ver mejor el lugar, asombrado. ¿Era posible alucinar por comer insectos? No lo sabía, pero debía ser lo que estaba sucediendo, porque en su vida había visto un sitio como aquel. No brillaba, ni parecía mágico, pero definitivamente era un sitio especial. Uno al que, aparentemente, los guerreros acudían para sanarse.
Devolvió su atención a Hanrei cuando empezó a hablar de Baruck y el banquete. Estaba claro que aquel gorila buscaba algo con el espectáculo que había montado, pero Daigo todavía no sabía el qué. Probablemente estaba aprovechando que el líder estaba fuera para implantar la duda sobre las tradiciones en el pueblo, o quizás estaba buscando a otros gorilas que pensasen como él. Fuese para lo que fuese, definitivamente no había hecho ese discurso para nada, aunque Daigo todavía no tenía muy claros sus objetivos. Tampoco sabía qué había visto Baruck en él. Algo bueno, esperaba.
— No me debes nada, de verdad, solo... estoy feliz de haber podido ayudar a tu hermano. —Le respondió. No importaba cuantas veces sucediese, pero siempre se sentía incómodo cuando le agradecían—. Pero, incluso si eres el único que lo hace, es un honor que me consideres parte de la familia. No te decepcionaré.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.