10/03/2023, 01:28
Por primera vez en toda la conversación, Barduck abrió los ojos y dirigió la mirada directamente a la luna. Como si fuese un guerrero del espacio, todo su cuerpo empezó a mutar poco a poco. Primero fueron sus ojos, que se tornaron completamente rojos; luego su pecho, que empezó a palpitar con fuerza y por último todo su cuerpo que empezó a crecer y a crecer hasta convertirlo en un gigante.
— ¿¡Pero qué...!?
Daigo empezó a retroceder, sorprendido, mientras Baruck lo señalaba con el dedo y se protegió con los brazos cuando dejó caer su puño sobre él. ¿¡Qué coño estaba pasando!? ¿¡Por qué estaba tan enfadado!? Toda su mente empezó a correr a toda velocidad mientras pensaba en cómo saldría de aquella y qué haría después.
Pero nada de eso hizo falta. Baruck no estaba enfadado, solo le estaba gastando una broma de la que Daigo tardó varios segundos en recomponerse.
Mientras Daigo recuperaba el aliento, Baruck le habló de lo mucho que odiaba la guerra a la vez que dejaba caer que quizás podrían ser aliado. Luego le hizo otra buena pregunta, una que esta vez Daigo sí que se había a sí mismo antes, pero a la que nunca le había encontrado respuesta.
— No lo sé. —Confesó—. No sé qué haría si Kintsugi-sama me ordenarse pelear, ni si tuviese que decidir entre el bien de Kusagakure y el de los demás, pero sé que Kusagakure es mi familia y que amo Ōnindo. Encontraré las soluciones a los problemas uno a la vez y si mi placa no es compatible con mi objetivo... cambiaré lo que significa la placa.
— ¿¡Pero qué...!?
Daigo empezó a retroceder, sorprendido, mientras Baruck lo señalaba con el dedo y se protegió con los brazos cuando dejó caer su puño sobre él. ¿¡Qué coño estaba pasando!? ¿¡Por qué estaba tan enfadado!? Toda su mente empezó a correr a toda velocidad mientras pensaba en cómo saldría de aquella y qué haría después.
Pero nada de eso hizo falta. Baruck no estaba enfadado, solo le estaba gastando una broma de la que Daigo tardó varios segundos en recomponerse.
Mientras Daigo recuperaba el aliento, Baruck le habló de lo mucho que odiaba la guerra a la vez que dejaba caer que quizás podrían ser aliado. Luego le hizo otra buena pregunta, una que esta vez Daigo sí que se había a sí mismo antes, pero a la que nunca le había encontrado respuesta.
— No lo sé. —Confesó—. No sé qué haría si Kintsugi-sama me ordenarse pelear, ni si tuviese que decidir entre el bien de Kusagakure y el de los demás, pero sé que Kusagakure es mi familia y que amo Ōnindo. Encontraré las soluciones a los problemas uno a la vez y si mi placa no es compatible con mi objetivo... cambiaré lo que significa la placa.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.