10/03/2023, 01:37
Baruck asintió, complacido con la respuesta.
—Para hacer algo así se necesitar ser muy fuerte. De aquí —dijo, señalándose el bíceps prominente—. De aquí —dijo, apuntando al corazón—. De aquí —finalizó, apuntándose en la sien—. Y sé que eres fuerte, Daigo. De lo contrario, el Rey Kong y Kenzou jamás se hubiesen planteado ofrecerte firmar el Pergamino. Salvaste a Hanrei, y me gusta tu forma de pensar. Quizá me retracte en público, y te ofrezca yo mismo la firma algún día. O quizá lo haga el Rey Hermoso en su vuelta. Pero…
Baruck chasqueó la lengua.
—He hablado con los curanderos que te han visto. Ninguno me ha dado buenas noticias respecto a tu cadera, chico. Este lago tiene propiedades curativas, pero no hace milagros. Ninguno piensa que puedas volver a caminar con soltura, por mucha rehabilitación que hagas. Ya no digo correr.
Era imposible que Baruck o el Rey Hermoso le ofreciesen la firma en tales condiciones. Todo el clan gorila lo vería como una muestra de debilidad.
—Debes replantear tu camino, Daigo. Llegaste hasta aquí con la fuerza de tus puños, según he oído. Pero quizá ya no baste con eso. Sin movilidad, tus golpes no acertarán. En espacios abiertos, tu taijutsu es irrelevante. Pero es posible que…
»Escucha, Daigo. Existe una técnica ancestral capaz de fortalecer tu cuerpo más allá de sus límites naturales. Tus taijutsus se volverían más fuertes. Te haría más ágil, más resistente, menos vulnerable a los Genjutsus. Te haría ser capaz de ejecutar cosas difíciles de imaginar siquiera. Me han dicho que te gusta meditar. Esta técnica, Daigo, consiste en eso. En emplear tu energía física, pero también la de la naturaleza, en un perfecto balance. Armonía. Paz. Un nuevo camino.
»Sigo sin creer en el destino, pero tu estadía aquí puede servir para muchas cosas, a ti y a mí. Dime, ¿conoces el noble arte del Senjutsu? Podríamos enseñártelo, Daigo. No voy a engañarte, es difícil de aprender. Peligroso incluso. Mortal. Probablemente tuvieses que rehacerte como ninja, olvidar parte de lo que has aprendido. Te convertirías en un nuevo ninja. No sé si mejor que tu anterior versión, pero sin duda distinto. Renacerías.
»¿Quieres renacer, Daigo?
—Para hacer algo así se necesitar ser muy fuerte. De aquí —dijo, señalándose el bíceps prominente—. De aquí —dijo, apuntando al corazón—. De aquí —finalizó, apuntándose en la sien—. Y sé que eres fuerte, Daigo. De lo contrario, el Rey Kong y Kenzou jamás se hubiesen planteado ofrecerte firmar el Pergamino. Salvaste a Hanrei, y me gusta tu forma de pensar. Quizá me retracte en público, y te ofrezca yo mismo la firma algún día. O quizá lo haga el Rey Hermoso en su vuelta. Pero…
Baruck chasqueó la lengua.
—He hablado con los curanderos que te han visto. Ninguno me ha dado buenas noticias respecto a tu cadera, chico. Este lago tiene propiedades curativas, pero no hace milagros. Ninguno piensa que puedas volver a caminar con soltura, por mucha rehabilitación que hagas. Ya no digo correr.
Era imposible que Baruck o el Rey Hermoso le ofreciesen la firma en tales condiciones. Todo el clan gorila lo vería como una muestra de debilidad.
—Debes replantear tu camino, Daigo. Llegaste hasta aquí con la fuerza de tus puños, según he oído. Pero quizá ya no baste con eso. Sin movilidad, tus golpes no acertarán. En espacios abiertos, tu taijutsu es irrelevante. Pero es posible que…
»Escucha, Daigo. Existe una técnica ancestral capaz de fortalecer tu cuerpo más allá de sus límites naturales. Tus taijutsus se volverían más fuertes. Te haría más ágil, más resistente, menos vulnerable a los Genjutsus. Te haría ser capaz de ejecutar cosas difíciles de imaginar siquiera. Me han dicho que te gusta meditar. Esta técnica, Daigo, consiste en eso. En emplear tu energía física, pero también la de la naturaleza, en un perfecto balance. Armonía. Paz. Un nuevo camino.
»Sigo sin creer en el destino, pero tu estadía aquí puede servir para muchas cosas, a ti y a mí. Dime, ¿conoces el noble arte del Senjutsu? Podríamos enseñártelo, Daigo. No voy a engañarte, es difícil de aprender. Peligroso incluso. Mortal. Probablemente tuvieses que rehacerte como ninja, olvidar parte de lo que has aprendido. Te convertirías en un nuevo ninja. No sé si mejor que tu anterior versión, pero sin duda distinto. Renacerías.
»¿Quieres renacer, Daigo?