29/01/2025, 09:03
Andaron en silencio mientras Sora observaba los alrededores y Rin planeaba en su cabeza. Era pasado mediodía, así que no era de extrañar que cuando se acercaran al restaurante viniese un olor a frito que abría el apetito.
Sora gesticuló, lo cual ya era raro en ella, y Rin pudo notar su propia hambre reflejada en el rostro de su senpai.
— ¿Qué es ese olor? — preguntó en un tono de necesidad, superada por el hambre.
Sora gesticuló, lo cual ya era raro en ella, y Rin pudo notar su propia hambre reflejada en el rostro de su senpai.
— ¿Qué es ese olor? — preguntó en un tono de necesidad, superada por el hambre.