9/02/2025, 18:14
Rin la miró nuevamente extrañada, sin terminar de fiarse de ella por algún motivo. Después se volteó, sosteniendo el bento con ambas manos y siguiendo sus indicaciones. Si por el camino veía algún espejo, se fijaría en su reflejo, dándose cuenta de lo desaliñada que estaba; hasta sus moños estaban algo deshechos del combate de antes, y desde luego necesitaba una ducha. Se pararía entonces un momento a cambiarse el peinado, dejándose dos pequeñas coletas bajas para seguir con su travesía hasta dar con Sora.