9/02/2025, 18:18
Encontraría a Sora tras la puerta corredera al final del pasillo de la izquierda como le había dicho la guardia. Allí estaba con el mismo kimono de antes sentada en un cojín y con una mesa enfrente con todo tipo de utensilios de costura. Al otro lado de la habitación había un pequeño estanque con un tubo de bambú que acumulaba agua y bajaba, vaciandose y golpeando una roca de las que rodeaban el estanque.
En sus manos Sora tenía una bufanda roja y negra a medio hacer.
— Ya te he dicho que he salido a dar una vuelta, Cynthia. No insistas, estoy trabajando.
En sus manos Sora tenía una bufanda roja y negra a medio hacer.
— Ya te he dicho que he salido a dar una vuelta, Cynthia. No insistas, estoy trabajando.