12/02/2025, 17:03
— Eso deberías haberlo pensado anoche cuando te pegabas a mi como una... Buenos días, madre. — saludó Sora cortando su frase a una mujer solo abrir la puerta de la mansión.
Se trataba de una mujer de pelo completamente blanco, de piel palida y ojos claros. Era bella y madura. Les sonrió con una pequeña bandeja con galletas de diferentes formas y colores.
— Buenos dias, Sora. No sabía cuanto ibais a tardar así que he empezado a servir el té. ¿Es esta la pequeña Rin? Bueno, vayamos a la sala primero. — dijo en un tono mucho más alegre que el habitual de Sora, después encabezó la marcha hacia susodicha habitación.
Se trataba de una mujer de pelo completamente blanco, de piel palida y ojos claros. Era bella y madura. Les sonrió con una pequeña bandeja con galletas de diferentes formas y colores.
— Buenos dias, Sora. No sabía cuanto ibais a tardar así que he empezado a servir el té. ¿Es esta la pequeña Rin? Bueno, vayamos a la sala primero. — dijo en un tono mucho más alegre que el habitual de Sora, después encabezó la marcha hacia susodicha habitación.