5/05/2025, 15:52
Aquella negación eclipsó para Rin las segundas intenciones que mostró con su mirada, pasándola por alto por completo. Ando hacia ella entonces de forma apresurada, recortando esos pocos metros que las separaban en varios pasos debido a la corta estatura de la quasi-morena. Posó la cabeza contra el pecho de Sora, sin querer mirarla a los ojos, mientras con la otra mano agarraba la ropa de la albina a la altura del corazón.
— O-Onegai... Q-Quedate un rato conmigo... — Su voz temblaba, y la mano que sostenía la ropa de Sora, pronto se desprendió para balancearse rozando sus dedos con los de ella.
— O-Onegai... Q-Quedate un rato conmigo... — Su voz temblaba, y la mano que sostenía la ropa de Sora, pronto se desprendió para balancearse rozando sus dedos con los de ella.