28/02/2016, 21:09
Pero repentinamente, apenas unos instantes antes de atravesar la superficie del agua, un agudo chillido proveniente de lo alto del acantilado hendió sus oídos.
—¡Mitsuki!
«¿Pero qué...?» Era demasiado tarde para dar marcha atrás. Su cuerpo perforó las aguas del lago y, tanto la voz de Yota como el agónico chillido de Mitsuki se ahogaron en sus oídos cuando todos sus sentidos se embotaron debido al impacto.
Tardó en sobreponerse al aturdimiento unos pocos segundos, pero para Ayame fueron demasiados. Rápidamente recompuso su forma física y se apresuró a subir de nuevo a la superficie. ¿Qué demonios había pasado? ¿De verdad aquel chillido había sido de Mitsuki? ¡Debería haber anulado aquella estúpida competición en cuanto había visto que la muchacha no los seguía! ¡¿En qué narices estaba pensando?!
Saltó a las rocas, pero sus pies resbalaron peligrosamente cuando intentó fijarse con ayuda de su chakra. El estar completamente empapada no la ayudaría, ¡pero tenía que darse prisa y volver a subir a lo alto del acantilado! Por fortuna al final consiguió adherirse con éxito a la pared, por lo que no tardó en reanudar la carrera de nuevo, esta vez de manera ascendente.
—¡¡YOTA-SAN!! ¡¿QUÉ HA PASADO?! —gritó, con toda la fuerza de sus pulmones para hacerse oír por encima del estruendo de la cascada.
—¡Mitsuki!
«¿Pero qué...?» Era demasiado tarde para dar marcha atrás. Su cuerpo perforó las aguas del lago y, tanto la voz de Yota como el agónico chillido de Mitsuki se ahogaron en sus oídos cuando todos sus sentidos se embotaron debido al impacto.
Tardó en sobreponerse al aturdimiento unos pocos segundos, pero para Ayame fueron demasiados. Rápidamente recompuso su forma física y se apresuró a subir de nuevo a la superficie. ¿Qué demonios había pasado? ¿De verdad aquel chillido había sido de Mitsuki? ¡Debería haber anulado aquella estúpida competición en cuanto había visto que la muchacha no los seguía! ¡¿En qué narices estaba pensando?!
Saltó a las rocas, pero sus pies resbalaron peligrosamente cuando intentó fijarse con ayuda de su chakra. El estar completamente empapada no la ayudaría, ¡pero tenía que darse prisa y volver a subir a lo alto del acantilado! Por fortuna al final consiguió adherirse con éxito a la pared, por lo que no tardó en reanudar la carrera de nuevo, esta vez de manera ascendente.
—¡¡YOTA-SAN!! ¡¿QUÉ HA PASADO?! —gritó, con toda la fuerza de sus pulmones para hacerse oír por encima del estruendo de la cascada.