1/03/2016, 00:38
Por fin habían llegado al bloque de pisos, y por ende, se habían acercado aún más a su destino. No supo que hora era, probablemente hubiesen perdido un buen rato en ir, pero imaginó que aun así, les quedaría tiempo de sobra. Después de todo, solo tenían que limpiar un par de grafitis. O eso esperaba...
—“Casa 4, Calle las flores” —leyó en la inscripción que se encontraba al frente de una de las viviendas—. Este es el inicio de la calle, por lo que tendremos que ir caminando hasta dar con la puerta 22. No creo que sea difícil localizarla, después de todo se supone que le han hecho grafitis muy notorios.
- Si, sera lo mejor...
Kazuma pareció darse también cuenta rápidamente de lo que pasaba, los pisos se desplazaban en orden par, y afortunadamente, el número que buscaban también era par, así que no tenían que pensar demasiado. Comenzaron a caminar, y pasaron del portal 2 al 4, y del 4 al 6, y del 6 al 8...
Las casas tal y como Juro había imaginado tenían la misma estructura, aunque muchas variaban en aspectos superfluos, como el color. Una era amarilla, otra verde, otra levemente azul, quizás una tonalidad roja tirando a claro... Hasta que llegaron a la casa del portal 22 que había mencionado las ordenes, una casa que, por merito propio, ya destacaba de por si sin el grafiti.
Era una casa de similar tamaño al resto, sin embargo, destacaba por ser la única que Juro había visto de un color descante, un rosa totalmente chillón, que desde luego, no quedaba muy bien con los ladrillos del tejado. Además, estaba el hecho del grafiti. Había un enorme grafiti que recorría desde la base de la casa - la parte donde tocaba suelo - que llenaba el lateral de la casa, desde la puerta hasta la esquina y llegaba a una altura similar a la mitad de esta.
El grafiti resaltaba por su tonalidad totalmente negra, y en ella... bueno, se veía en grande a una mujer vestida con un traje de sirvienta. La mujer tenía unos grandes atributos, y sostenía una fregona. Debajo de la mujer había lo que parecía ser un charco junto a la fregona, por lo que a ciencia cierta, Juro supuso que la mujer estaba fregándolo. Justo encima, había una inscripción en grande: "Esto es para lo único que sirves".
Juro estuvo a punto de quedarse con la boca abierta, contemplándolo. Desde luego, tras lo dicho por Kazuma de que probablemente fuesen unos críos los que lo hubiesen hecho, no esperaba algo tan... ofensivo.
—“Casa 4, Calle las flores” —leyó en la inscripción que se encontraba al frente de una de las viviendas—. Este es el inicio de la calle, por lo que tendremos que ir caminando hasta dar con la puerta 22. No creo que sea difícil localizarla, después de todo se supone que le han hecho grafitis muy notorios.
- Si, sera lo mejor...
Kazuma pareció darse también cuenta rápidamente de lo que pasaba, los pisos se desplazaban en orden par, y afortunadamente, el número que buscaban también era par, así que no tenían que pensar demasiado. Comenzaron a caminar, y pasaron del portal 2 al 4, y del 4 al 6, y del 6 al 8...
Las casas tal y como Juro había imaginado tenían la misma estructura, aunque muchas variaban en aspectos superfluos, como el color. Una era amarilla, otra verde, otra levemente azul, quizás una tonalidad roja tirando a claro... Hasta que llegaron a la casa del portal 22 que había mencionado las ordenes, una casa que, por merito propio, ya destacaba de por si sin el grafiti.
Era una casa de similar tamaño al resto, sin embargo, destacaba por ser la única que Juro había visto de un color descante, un rosa totalmente chillón, que desde luego, no quedaba muy bien con los ladrillos del tejado. Además, estaba el hecho del grafiti. Había un enorme grafiti que recorría desde la base de la casa - la parte donde tocaba suelo - que llenaba el lateral de la casa, desde la puerta hasta la esquina y llegaba a una altura similar a la mitad de esta.
El grafiti resaltaba por su tonalidad totalmente negra, y en ella... bueno, se veía en grande a una mujer vestida con un traje de sirvienta. La mujer tenía unos grandes atributos, y sostenía una fregona. Debajo de la mujer había lo que parecía ser un charco junto a la fregona, por lo que a ciencia cierta, Juro supuso que la mujer estaba fregándolo. Justo encima, había una inscripción en grande: "Esto es para lo único que sirves".
Juro estuvo a punto de quedarse con la boca abierta, contemplándolo. Desde luego, tras lo dicho por Kazuma de que probablemente fuesen unos críos los que lo hubiesen hecho, no esperaba algo tan... ofensivo.