3/03/2016, 20:30
La búsqueda había finalizado… El baño había sido hallado y finalmente el alma de la pelirroja podría descansar en paz… A no ser que una anciana exigiera la limpieza de un retrete, además de precisar ayuda para hacer de sus necesidades. Detallitos que nadie tendría en cuenta de parte de un completo desconocido como lo era la abuelita esta. ~ Puta vida… ~ Limpiar un baño era algo que ella ya había hecho, pero era SU baño el único que limpiaba, no uno medianamente público como aquél que vaya uno a saber qué era lo que había sufrido ese armazón blanquecino, o bueno, amarillento y levemente amarronado.
El lado positivo de todo esto era que en un pequeño armario habían algunos artículos de limpieza que podría utilizar para limpiar medianamente esa porquería donde ninguna fémina se atrevería a sentarse. - ¿Habrá agua? - Se consultó a si misma mientras iba al lavado a abrir la llave y por suerte si, había agua así que podría llenar el balde. La gabardina prefirió dejarla colgada de una tubería de fuera, siendo que estaría arrodillada por bastante rato era lo mejor para evitar que alguna porquería se le pegase. Lo que quedaba por hacer era esperar a que se llenara, mientras podía ir revisando las demás cosas por si encontraba algo como un… - Cepillo… - Canturreaba la alegre pelirroja en lo que tomaba ese cepillo que parecía nuevo.
Ahora si, podría limpiar más o menos esa cosa, al menos el asiento. Con el balde lleno y tras hacer una mezcla con un detergente que se encontró, la chica comenzó a frotar el cepillo con fuerza sobre el asiento del retrete, luego la tapa, luego la taza, también una buena parte de la pared y el piso sin motivo aparente. Todo lo que limpió quedó totalmente limpio como para dejar en claro que TODO el baño debería ser del mismo blanco brilloso de aquellas piezas. - Ahora la porquería de adentro… - Lo primero era probar que no estuviese atascado y para ello era sencilla la cosa. Jalarle. El agua fluía perfectamente, se llevó una buena cantidad de porquerías y finalmente se volvió a llenar sin irse a los extremos, es decir que no se encontraba tapado por suerte.
Dentro del armario había otro cepillo de una forma un tanto distinta, ideal para limpiar el interior del retrete. En conjunto con el detergente previamente utilizado, la pelirroja comenzó a cepillar el interior hasta que se veía completamente blanco y el agua cristalina como debía de ser. - Ahora la vieja… - Susurró para si misma en lo que se acercaba a la anciana. - ¡Vamos! - Le gritó en lo que intentaba guiarla hasta el retrete y claro… Como vieja chocha que era tendría que ayudarla en todo, algo desagradable siendo que no se trataba de su abuela. ~ Mami… ~ ¿Cómo se supone que lo hacía? ¿Bajarle la ropa sin más? Claro, por qué no… Es lo que hizo, ya luego se encargaría de hacer que se sentase sobre el bendito asiento ya limpio.
El lado positivo de todo esto era que en un pequeño armario habían algunos artículos de limpieza que podría utilizar para limpiar medianamente esa porquería donde ninguna fémina se atrevería a sentarse. - ¿Habrá agua? - Se consultó a si misma mientras iba al lavado a abrir la llave y por suerte si, había agua así que podría llenar el balde. La gabardina prefirió dejarla colgada de una tubería de fuera, siendo que estaría arrodillada por bastante rato era lo mejor para evitar que alguna porquería se le pegase. Lo que quedaba por hacer era esperar a que se llenara, mientras podía ir revisando las demás cosas por si encontraba algo como un… - Cepillo… - Canturreaba la alegre pelirroja en lo que tomaba ese cepillo que parecía nuevo.
Ahora si, podría limpiar más o menos esa cosa, al menos el asiento. Con el balde lleno y tras hacer una mezcla con un detergente que se encontró, la chica comenzó a frotar el cepillo con fuerza sobre el asiento del retrete, luego la tapa, luego la taza, también una buena parte de la pared y el piso sin motivo aparente. Todo lo que limpió quedó totalmente limpio como para dejar en claro que TODO el baño debería ser del mismo blanco brilloso de aquellas piezas. - Ahora la porquería de adentro… - Lo primero era probar que no estuviese atascado y para ello era sencilla la cosa. Jalarle. El agua fluía perfectamente, se llevó una buena cantidad de porquerías y finalmente se volvió a llenar sin irse a los extremos, es decir que no se encontraba tapado por suerte.
Dentro del armario había otro cepillo de una forma un tanto distinta, ideal para limpiar el interior del retrete. En conjunto con el detergente previamente utilizado, la pelirroja comenzó a cepillar el interior hasta que se veía completamente blanco y el agua cristalina como debía de ser. - Ahora la vieja… - Susurró para si misma en lo que se acercaba a la anciana. - ¡Vamos! - Le gritó en lo que intentaba guiarla hasta el retrete y claro… Como vieja chocha que era tendría que ayudarla en todo, algo desagradable siendo que no se trataba de su abuela. ~ Mami… ~ ¿Cómo se supone que lo hacía? ¿Bajarle la ropa sin más? Claro, por qué no… Es lo que hizo, ya luego se encargaría de hacer que se sentase sobre el bendito asiento ya limpio.