5/03/2016, 01:34
El chico que se refugiaba de la lluvia quedó quizás impresionado ante la facilidad de evadir la realidad por la chica, o simplemente de sus habilidades, o tan solo no entendía nada y estaba asombrado del conjunto global. A saber. Lo que no era fácil de eludir eran sus palabras. ¿Cómo podía hacerlo todo sin perder la concentración? La intriga realmente tenía una fácil solución, no era un chico. Todo el mundo sabe que ellos solo pueden atender a una sola cosa a la misma vez, con más se pierden.
Se llevó la mano a la nuca, e intentó no ser tan borde como un ladrillo. Qué mas le daba si era shinobi o no, él no tenía culpa alguna de sus males. No era mas que una persona a la que ni conocía. Se debe tratar igual a una persona a como quieres que te traten, así de sencillo.
—Supongo que como bien dicen, el habito hace al monje. A la kunoichi en éste caso.— Contestó con una leve sonrisa. —Mi nombre es Sarutobi Katomi, un placer.—
Justo habiendo terminado de hablar, se dio cuenta de algo que casi le muerde de haber sido un perro. El chico llevaba a la frente la misma bandana que ella llevaba en la cintura, lo cual podía significar una sola cosa.
¿Es un genin también?
La verdad, no se lo esperaba. Un genin de Amegakure que no gozaba bajo la lluvia, irónico cuanto menos. Siempre había pensado que los shinobis de Amegakure eran hasta adictos a ésta continua lluvia. Jamás había pensado en ésta remota posibilidad, uno que parecía repudiarla. No parecía pertenecer a éste lugar. ¿Sería este chico también un inmigrante como lo era ella?
—Casi no pareces ser de Amegakure... ¿Por qué te refugias de la lluvia?—
Su curiosidad le pudo.
Se llevó la mano a la nuca, e intentó no ser tan borde como un ladrillo. Qué mas le daba si era shinobi o no, él no tenía culpa alguna de sus males. No era mas que una persona a la que ni conocía. Se debe tratar igual a una persona a como quieres que te traten, así de sencillo.
—Supongo que como bien dicen, el habito hace al monje. A la kunoichi en éste caso.— Contestó con una leve sonrisa. —Mi nombre es Sarutobi Katomi, un placer.—
Justo habiendo terminado de hablar, se dio cuenta de algo que casi le muerde de haber sido un perro. El chico llevaba a la frente la misma bandana que ella llevaba en la cintura, lo cual podía significar una sola cosa.
¿Es un genin también?
La verdad, no se lo esperaba. Un genin de Amegakure que no gozaba bajo la lluvia, irónico cuanto menos. Siempre había pensado que los shinobis de Amegakure eran hasta adictos a ésta continua lluvia. Jamás había pensado en ésta remota posibilidad, uno que parecía repudiarla. No parecía pertenecer a éste lugar. ¿Sería este chico también un inmigrante como lo era ella?
—Casi no pareces ser de Amegakure... ¿Por qué te refugias de la lluvia?—
Su curiosidad le pudo.