12/03/2016, 16:21
(Última modificación: 13/03/2016, 14:54 por Hanamura Kazuma.
Razón: Se me habia olvidado un sub
)
Incluso en aquel lugar alejado, en una esquina de la plaza, se podía sentir el vibrar de la actividad post atardecer. Claro, el ambiente era mucho más tranquilo y había menos gente, pero seguían estando en una ciudad noctámbula. Seguramente era algo natural para las personas del lugar, pero para un chico extranjero... Resultaba todo un desafío a la cordura.
—Hay mucho que hacer, sí, pero para un pequeño como yo… —Respondió a la dicho por el peliblanco.
—¡Y que lo digas! —sonrió levemente, por encontrar a alguien con su misma pena—, He tenido dificultades al buscar alguna actividad para pasar la aquí llamada "Noche Joven".
De cerca pudo apreciar que se trataba de un muchacho con una edad cercana a la suya, pero un poco más alto. De cierta manera parecía bastante fuera de lugar en aquel sitio, igual que él, claro está. Además de sus curiosos aretes negros y su cabellera rubia, no había otra cosa que llamara mucho la atención... Excepto por algo que noto cuando le observo más detenidamente; una placa metálica con el grabado característico de la aldea de la cascada.
—No soy de aquí. De hecho llegué hoy, fue un viaje muy largo.
—Entiendo, yo tampoco soy de por aquí. De hecho como podrás notar —señaló con el pulgar la insignia en su frente—, soy de Kuni no Uzu.
La gente iba y venía en pequeños grupos, y tras de ellos corrían los puestos ambulantes en busca de las aglomeraciones que tuvieran los bolsillos más llenos. Por momentos la ciudad se asemejaba a un ser vivo; con sangre como dinero que jamás deja de fluir, con negocios como un corazón que jamás dejaba de trabajar y con luces como un cerebro que jamás deja funcionar. Pero eso solo era el lado bonito e inspirador, pues para muchos era como un panal con abejas frenéticas cuyo zumbido nunca cesaba y cuyas vidas ere eternamente monótonas.
—Por cierto —dijo como si recordara algo que se le había escapado entre las palabras iniciales—, mi nombre es Ishimura Kazuma —extendió su mano, pero no ofreciendo una palma vacía, si no obsequiando un bebida helada idéntica a la que él estaba disfrutando— Y tu... ¿cómo te llamas?
—Hay mucho que hacer, sí, pero para un pequeño como yo… —Respondió a la dicho por el peliblanco.
—¡Y que lo digas! —sonrió levemente, por encontrar a alguien con su misma pena—, He tenido dificultades al buscar alguna actividad para pasar la aquí llamada "Noche Joven".
De cerca pudo apreciar que se trataba de un muchacho con una edad cercana a la suya, pero un poco más alto. De cierta manera parecía bastante fuera de lugar en aquel sitio, igual que él, claro está. Además de sus curiosos aretes negros y su cabellera rubia, no había otra cosa que llamara mucho la atención... Excepto por algo que noto cuando le observo más detenidamente; una placa metálica con el grabado característico de la aldea de la cascada.
—No soy de aquí. De hecho llegué hoy, fue un viaje muy largo.
—Entiendo, yo tampoco soy de por aquí. De hecho como podrás notar —señaló con el pulgar la insignia en su frente—, soy de Kuni no Uzu.
La gente iba y venía en pequeños grupos, y tras de ellos corrían los puestos ambulantes en busca de las aglomeraciones que tuvieran los bolsillos más llenos. Por momentos la ciudad se asemejaba a un ser vivo; con sangre como dinero que jamás deja de fluir, con negocios como un corazón que jamás dejaba de trabajar y con luces como un cerebro que jamás deja funcionar. Pero eso solo era el lado bonito e inspirador, pues para muchos era como un panal con abejas frenéticas cuyo zumbido nunca cesaba y cuyas vidas ere eternamente monótonas.
—Por cierto —dijo como si recordara algo que se le había escapado entre las palabras iniciales—, mi nombre es Ishimura Kazuma —extendió su mano, pero no ofreciendo una palma vacía, si no obsequiando un bebida helada idéntica a la que él estaba disfrutando— Y tu... ¿cómo te llamas?