14/03/2016, 00:08
Katomi no pudo reír de nuevo levemente tras escuchar la posible comida del joven. Realmente era gracioso, una sopa de arroz. Curiosa comida, quizás hasta fuese famosa en algún lugar del país de la tormenta. Es lógico pensar que en algún lugar de ese país donde no cesa la lluvia, algún día hubiese ocurrido ese tipo de casualidad, y hasta se lo hubiesen comido. Los mejores logros suelen darse por meras causalidades, o demasiada decisión.
Tras comentar lo de la comida, se dispuso a contestar a la chica de orbes rojos. Afirmaba que intentaba entrenar unas técnicas que había descubierto hace poco, pero que el clima se lo imposibilitaba. ¿Qué tipo de técnicas deben de entrenarse bajo tejado o sequía? ¿Acaso no podía hacerlo con éste clima?
—¿En serio no puedes entrenar con éste clima esas técnicas?—
Mas curiosa que un gato, y mas sincera de una coliflor en mitad de una ensalada, la chica no pudo omitir la pregunta. Era algo que la superaba, obviamente.
Tras ello, el chico se quitó parte de la indumentaria, y la extendió en el suelo. No tardó en ofrecer a la chica asiento, como si se tratase del mejor sitio para realizar un picnic. Además, comenzó a datar qué tipo de entrenamiento realizaba normalmente, así como daba a entender que su anterior pregunta era estúpida. ¿Cómo hacer cirugía u operaciones médicas en mitad de la lluvia?
Respondiendo a su oferta de asiento, la chica miró a sus pies, algo simple y sencillo. Pero lejos de quedarse callada, esperó a que el chico terminase de hablar. No quería interrumpirlo.
—Pues... lo siento por no sentarme, pero estoy entrenando aún. Aunque no lo parezca.— Afirmó señalando el agua que pisaba. —Bueno, la verdad es que si se algo mas que andar sobre el agua. Me he especializado en el elemento katon, soy de las pocas que poseen esa rama elemental en ésta aldea.—
Avanzó sus pasos lateralmente, rodeando la situación levemente mientras luchaba contra el oleaje. Caminaba con paso firme y estable, a pesar de las inclemencias del tiempo.
—Por lo que puedo entender eres un ninja médico, ¿no?—
Tras comentar lo de la comida, se dispuso a contestar a la chica de orbes rojos. Afirmaba que intentaba entrenar unas técnicas que había descubierto hace poco, pero que el clima se lo imposibilitaba. ¿Qué tipo de técnicas deben de entrenarse bajo tejado o sequía? ¿Acaso no podía hacerlo con éste clima?
—¿En serio no puedes entrenar con éste clima esas técnicas?—
Mas curiosa que un gato, y mas sincera de una coliflor en mitad de una ensalada, la chica no pudo omitir la pregunta. Era algo que la superaba, obviamente.
Tras ello, el chico se quitó parte de la indumentaria, y la extendió en el suelo. No tardó en ofrecer a la chica asiento, como si se tratase del mejor sitio para realizar un picnic. Además, comenzó a datar qué tipo de entrenamiento realizaba normalmente, así como daba a entender que su anterior pregunta era estúpida. ¿Cómo hacer cirugía u operaciones médicas en mitad de la lluvia?
Respondiendo a su oferta de asiento, la chica miró a sus pies, algo simple y sencillo. Pero lejos de quedarse callada, esperó a que el chico terminase de hablar. No quería interrumpirlo.
—Pues... lo siento por no sentarme, pero estoy entrenando aún. Aunque no lo parezca.— Afirmó señalando el agua que pisaba. —Bueno, la verdad es que si se algo mas que andar sobre el agua. Me he especializado en el elemento katon, soy de las pocas que poseen esa rama elemental en ésta aldea.—
Avanzó sus pasos lateralmente, rodeando la situación levemente mientras luchaba contra el oleaje. Caminaba con paso firme y estable, a pesar de las inclemencias del tiempo.
—Por lo que puedo entender eres un ninja médico, ¿no?—