17/03/2016, 15:32
¿La vieja? Que se arregle, ya alguien posiblemente la encontrase encerrada en el baño y se ocuparía de devolverla a esa parejita extraña o algo similar, pero no sería Ritsuko que en ese poco tiempo se había hartado de la misma así que se devolvió al pabellón donde se había dejado a Juro haciendo quién sabe qué con esas lanzas y los otros tres molestos.
Al asomarse por la puerta el de Uzushio reaccionó de una forma de todo menos disimulada, gritó, corrió y se quedó frente a la kunoichi que le miraba casi que con odio por delatarla de semejante manera pero por suerte los otros estaban demasiado ocupados gritando y montando ese espectáculo ridículo con lanzas falsas. - ¿Ditduko? ¿Temordistelalengua? - Soltó en un primer instante para luego tomar al chico por la muñeca y arrastrarlo al otro lado de la puerta con ella. - Nosvamosyquesearreglenellos. - Dijo dando tirones al brazo ajeno por al menos unos tres o cuatro pasos.
Tras recorrer esa miserable distancia con su compañero a rastras, la pelirroja se dignó a revelar la ubicación de la anciana, casi que con orgullo. - ¡Laencerrée...! - De nuevo, como antes había pasado terminó por morderse la lengua y por ende una vez más se encontraba de cuclillas con su rostro escondido tras sus manos y la frente pegada a sus rodillas. - ¡Duede! - Chilló de dolor la chica que algún día terminaría por cortarse la lengua de una mordida. Una muerte deprimente.
Luego de unos instantes de sufrimiento, la chica volvió a ponerse de pie aunque algo lento y con una mueca en su rostro que delataba el dolor que acababa de sentir, sin mencionar un par de lágrimas que se le habían escapado. - Da enedé en ed bano… - Dijo sacándose las manos de delante de la boca mientras se aseguraba de no estar sangrando, al no ser el caso simplemente volvió a girarse dándole la espalda a Juro y comenzó a caminar en dirección contraria al pabellón de las lanzas donde se podían escuchar aún los gritos de la mujer histérica.
Al asomarse por la puerta el de Uzushio reaccionó de una forma de todo menos disimulada, gritó, corrió y se quedó frente a la kunoichi que le miraba casi que con odio por delatarla de semejante manera pero por suerte los otros estaban demasiado ocupados gritando y montando ese espectáculo ridículo con lanzas falsas. - ¿Ditduko? ¿Temordistelalengua? - Soltó en un primer instante para luego tomar al chico por la muñeca y arrastrarlo al otro lado de la puerta con ella. - Nosvamosyquesearreglenellos. - Dijo dando tirones al brazo ajeno por al menos unos tres o cuatro pasos.
Tras recorrer esa miserable distancia con su compañero a rastras, la pelirroja se dignó a revelar la ubicación de la anciana, casi que con orgullo. - ¡Laencerrée...! - De nuevo, como antes había pasado terminó por morderse la lengua y por ende una vez más se encontraba de cuclillas con su rostro escondido tras sus manos y la frente pegada a sus rodillas. - ¡Duede! - Chilló de dolor la chica que algún día terminaría por cortarse la lengua de una mordida. Una muerte deprimente.
Luego de unos instantes de sufrimiento, la chica volvió a ponerse de pie aunque algo lento y con una mueca en su rostro que delataba el dolor que acababa de sentir, sin mencionar un par de lágrimas que se le habían escapado. - Da enedé en ed bano… - Dijo sacándose las manos de delante de la boca mientras se aseguraba de no estar sangrando, al no ser el caso simplemente volvió a girarse dándole la espalda a Juro y comenzó a caminar en dirección contraria al pabellón de las lanzas donde se podían escuchar aún los gritos de la mujer histérica.