18/03/2016, 19:03
Sin embargo, Juro seguía sonriendo. Como si las palabras de la niña no le hubiesen afectado lo más mínimo. O aquello daba a entender su apariencia externa.
«Quizás no debería tomármelo tan a pecho... Es sólo una niña.» Pensó, con cierto sentimiento de culpa.
—Matar es una palabra muy fea, ella no ha matado a nadie —le oyó decir, y ka niña torció el gesto, nada convencida con su explicación—. Veo que nos has visto en el torneo. ¿Nos podrías decir quien eres tu ahora? Sería lo justo ahora que nos has reconocido.
—Hikari... —contestó, tímida y delicada como una flor de cerezo.
Por el rabillo del ojo, Ayame percibió que Juro la miraba directamente. Suspiró para sí, y se acuclilló para quedar a la altura de los ojos de la niña.
—Hikari es un nombre muy bonito —le dijo, y la niña sonrió automáticamente—. Pero dinos, ¿qué te ha pasado? ¿Has perdido a tus padres?
La pequeña negó enérgicamente con la cabeza.
—Tedi-sama... ¡He perdido a Tedi-sama y mamá no quiere volver a buscarlo! ¿Me ayudaréis? Porfiii...
—¿Tedi-sama...?
—¡Es mi osito! ¡Es grande y tiene un lazo rosa en la cabeza! Quiero a mi Tedi-sama... Estará asustado solita en la silla... ¿Y si alguien lo roba? —su labio inferior volvió a temblar en un peligroso puchero, y Ayame se volvió hacia Juro con cierta aprensión.
«Quizás no debería tomármelo tan a pecho... Es sólo una niña.» Pensó, con cierto sentimiento de culpa.
—Matar es una palabra muy fea, ella no ha matado a nadie —le oyó decir, y ka niña torció el gesto, nada convencida con su explicación—. Veo que nos has visto en el torneo. ¿Nos podrías decir quien eres tu ahora? Sería lo justo ahora que nos has reconocido.
—Hikari... —contestó, tímida y delicada como una flor de cerezo.
Por el rabillo del ojo, Ayame percibió que Juro la miraba directamente. Suspiró para sí, y se acuclilló para quedar a la altura de los ojos de la niña.
—Hikari es un nombre muy bonito —le dijo, y la niña sonrió automáticamente—. Pero dinos, ¿qué te ha pasado? ¿Has perdido a tus padres?
La pequeña negó enérgicamente con la cabeza.
—Tedi-sama... ¡He perdido a Tedi-sama y mamá no quiere volver a buscarlo! ¿Me ayudaréis? Porfiii...
—¿Tedi-sama...?
—¡Es mi osito! ¡Es grande y tiene un lazo rosa en la cabeza! Quiero a mi Tedi-sama... Estará asustado solita en la silla... ¿Y si alguien lo roba? —su labio inferior volvió a temblar en un peligroso puchero, y Ayame se volvió hacia Juro con cierta aprensión.