27/03/2019, 22:15
El silencio. Un tenso silencio en el que sólo escuchó los latidos de su corazón. Ay señor. Ay. Iba a liarse. Se iba a li...
—Eh, Ayame, ¡espera! —exclamó, apresurándose a salir del río a grandes zancadas. Sus cabellos, su elegante chaqueta negra y su camiseta y pantalón chorreaban agua por todos lados—. Yo solo quería decirte una cosa. Quería decirte que…
Hubo duda. ¡Había duda! A Daruu se le erizó el vello de los brazos; se le puso la carne de gallina. «Mierda, ya está. Ahora la insulta. Ha sido superior a sus fuerzas.»
—Quería decirte que lo siento, Ayame. Por lo ocurrido en el examen del Chunin. —Qué mal se le daban las disculpas, joder—. De verdad.
Daruu suspiró en silencio, aliviado, y dejó caer suavemente Los Siete Guardianes Shinobi del Señor de Ultramar sobre su cara.
«Por favor, que reaccione bien...»
—Intenta controlarte, igual te manda a la mierda, intenta insistir de forma amable, demostrarle de alguna manera que vas en serio...
—Eh, Ayame, ¡espera! —exclamó, apresurándose a salir del río a grandes zancadas. Sus cabellos, su elegante chaqueta negra y su camiseta y pantalón chorreaban agua por todos lados—. Yo solo quería decirte una cosa. Quería decirte que…
Hubo duda. ¡Había duda! A Daruu se le erizó el vello de los brazos; se le puso la carne de gallina. «Mierda, ya está. Ahora la insulta. Ha sido superior a sus fuerzas.»
—Quería decirte que lo siento, Ayame. Por lo ocurrido en el examen del Chunin. —Qué mal se le daban las disculpas, joder—. De verdad.
Daruu suspiró en silencio, aliviado, y dejó caer suavemente Los Siete Guardianes Shinobi del Señor de Ultramar sobre su cara.
«Por favor, que reaccione bien...»
—Intenta controlarte, igual te manda a la mierda, intenta insistir de forma amable, demostrarle de alguna manera que vas en serio...