27/10/2020, 02:01
El jonin se despidió, asegurando que sabía cómo tratar con embaucadores. La mujer no hizo demasiado por mostrar alivio, hasta que viese con sus propios ojos el resultado seguramente no le invadiría la tranquilidad. Eso si, igualmente parecía estar ya hasta el moño de la situación, ella seguía a lo suyo como si nada exterior pudiese ya hundirla más. Quizás el negocio no iba demasiado bien.
Fuere como fuere, el Uchiha se despidió y salió corriendo hacia el lugar donde había quedado con la pelirroja. Al llegar, vería que ésta ya llevaba allí al menos unos minutos. La tarea no le había resultado muy difícil, o al menos eso podía parecer a simple vista. Pero para cuando recortase las distancias por completo, podría darse cuenta de que no todo había sido tan... fácil.
—No preguntes.
La kunoichi tenía un mechón de pelo pintado de amarillo. Era casi como si hubiese probado uno de los botes de pintura que llevaba en la bolsa, pero sin el como. El resultado era evidente, fue por lana y salió trasquilada, o al menos con un nuevo look.
—¿Has podido averiguar algo más? —preguntó a Datsue, pues el resultado de su parte era visiblemente satisfactorio.
Fuere como fuere, el Uchiha se despidió y salió corriendo hacia el lugar donde había quedado con la pelirroja. Al llegar, vería que ésta ya llevaba allí al menos unos minutos. La tarea no le había resultado muy difícil, o al menos eso podía parecer a simple vista. Pero para cuando recortase las distancias por completo, podría darse cuenta de que no todo había sido tan... fácil.
—No preguntes.
La kunoichi tenía un mechón de pelo pintado de amarillo. Era casi como si hubiese probado uno de los botes de pintura que llevaba en la bolsa, pero sin el como. El resultado era evidente, fue por lana y salió trasquilada, o al menos con un nuevo look.
—¿Has podido averiguar algo más? —preguntó a Datsue, pues el resultado de su parte era visiblemente satisfactorio.