1/07/2017, 03:50
Kōtetsu estrecho con fuerza y animo la mano que le estaban ofreciendo, pues era la de un rival que le había hecho esforzarse bastante y que tuvo la amabilidad de concederle un breve, pero muy agradable, tiempo de diversión.
—Debo admitir que fue bastante entretenido para tratarse de solo un juego.
—Entonces señor perdedor…
—¿Qué sucede, señor ganador? —pregunto, un tanto confundido por aquella forma de hablar.
—Ya sabes lo que debes hacer —aseguró, recordando lo anteriormente pactado entre ambos.
De pronto, el de cabellos blancos dejo escapar unas cuantas risas, al caer en cuenta de que le estaban hablando.
—Claro, la apuesta —afirmo, recuperando la serenidad habitual—. Dime, ¿Qué tanta ropa tengo quitarme para cumplir con lo acordado?
Lo cierto era que la idea de hacer un recorrido, sin ropa alguna, alrededor del edificio le parecía una idea de lo mas pavorosa. Pero también era cierto que ya había aceptado la apuesta, y que estaba dispuesto a ser consecuente con su palabra. Después de todo, aquellas condiciones le permitieron convertir un simple juego en un espectáculo entretenido y desafiante, por lo que se consolaba con pensar que de seguro valió la pena.
—Debo admitir que fue bastante entretenido para tratarse de solo un juego.
—Entonces señor perdedor…
—¿Qué sucede, señor ganador? —pregunto, un tanto confundido por aquella forma de hablar.
—Ya sabes lo que debes hacer —aseguró, recordando lo anteriormente pactado entre ambos.
De pronto, el de cabellos blancos dejo escapar unas cuantas risas, al caer en cuenta de que le estaban hablando.
—Claro, la apuesta —afirmo, recuperando la serenidad habitual—. Dime, ¿Qué tanta ropa tengo quitarme para cumplir con lo acordado?
Lo cierto era que la idea de hacer un recorrido, sin ropa alguna, alrededor del edificio le parecía una idea de lo mas pavorosa. Pero también era cierto que ya había aceptado la apuesta, y que estaba dispuesto a ser consecuente con su palabra. Después de todo, aquellas condiciones le permitieron convertir un simple juego en un espectáculo entretenido y desafiante, por lo que se consolaba con pensar que de seguro valió la pena.