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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El primer muerto-viviente fue reducido a vísceras, inevitablemente sangre y algunos restos de sus órganos terminaron impregnando mi ropa, ahora el olor me acompañaría por el resto del día. Mi segundo ataque fue potente y todo un éxito, un éxito que nos dios un par minutos más porque... los muertos no mueren!

¡No pueden ganar, no así! —anunció el anciano desde el pórtico, era una clara retirada—. ¡Entren debemos refugiarnos y trazar un plan!

Miré a ver en donde estaba el peliblanco, quien nuevamente alzaba su espada para destrozar varios cuerpos, era la brecha perfecta para entrar. —Estoy libre, vamos!— Corrí directamente a la puerta y vi de reojo a que Koutetsu me siguiera.

Una vez dentro de la cálida defensa, escuché todos los engranajes moviéndose nuevamente, cadenas y candados cerrándose, pero eso no era lo único que se haría para la pesada puerta nos defendiera, no; rápidamente imité la acción de la única mujer presente y de los otros dos, amontonar un centener de cosas en la puerta con las esperanzas de que nos resguardaran lo suficiente, o que nos dieran más tiempo para tener una idea.

Tras unos minutos de verdadera acción y adrenalina, efecto del mismo nos empezaba a pasar factura, me rescosté en una de las paredes y entonces busque a Koutetsu con la mirada, puesto que este me hablaba.

Y pensar que aquella historia de los muertos que se alzaban seria real.

—Y nos queda como moraleja que algunos mitos y leyendas sin son basado en hecho reales!— Agregué para dar un poco de humor, pero ¿quién en su sano juicio intentaría verle el lado cómico?

»Bueno… Esto no es diferente a estar rodeados de enemigos durante un asedio. Debemos buscar la forma de salir de aquí y dirigirnos al centro del pueblo, al hotel… Ese será el sitio más seguro y fácil de defender.

¡¿Estas demente? ¿No ves que estamos completamente rodeados por una horda de muertos, y que ni siquiera podemos acabar con uno de ellos?!— Gritó la asistente del Sarutobi, realmente estaba aterrada, ¿cómo no estarlo?

—Yo estoy de acuerdo, en el hotel habrá más gente, Haze y Naomi podrían ayudarnos, hay otro Sarutobi y...— Traté de pensar algo más pero no vino nada más a mi mente por lo que me quedé en silencio.

Debe haber algo que podamos hacer… De seguro ustedes pueden hacer algo — Se dirigió directamente a Shinda y a la chica, incluso parecía que el moreno tenía una idea o un plan.—Usted es un Sarutobi, de seguro tiene alguna técnica flamígera capaz de hacer frente a los no muertos, nosotros podemos cubrirle si eso es lo que necesita. Y tú, Sapayauitl, este es una habilidad típica de tu pueblo; de seguro también puedes controlarlos, solo dinos si necesitas tiempo y lo conseguiremos para ti. — Disparó dos idead brillantes, sí las cosas pudieran desenvolverse así como en mi mente se dibujaba podríamos tener una buena oportunidad, nuevamente el peliblanco demostraba que sabía

Ambos se pusieron de acuerdo para demostrar un poco de pena, era mejor juntos porque así podían compartir el pesar...

Hace años una herida congelo y destruyo gran parte de mi sistema circulatorio de chakra… Ahora soy incapaz de usar algún jutsu, por pequeño que sea.

"Ahora es un simple civil... Debería investigar como regenerar el sistema circulatorio del chakra..." Definitivamente era una buena idea.

Levantar caídos, ser arte compleja, necesitar entrenar décadas, grandes conocimientos antiguos… Imposible para Sapayauitl.

"Rodeados de inútiles es donde estamos..." Me dije ahora con pesar, las opciones se estaban terminando, al igual que el tiempo que nos quedaba de vida...

Koutetsu se empezó a mover por el pasillo que llevaba la oficina del Sarutobi, miré al resto que parecía haberse dado por vencido y haber perdido todas las esperanzas y entonces fue cuando los dejé y seguí al shinobi.

Entonces, ¿así estamos, atrapados a la espera de una muerte horrible y un aún más horrible destino posterior? —me preguntó mientras noté ese ligero temblor en sus labios, estaba nervioso, asustado... Yo también lo estaba solo que no quería que él lo notara, sino ambos nos caeríamos...

Es terrible… siempre quise creer que cuando me llegara el momento de morir lo recibiría con valiente resignación y serenidad… Y en parte es así, pero ahora me aterra algo que jamás había contemplado; el terminar convertido en una de esas abominaciones.

—Hoy no vamos a morir, no esta vez...— Comenté con decisión, mientras caminaba directo al nacer de la calidez de la habitación, así podría intentar pensar en algo, pero Koutetsu nuevamente estaba demostrando que se rendía, como el resto de los que estábamos en la casa.

»Yo siempre imagine que más allá de la muerte me esperaría el descanso y la paz eternas; era una pequeña esperanza que no contemplaba la miseria de una segunda existencia vacía y retorcida.

—En vez de lamentarte por lo que ocurrirá luego de tu muerte, preocúpate por lo que va a ocurrir ahora que aún sigues vivo. — Dije un tanto cortante, un golpe crudo y esperaba que con eso fuera suficiente.

"Piensa Keisuke, piensa!" Me presioné mientras caminaba de un lado a otro.

—¿Exactamente que es lo que quieren de nosotros?— Comenté en voz alta para que mi acompañante me escuchara y pudiera decir algo al respecto, sí es que se encontraba en condiciones... —La única persona de valor aquí es...— Y bingo! tenía una idea, esperaba que esta fuera suficiente. —Sa-pa-ya-uitl.— Comenté lentamente por lo difícil del nombre.

—Quizá sí acordamos con ella, que colabore con nosotros, después de todo es una princesa, la persona que se encarga de controlar a los muertos debe estar cerca... No creo que esté muy lejos de aquí.— Comenté con rapidez. —Necesitaremos un poco de aceite y algo de fuego, podría ser nuestro salvavidas sí algo inoportuno llegase a ocurrir.— Sugerí mientras mi mente volaba en las nuevas posibilidades que me daba, realmente no quería morir, me quería aferrar a la vida... ¿Aquellas ideas serían suficiente o también caerían con facilidad?
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen
Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

[Imagen: 5b744fac64c6fe9ec924f3cf50c4417fo.jpg]
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RE: La muerte es blanca y tiene los ojos azules - por Keisuke - 19/12/2017, 20:29


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