8/02/2018, 22:27
No volvería a cometer el mismo error, esta vez rompí la capa de hielo con el primer puñetazo y con el segundo le dí directamente a él, escuché un quejido de su parte y tuvo que alejarse de nosotros, escondiéndose detrás de uno de los pilares de hielo, dejó un rastro rojo brillante que hacía contraste con la blanca nieve.
—Bien, le dimos!— Emití animado por aquel punto a nuestro favor.
—¡Es momento, deben de atraerlo hacia la casa, hasta donde estaban ustedes cuando llego!
Finalmente buenas noticias, bueno, casi buenas, estabamos un poco lejos de dónde deberíamos y ahora el guerrero estaba más enojado que antes, su brazo tenía un trozo de escarcha con restos de sangre. —No se ve muy contento, creo que deberíamos empezar a retroceder...— Bastó decir eso para que el peliblanco empezara a moverse hacia la casa de Sarutobi.
Rápidamente retrocedí dando un salto atrás y golpeé el suelo con potencia, otro puñetazo energizado, el mismo debía hacer estallar la escarcha acumulada en la superficie y hacer una especie de cortina nívea, o por lo menos esa era la intención, después de ello no dudaría más y empezaría a desplazarme a la misma dirección que el moreno.
—CORREEE!— Vociferé mientras movía mis piernas lo más rápido que podía, de vez en cuando miraba de reojo al nativo por sí se acercaba con un ataque fatal o algo por el estulo.
—Es nuestra última oportunidad. Debemos de regresar a nuestros puestos de ataque.
—Espero que esté todo listo!— Admití mientras encomendaba mi vida a los dioses.
—Bien, le dimos!— Emití animado por aquel punto a nuestro favor.
—¡Es momento, deben de atraerlo hacia la casa, hasta donde estaban ustedes cuando llego!
Finalmente buenas noticias, bueno, casi buenas, estabamos un poco lejos de dónde deberíamos y ahora el guerrero estaba más enojado que antes, su brazo tenía un trozo de escarcha con restos de sangre. —No se ve muy contento, creo que deberíamos empezar a retroceder...— Bastó decir eso para que el peliblanco empezara a moverse hacia la casa de Sarutobi.
Rápidamente retrocedí dando un salto atrás y golpeé el suelo con potencia, otro puñetazo energizado, el mismo debía hacer estallar la escarcha acumulada en la superficie y hacer una especie de cortina nívea, o por lo menos esa era la intención, después de ello no dudaría más y empezaría a desplazarme a la misma dirección que el moreno.
—CORREEE!— Vociferé mientras movía mis piernas lo más rápido que podía, de vez en cuando miraba de reojo al nativo por sí se acercaba con un ataque fatal o algo por el estulo.
—Es nuestra última oportunidad. Debemos de regresar a nuestros puestos de ataque.
—Espero que esté todo listo!— Admití mientras encomendaba mi vida a los dioses.