4/01/2018, 01:10
Algo que Koko no había llegado a estudiar en Yume, era su forma de andar, por lo que le llamó la atención aquella última exigencia por parte de Katame, eso de menear las caderas puesto que aquella mujer en realidad no se le antojaba del tipo que hiciera justamente eso al caminar. Pero él conocería mucho mejor a la fémina que la Kageyama así que tendría que tomarle la palabra.
Sin mediar palabra con el contrario, la rubia le siguió, tratando de habituarse a mover un tanto la cadera en cada paso que daba, un movimiento sutil y para nada exagerado, que es lo que suponía era adecuado sin generarse un malestar importante en las articulaciones.
Además de verse obligada a cambiar su forma de caminar, también tuvo que cambiar su forma de expresión, principalmente porque ella acostumbraba a mostrarse tranquila e incluso alegre, pero ahora más bien tenía que hacer lo contrario, tal vez… como si oliese mierda a la distancia… probaría a ver qué tal, de última el bandido le indicaría su error.
—Espera —dijo antes de adentrarse en los pasillos—. ¿Cómo lo llamo?
Por poco y se le pasó el detalle, que podría ser importante.
Sin mediar palabra con el contrario, la rubia le siguió, tratando de habituarse a mover un tanto la cadera en cada paso que daba, un movimiento sutil y para nada exagerado, que es lo que suponía era adecuado sin generarse un malestar importante en las articulaciones.
Además de verse obligada a cambiar su forma de caminar, también tuvo que cambiar su forma de expresión, principalmente porque ella acostumbraba a mostrarse tranquila e incluso alegre, pero ahora más bien tenía que hacer lo contrario, tal vez… como si oliese mierda a la distancia… probaría a ver qué tal, de última el bandido le indicaría su error.
—Espera —dijo antes de adentrarse en los pasillos—. ¿Cómo lo llamo?
Por poco y se le pasó el detalle, que podría ser importante.