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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Golpe va, golpe viene, y el calvo se entretiene. Bajo una torrencial lluvia simulada dentro de la academia en la que pasó largos años de su vida, Karamaru entrenaba como lo podría hacer en cualquier otro lado. Sin embargo, la realidad era que había perdido la mayor parte del día y estando cerca la noche prefería mantenerse dentro de la ciudad.

«Un, dos, tres, cua… un, dos ,tres, cua…» y la combinación se repetía.

La sala en la que se encontraba era pequeña y no poseía ninguna decoración, solo el suelo y las paredes hacían compañía en el lugar donde se le enseñaba a los estudiantes a resistir el clima duro y húmedo del país. Era regla para todo amejin acostumbrarse a la lluvia si quería vivir en paz.

«Un, dos, tres... un, dos, tres...» repetía al haber cambiado la combinación de golpes que repartía al aire.

Hacía unas cuántas horas que había empezado y el cansancio se le empezaba a notar con la falta de velocidad y agilidad de sus movimientos. Su boca abierta buscando la mayor cantidad de aire posible y unos pulmones que hacían que todo su torso se inflará y desinflará al respirar. Pero allí seguía, con la transpiración oculta por el agua, en movimiento hasta que sus músculos le dieran el "basta" con el que terminar.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"  
-Maestro Yoda.


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#2
Lamentablemen te el Taijutsu no era su punto fuerte, pero Akasha solía pasarse por las zonas de entrenamiento a observar la manera de entrenar de otros estudiantes o profesores. Necesitaba recopilar información para estar preparada mentalmente para cuando llegara el momento de pelear por su cuenta. De momento, en las Tierras Nevadas solo había tenido combates callejeros, y había sobrevivido a una guerra por pura suert... No, por la protección de sus padres, donde lamentablemente fallecieron. Pero ella sabía que no iba a depender de nade a partir de ese punto. Lo único que tenía eran las técnicas del clan Nara y peleas a las que había sobrevivido por alguna que otra razón.

Al ingresar a Amegakure se dió cuenta que el mundo estaba lleno de más peligros de los que había visto. Habían más estilos de pelea, no solo los callejeros y desorganizados que ya había visto antes. La Guerra que vivió fue un ejemplo de esos estilos, pero fue un suceso tan traumante que no había pensado en eso a fondo, no hasta llegar a la Academia Ninja de Ame, pues ni ella misma supo que demonios pasó en ese evento trágico de su pasado.

Pero todo empezaba a tomar forma en la Academia Ninja, y muchas de sus preguntas eran respondidas mediante análisis, observación, estudios, y obviamente, preguntarle a otros. Fue por eso que la jóven Nara practicaba ese tipo de ejercicios: Observar a otros no solo en comportamiento, sino en entrenamiento.

Llegó a la Academia para observar, encontrándose con un grupo de estudiantes practicando Taijutsu alrededor de Karamaru. Varios practicaban el mismo patrón, pero otros practicaban diferentes movidas. Pasaba el tiempo y cada jóven iba retirándose, ya fuese por el cansancio, o por alguna otra razón personal. Finalmente, Akasha vió como tan solo quedaba uno... Un jóven que a pesar de las fuertes condiciones climatológicas y del cansancio, seguía allí, de pie.

-....... - Sus vacíos ojos se quedaron admirando al jóven calvo. Lo notaba, él ya estaba cansado, pero aun así seguía firme, en pie, y le daba su respectivo honor por eso. En una guerra no habría tiempo para el descanso y a veces tu vida dependía de cuanto pudieras aguantar a pesar de todo, ¿verdad? Si él caía, si él dejaba de entrenar, el enemigo se aprovecharía y cortaría su cabeza. Le darían muerte. ¿Por eso entrenaba? ¿Para sobrepasar su resistencia? ¿Para ir más allá de su límite? ¿O es por alguna otra razón? Quizás el conocía eso y seguía dando el máximo, y sin embargo él a diferencia de los que se fueron... No, él a diferencia de ella seguía luchando contra el cansancio.

Se miró las manos. "No es mi mejor atributo, pero..." - Dejó la mochila en unos banquitos y con timidez se acercó al chico, manteniéndo distancia para no interrumpirlo. "Es mejor hacer algo, a hacer nada, ¿verdad?" - Se sonrrojó y empezó a imitar los movimientos de Karamaru. Al principio la vergüenza rodeaba su cuerpo y lanzaba los golpes con timidez, pero pronto el calor comenzó a inundar su cuerpo y lanzaba golpes más decididos. -..... - En silencio, bajo la lluvia, buscaba fortalecer sus debilidades teniéndo al jóven calvo como algún tipo de inspiración. Sabía que era un sueño lo que estaba haciéndo. El Taijutsu nunca sería su fuerte, pero quizás pudiera aprender algo de eso. No sabía que exactamente, pero quizás... "Uno, dos, tres, cuatro..." - ...ella también pudiera ir más allá de su límite.
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#3
Karamaru estaba en su mundo, no le prestaba atención a nada que fuera su cuerpo en aquel momento. Seguía con las rutinas de movimientos que hacía desde su niñez en el templo una y otra vez y que se iba a repetir para el resto de su vida. Hasta que alguien irrumpió su pacífico y solitario lugar.

Una mujer de ropas oscuras comenzó a moverse junto a él realizando golpes más burdos que los del calvo con unos brazos finos que daban pena. La mente del calvo comenzó a desconcentrarse haciéndose preguntas a las que no podía encontrar respuestas.

«¿Cuándo va a necesitar golpear a alguien? Si se mete en una pelea a puños no le gana ni a una mosca... ¿Qué hace acá?»

El cenobita intentó mantenerse alejado de la mujer sin éxito. Su incapacidad para poder copiarlo a él mismo, y su visual falta de potencial para aplicar en algún momento lo que sea que estaba intentando hacer lo comenzaba a molestar a Karamaru.

Perdón, pero puedo preguntar qué es lo que estás haciendo, ¿Qué haces acá?— preguntó tras detener el entrenamiento y hablarle desde el lugar. Siendo las únicas dos personas en el recinto le podía dejar claro a quién se refería con sus palabras.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"  
-Maestro Yoda.


HabloPienso
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#4
Y es que... Quería ser una gran ninja. Dejándo de lado las veces que se quedaba en su oscura habitación, los estudios teóricos y con entrenamiento, o el tentar otras personas para sacar algo de ventaja -ya fuese comida, algún objeto o inetntar llenar un vacío-, había algo que hacía que una pequeña llama se prendiera dentro de sí: El deseo de hacerse fuerte a como de lugar para encontrar esa venganza. Solo que ella no había encontrado ese camino, su camino del ninja. No aún.

Si bien tenía más o menos una idea de como era su estilo de lucha, no se había cerrado las puertas a ese estilo de lucha en específico. Quería probar otros caminos antes de decir con certeza que su camino era el Ninjutsu. ¿Qué podía hacer exactamente la jóven Nara para sacar lo mejor de si? ¿Cómo podía evolucionar si no tenía un maestro? Todo este tiempo había estado sola, con poca o nada de ayuda, evolucionando por sí misma, aprendiendo mediante estudios y métodos de observación, aplicación. Quizás como algún otro ninja en Amegakure, o en el mundo entero, o quizás ella era única en ese aspecto, solo la vida sabría decirle.

Sabía que algún día se encontraría con enemigos que la acorralarían, y si ella no tenía las fuerza suficiente para salir de eso, entonces ¿qué haría? -..... - Solo era una jóven Nara intentando ir más allá de su potencial. Quizás sobre-pensando, quizás haciéndo un nuevo camino. Fuese como fuese, tenía que estar preparada para la peor situación posible. Ejercitar su cuerpo, perder algunos kilos -a pesar de lo flaca que estaba-... ¿Y si combinaba su manejo de sombras con Taijutsu? ¿Qué estilo de lucha saldría de eso? ¿Estaba tarde para comenzar o podía hacerlo...?

- Perdón, pero puedo preguntar qué es lo que estás haciendo, ¿Qué haces acá?

-¡Entrenando! - Mencionó sin voltear a mirarlo, sin dejar de imitar el patrón de los movimientos que había hecho antes ese ninja calvo cuyo nombre desconocía, un ninja que de alguna manera la había motivado a ir más allá. Con tan solo mirarlo por algunas horas, con tan solo observar como el susodicho no dejaba de entrenar ni aunque estuviera bajo las lluvias torrenciales a pesar de que los otros se alejaban a sus casas... -¿¡No lo ves!? - Dejaba salir su respiración por la boca. -¡Te estoy imitando para volverme fuerte, baka!

Akasha no conocía nada de Karamaru, nada. Pero solo observarle entrenar durante horas bajo esas condiciones le bastó para hacer lo que estaba haciéndo. ¿Un modelo a seguir...? Hmmmm... Como dijimos, no conocía nada de él, pero... De alguna forma él la motivó a dejar de sobre-analizar las cosas y poner manos a la obra.
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#5
¡Estás entrenando para la mierda entonces! Y de paso me desconcentras.

La voz del monje se elevó más de lo normal, su rostro no reflejaba la sonrisa usual que muchos conocían sino una mirada seria y molesta. No bastaba con querer copiarlo completamente mal, no bastaba con querer buscar algo que sus brazitos de rama seca no le podían dar, no, tenía que ir incluso más allá.

«¡¿CÓMO?!»

¿A QUIÉN LE DECÍS VACA ESCUÁLIDA DE PORQUERÍA? ME MANTENGO EN EL PESO CORRECTO, GORDA TU MAMÁ.

Los ojos del cenobita se mantuvieron clavados en la cabeza de la fémina durante unos segundos, tiempo en el que el calvo se dio cuenta que no debería de haber hecho eso. Cerró los ojos, dio un largo suspiro moviendo sus brazos al compás de sus pulmones liberando tensión y se trató de tranquilizar. Le molestaba, sí, pero no debía de mostrarlo, no era así como le habían enseñado.

Perdón...— prosiguió sin creer que era él el que lo tenía que decir— … pero, de manera respetuosa, te quiero decir que lo que haces lo haces mal y que es... es... digamos que me sobra tu presencia. Es solo una opinión pero no estás hecha para hacer... esto.
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HabloPienso
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#6
¡Estás entrenando para la mierda entonces! Y de paso me desconcentras. - Pero no le respondió. Ignoró sus palabras siguiéndo en lo suyo: Entrenando mientras le trataba de imitar, sumida en sus pensamientos y con su mirada decidida. "El enemigo querrá aprovecharse de mi de tantas formas y lo único que tengo son unas sombras que paralizan gente..." - Pensaba, preocupándose un poco más por querer cubrir sus puntos débiles que por sacarle ventaja a sus fortalezas. "¿Qué puedo hacer si me caen encima criminales en grupos grandes? No podré paralizarlos a todos a la vez..." - Aunque sus pensamientos fueron interrumpidos por un grito bastante molesto que pareció retumbar su cabeza.

¿A QUIÉN LE DECÍS VACA ESCUÁLIDA DE PORQUERÍA? ME MANTENGO EN EL PESO CORRECTO, GORDA TU MAMÁ.

-¿Mi mamá la muerta...? Ok. - Siguió entrenando con la mirada hacia al frente, manteniéndo la calma ante insultos infantiles como ese. Lamentablemente esa respuesta bajó de inemdiato la forma en la que veía al chico. Ahora solo pensaba que era el doble de... Idiota. Al parecer era fácil sacarle de sus casillas y eso era una gran debilidad. Pero no podía juzgar con tan solo un comentario ... ¿O si?

Perdón...— prosiguió sin creer que era él el que lo tenía que decir— … pero, de manera respetuosa, te quiero decir que lo que haces lo haces mal y que es... es... digamos que me sobra tu presencia. Es solo una opinión pero no estás hecha para hacer... esto.

-¿Y acaso me importa...? - Respondió sin girar a mirarlo. -¿Me tiene que importar si mi presencia te sobra? El lugar es grande. Te puedes ir a otro lado si te incomodo. - Y ahora estaba aguantando las ganas de golpearlo. Que le dijeran que "No estaba hecha para eso..." si intentarlo le había molestado en grande, pero no iba a darle el lujo de demostrarselo. Eso sería caer en su propio juego.

"Quizás si pueda combinar mi Ninjutsu con Taijutsu... El uso de mis sombras como le hacen otros clanes sería lo ideal... Podría ayudar más, ¿o no?" - Seguía golpeándo al aire tratándo de imitar a Karamaru. "Si me hago fuerte físicamente podría reventar la cabeza de esas personas con mis propias manos... Hacer que le exploten los sesos... Exprimirlos con mis propias manos..." - Por eso hacía esto, no para buscar la aprobación o desaprobación de los demás.
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#7
Karamaru reaccionó con asombro. Admitió su error inicial pero a la vez también se disculpó por aquello. No eran buenos tiempos para él e intentaba mantenerse en el camino correcto, pero a su muchacha no ayudaba ni un poco. La autoridad con la que lo trataba, siendo alguien que no había visto nunca en su vida.

Lo lamento, pero yo estaba en el lugar antes que vos. No me corresponde moverme habiendo llegado primero.— el monje suspiró al ver que la mujer seguía en lo suyo.

«¿Quién me mandó a meterme en esto...?»

Vamos a hacer las cosas sencillas. ¿Te querés mover? ¿Querés entrenar? Bueno dale, vení y pégame, entrenemos. Mostrame que me equivoco.

Lo sabía, estaba siendo soberbia, la estaba subestimando pero no lo pensaba en aquel momento. Él estaba tranquilo y solo y quería que eso siguiera siendo de esa manera. Si tenía que repartir unos golpes, si es que con uno no alcanzaba, estaba dispuesto a hacerlo.
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