(C) Un asesinato en el Norte

[Tsukiyama Daigo]

—Hasta luego, Umichi-san. Tenga buenas noches —se despidió de manera educada una vez el alguacil los había acompañado hasta la salida.

Ya fuera, junto a su compañero, Daigo se dirigió a Geki, quien había sido el más prudentes de los dos, tomando notas que probablemente les resultarían muy útiles en el futuro.

—¿Tú qué opinas, Geki-kun, por dónde deberíamos de empezar?

[Geki]

El Senju se llevó la mano del brazo derecho al mentón mientras cerraba los ojos por unos segundos. —Sinceramente esperaba un poco más de información —Sonó en una voz quejosa

—Pero creo que lo ideal sería que fuéramos al lugar de los hechos a ver si podemos conseguir alguna otra pista— Se encogió de hombros mientras le devolvía la mirada a Daigo. En realidad el alguacil tenía razón, no les habían pagado para servirles todo en bandeja, esto Geki lo sabía pero tenía la manía de quejarse de las cosas obvias.

—También tenemos el dato de las personas de la Rivera Sur que cruzan hacia aquí, pero sabiendo de la rivalidad de estos pueblos no conviene sacar nuestras conclusiones tan pronto y culparlos, pero tampoco podemos descartarlos...

Geki movía los labios de un lado a otro, esto daba la ligera sensación de estar pensando cuando en realidad se comía la piel del interior de su boca. Al final soltó un suspiro y se rascó la nariz.

—¿Qué te parece si vamos y de paso caminamos por el pueblo echándole un ojo? quizá tenemos la suerte de encontrar algo.

Finalizó el genin esperando la aprobación de Daigo. Si que esto iba a ser un lío, debían meterse hasta el fondo de la cuestión para averiguarlo.

[Moyashi Kenzou]

Continuad dialogando hasta que veáis. Cuando sea necesario ya volveré a meterme

[Tsukiyama Daigo]

—Pienso lo mismo, Geki-kun —respondió—. De paso podemos preguntar en La Cascada Infinita cuando acabemos. Quizá allí consigamos más información sobre ese grupo.

Sí, esa le parecía un buen sitio para empezar a buscar. Aunque las autoridades ya deberían de haber investigado el escenario del crimen, quizá con la percepción de un shinobi puedan encontrar algo ellos hayan dejado pasar.

Daigo dio un par de pasos, empezando a tomar el camino por el que el alguacil los había traído.

—Oye, Geki-kun, ¿sabes cómo llegar a Kasketo?

[Geki]

La pregunta de Daigo captó la atención de Geki que en un giro de cabeza observó al ninja de pelo verde a su lado. Pues la pregunta había sido acertada, el Senju no tenía ni la más pálida idea de dónde estaban parados ni hacia dónde se dirigían. Su única reacción fue encogerse de hombros, dando a entender su falta de conocimiento.


Era la primera vez que como ninja visitaba ese pueblo, había oído hablar de él pero muy levemente. Sin embargo, se le habían ocurrido un par de cosas que podían hacer para solucionar el inconveniente.

—Tienes razón Daigo-kun. Culpa nuestra por no preguntarle a Umichi-san la ruta o siquiera si tenía un mapa. — Se sintió un poco mal por el descuido de algo tan obvio —Pero no importa, supongo que podemos ir preguntándole a los oriundos de aquí, quizá hasta recolectemos más información ¿Tú qué crees?. Formuló el inexperto genin.


Como última opción, iba a proponer volver a la casa de Umichi, pero se calló para no parecer una canilla de palabras y agobiar a Daigo.

[Tsukiyama Daigo]

Daigo suspiró aliviado al escuchar a Geki. No es como si le agradara haber cometido el error de no preguntar a tiempo, pero al menos está vez se habían dado cuenta antes de empezar con el viaje y no una vez ya estaban perdidos como le ocurrió una vez al peliverde. Demonios, aquella vez habría matado por tener un mapa en la mano.

Espera. ¿Un mapa?

—Espera ¿Qué hay del mapa que trajiste? ¡Casi se me olvida que teníamos uno!

[Geki]

"—Espera ¿Qué hay del mapa que trajiste? ¡Casi se me olvida que teníamos uno!"

Los ojos de Geki se fueron abriendo de par en par hasta quedar más grande de lo normal y se giró hacia Daigo —Es verdad— Dijo rápido y un poco emocionado, mientras de un giro brusco situó su mochila delante de sí mismo —Pero a decir verdad sólo tiene las arterias principales de los lugares.

El Senju se mantenía revolviendo aquella mochila, casi con sus cortos brazos completamente metidos dentro. Hasta que de pronto sacó uno empuñando un papel envuelto con un hilo negro bastante grueso. Decidió no abrirlo y se lo alcanzó a Daigo esperando que el peliverde lo tomara.

—No es mucho, pero algo es algo, quizá tengamos suerte — espetó, al recordar que era un mapa un poco rústico.

[Tsukiyama Daigo]

Daigo tomó el mapa que Geki le ofreció.

—Espero que sí, eso lo haría todo mucho más fácil —le dijo con una sonrisa mientras abría el mapa con cuidado—. A ver...

El chico empezó por buscar minuciosamente La Ribera del Norte en el mapa. Apenas había aprendido a leer y orientarse con mapas sencillos hace poco, pero incluso alguien como él consiguió encontrar Takoizu, luego consiguió encontrar Kasketo al buscar alrededor del pueblo en el que se encontraban.

—¡Qué suerte! —exclamó alegre antes de mostrarle el mapa—. Mira, está justo aquí.

Le dejó algo de tiempo a su compañero para que pudiera encontrar el pueblo en el mapa.

—Vamos allá, el lugar que buscamos debería estar de camino.

[Geki]

Daigo tomó el mapa del genin y empezó a explorarlo. Geki se mantuvo calado mientras dejaba al otro concentrarse. Pasó un tiempo corto antes de que pudieran entablar una conversación de nuevo.

—¡Qué suerte! Mira, está justo aquí.

Nuevamente Geki cogió el mapa con sus manos, intentó buscar con una mirada rápida el lugar pero no lo consiguió. Para no perder más tiempo, sonrió y dijo —Tienes razón está justo ahí — y volvió a doblar el mapa. No había conseguido encontrar el lugar, pero siguiendo a Daigo pensó que le bastaría.

Introdujo el brazo entre sus ropajes, y guardó el papel un poco más a mano por si lo necesitaban de nuevo.

—Vamos allá, el lugar que buscamos debería estar de camino.

—¡Vamos! Dijo eufórico, afirmando con la cabeza y apretando su puño derecho y dispuesto a seguir a Daigo.

[Tsukiyama Daigo]

Los chicos no tardaron un solo segundo más en iniciar la marcha.

Daigo solo había visto una sola vez el camino, así que seguramente tendría que pedirle de nuevo el mapa a su compañero más adelante, pero de momento creía poder valerse de su sentido de la orientación.

De momento prefería hablar de la situación con su camarada.

—Geki-kun ¿Cuál crees que haya sido el motivo? —dijo mientras andaban.

¿Acaso podría existir uno? Se preguntaba.

¿Qué clase de motivo podría tener alguien para quitarle la vida a otra persona?

[Geki]

Geki caminaba al lado de Daigo, su mente estaba un poco en blanco. Escuchaba los sonidos de la noche cuando el otro genin le lanzó una pregunta.

Geki-kun ¿Cuál crees que haya sido el motivo?

El peligris quedó unos segundos en silencio, como si estuviera buscando la respuesta adecuada para su compañero —Lamentablemente Daigo, creo que pueden ser muchos — Se mantuvo en silencio unos segundos más —Vivimos en un mundo violento, donde todos buscan sobrevivir, una competencia constante. Eso a hecho que algunos nos volvamos más fuertes que otros, más ricos que otros, más poderosos que otros. Pero en alguna parte de la ecuación, alguien determinó que los más aventajados eran mejores que los otros, o les daba derechos sobre los otros — Geki se mantuvo en silencio por unos segundos más —Creo que hay gente más talentosa que otra, si es verdad. Pero no entiendo en dónde nos extraviamos para clasificar de "inferiores" a los demás y usarlos a nuestras anchas, tanto así para creer que tenemos el derecho de quitarle la vida a otra persona.

Geki volvió en sí, aquel discurso lo había hecho meterse de lleno en sus pensamientos y olvidado completamente dónde estaba parado. Su cara se había enseriado tanto al punto de volverse inexpresiva. Buscó una salida rápida para no parecer un tanto raro y dibujó una media sonrisa en su rostro.

—No sé si es a lo que te referías. Lamento irme por las ramas. Es que es algo que me lo cuestiono seguido. ¿Tú qué piensas?

[Tsukiyama Daigo]

Daigo escuchó a su compañero sin interrumpirlo mientras este, con rostro inexpresivo, le explicó todo lo que pensaba al respecto, le dijo que se encontraban en un mundo violento en el que todo el mundo competía por sobrevivir y los más fuertes creían tener el derecho de incluso arrebatarle la vida a otra persona.

Era imposible que Daigo creyese algo como eso. Sabía que Ōnindo no era un lugar perfecto, pero se negaba a pensar que vivía en un mundo de asesinos.

—No sé si es a lo que te referías. Lamento irme por las ramas. Es que es algo que me lo cuestiono seguido. ¿Tú qué piensas?

Miró perplejo a su compañero durante unos cortos segundos.

«¿Se lo cuestiona a menudo?» Pensó. ¿Por qué? «Acaso... ¿Habrá sucedido algo?»

El chico se quitó aquella idea de la cabeza, al menos de momento, hasta que la situación fuera la indicada.

—Suponiendo que esto ha sido obra de aquella pandilla de la que nos habló Umichi-san... —dijo, intentando mantenerse profesional a pesar de lo poco que le agradaba investigar un asesinato—. Probablemente se haya tratado de un accidente.

Quizá eran sus deseos de pensar que nadie podía ser tan vil los que hablaban por él, pero estaba convencido de que con la información que tenían era la única opción correcta.

Quien sabe lo que descubrirían más adelante.

—Quiero decir, si no han matado a nadie nunca, no veo por qué empezar por una señorita que no le ha causado ningún mal a nadie —se explicó—, por eso creo que probablemente hayan intentado conseguir algo de ella y al complicarse... haya sucedido —suspiró. Esto no se le daba nada bien—, pero eso no lo sabremos hasta que lleguemos al fondo de esto.

[Geki]

—Estoy de acuerdo — Puntuó —Las causas pueden ser muchas, aunque tampoco podemos eliminar la posibilidad de que haya actuado un tercero, aprovechando la presencia de esta banda para inculparla —

Mantuvo un silencio mientras intentaba pensar las posibilidades, pero las pistas eran muy pocas y el abanico muy grande ¿Cómo podían intentar atar cabos sueltos si los cabos todavía estaban tan intangibles? Era necesario, no sólo necesario, era obligatorio conseguir más pistas y sobre todo, pruebas.

También la falta de fuentes por estar en un pueblo desconocido, vaya enredo, más bien rompecabezas que les habían dado. De seguro visitarían muchas veces a Umichi para intentar esclarecer dudas. Pero la primera que se le venía era ¿Qué magnitud podía tener el asesinato de una chica para contratar ninjas para resolverlo? Esto iba a un poco más.

El lío en su cabeza le hizo tensar el cuerpo y apretar el puño, pero suspiró para volver a tranquilizarse

—Sea lo que sea. Estoy seguro que lo resolveremos Daigo-kun

Levantó el pulgar hacia Daigo y le regaló una media sonrisa dibujada en su rostro.

[Tsukiyama Daigo]

«Hay tantas posibilidades...» Pensó, tantas que le podría doler la cabeza de solo pensar en ellas.

El silencio se formó mientras ambos chicos continuaban con su camino, acercándose cada vez más a la primera parada que les permitiría alcanzar la verdad.

A ojos de Daigo, Geki parecía pensativo, probablemente pensaba en el caso que tenían entre manos y hacía algo productivo. El peliverde parecía preocupado, pues era demasiado emocional para concentrarse del todo.

Quizá fue pura casualidad, pero Geki pareció darse cuenta de esto y no tardó en asegurarle que conseguirían resolver esto.

—¡No lo dudes! —Respondió, confiado. ¡Qué fácil era de animar!

Si el resto del camino ocurría sin ningún percance, los chicos continuarían andando mientras revisaban el mapa de vez en cuando hasta alcanzar su destino.

[Geki]

—Daigo kun — Llamó la atención del otro, su voz ya le advertía algo de pereza —¿Falta mucho? — Bostezó.

El ninja ya estaba un poco cansado de caminar y el viaje no le había caído del todo bien. No habían parado 1 segundo desde que emprendieron su travesía, sólo aquella parada rápida antes de llegar al pueblo. Geki sentía que había perdido la noción del día, ni siquiera sabía la hora en que vivían ni en que sentido caminaban, estaba totalmente desorientado.

—Lo siento, es que el viaje no me a sentado del todo bien — Confesó con la voz un poco rota.

Se desperezó de nuevo y buscó entre sus ropajes el mapa, lo estudiaría un poco para distraerse, aquella caminata pareciese que se volvía eterna.

Ni si quiera recordaba bien el nombre de lo que buscaban... ¿Kasketo, kaskato, Kaskero?

Solo esperaba que el mapa le devolviera los pies a tierra.