5/03/2019, 17:37
—Perdón. —susurraría, asiéndose de la espalda de la ropa de Kazuma, y siguiéndole como si fuese ella una niña pequeña.
—No pasa nada —contesto amablemente—. Tomémoslo con calma y observemos un poco.
Ya había gente participando, quizás estuviesen esperando su turno desde el primer anuncio. Kazuma no sentía la ansiedad suficiente como para correr y terminar con todo cuanto antes; quería disfrutar del momento, saborear el ambiente y su ánimo. Camino durante unos minutos, asegurándose de que su paso no dejase atrás a Ranko; asegurándose, de vez en cuando, de poder sentir los suaves tirones de su mano en la túnica. Iba alternando entre las mesas, observando y estudiando la presentación de otros.
—Interesante… Observa a ese participante, Ranko-san —dijo, señalando hacia una curiosa presentación: aquel sujeto lucía un traje negro y una máscara simple e inexpresiva, pero sus movimientos y su declamación eran excelentes.
—No pasa nada —contesto amablemente—. Tomémoslo con calma y observemos un poco.
Ya había gente participando, quizás estuviesen esperando su turno desde el primer anuncio. Kazuma no sentía la ansiedad suficiente como para correr y terminar con todo cuanto antes; quería disfrutar del momento, saborear el ambiente y su ánimo. Camino durante unos minutos, asegurándose de que su paso no dejase atrás a Ranko; asegurándose, de vez en cuando, de poder sentir los suaves tirones de su mano en la túnica. Iba alternando entre las mesas, observando y estudiando la presentación de otros.
—Interesante… Observa a ese participante, Ranko-san —dijo, señalando hacia una curiosa presentación: aquel sujeto lucía un traje negro y una máscara simple e inexpresiva, pero sus movimientos y su declamación eran excelentes.