Reverberación

[Sagiso Ranko]

Ranko se cohibió al escuchar que era raro que ella no supiese sobre el programa de asignación de equipos. Miró a las bolitas que quedaban en su plato. Quiso agarrar una, pero la incomodidad le impidió moverse por un momento.

—Ahm... —soltó por lo bajo, intentando responder a Sora —. P-pues sí. M-mi… —Le dio algo de pena tan sólo pensar en decir que era su mamá quien la guiaba. Pero después de tragar saliva logró decirlo —. Mi madre me entrena. E-ella me ha enseñado todo d-después de la Academia.

Así como con su combate con Etsu, se preguntó si su madre sería buena sensei en caso de que decidiese enseñar el Hakuto no Mai al público general. Eran, hasta el momento, sólo un estudiante y una maestra.

—¿L-la conoce, S-Sora-san? Su nombre es Sagisō Komachi.

Pensó que tal vez una ninja del nivel de Sora conocería a su madre. Komachi también era una jōnin, y había fungido como ANBU años atrás, antes de que Ranko naciera. Tal vez hasta habría combatido codo a codo con Sora en alguna misión. Quién sabe.

[Sasagani Yota]

Ambos escuchamos con atención las palabras de Ranko. Bueno, yo ya sabía algo de antemano. En esta ocasióne ra Sora la que iba descubriendo las cosas de la kunoichi de la trenza. Y lo hacía con un semblante claramente pensativo. Pero ese trance no le impedía ir comiendo mientras la gennin le explicaba.

— Entiendo

Siempre había un pero. Todo lo sabíamos y yo lo estaba esperando, ¿acaso empezaba a conocer a aquella mujer mejor que a mi mismo?

— Pero tu formación como ninja no debería recaer en tu familia. No me malinterpretes, Ranko-san — dijo mostrando una apacible sonrisa — Es estupendo que tengas tan buena relación con tu madre. Eso te abrirá puertas, sin duda. Sin embargo, debes abrirte al mundo, abandonar el yugo de tu familia y dejar que sean otros los que se ocupen de tu adiestramiento... ¿Me entiendes?

Me estaba rascando la nuca. Incluso yo estaba tratando de entenderlo.

[Sagiso Ranko]

La kunoichi quiso alzar el rostro y hacer contacto visual con la pelirrosa, pero sus ojos se sintieron pesados, y no llegaron más allá del plato de dango.

"Abrir puertas... Es curioso que diga eso." pensó mientras giraba las bolitas sobre el eje de uno de los palitos, casi sin querer. "Pero no es un yugo. O al menos no lo considero así."

—G-gracias, Sora-san —dijo después de varios segundos —.. Creo… Creo que entiendo. Yo… Bueno… Llevo un e-entrenamiento especial con madre. E-es un es… un estilo de Taijutsu. C-creo que… Creo que hasta que no lo d-desarrolle bien… No debería… No debería de cambiar… Bueno… Creo que d-debería de seguir ba-bajo su tutela.

No sabía si Sora entendería, aunque hasta el momento no se había mostrado irracional. Además ¿Quién podría ser su nuevo entrenador? Su capacidad de relacionarse con otros, tan limitada como era, sería un problema. Pero su madre —su familia, en general —estaba acostumbrada y sabía cómo lidiar con ello.

Pensó en tomar una mordida a otra bolia, pero creyó que sería un poco maleducado comer en medio de una plática así, por lo que aguantó.

[Sasagani Yota]

La conversación está tomando unos rumbos de seriedad que no iban demasiado conmigo, no mientras me tomaba unos dangos con alguien después de entrenar. No me atrevía siquiera a opinar. Tan solo escuchaba y, por alguna razón, Kumopansa hacía lo mismo. No descartaba que tuviese un razonamiento similar al mío.

—G-gracias, Sora-san —dijo después de varios segundos —.. Creo… Creo que entiendo. Yo… Bueno… Llevo un e-entrenamiento especial con madre. E-es un es… un estilo de Taijutsu. C-creo que… Creo que hasta que no lo d-desarrolle bien… No debería… No debería de cambiar… Bueno… Creo que d-debería de seguir ba-bajo su tutela.

Ranko empezaba a sentirse mejor. Lo denté cuando le rebatió, exponiendo las cosas tales y como eran.

— Lo comprendo, Ranko-san — dijo con una apacible sonrisa — No digo que abandones por completo los entrenamientos con tu madre, ¡faltaría más! Madre no hay más que una, querida. Lo que digo...

No sé si fue a proposito o no. Seguramente sí, pero se detuvo, como si quisiera seleccionar cuidadosamente sus palabras. Se aclaró la garganta, puso sus manos sobre la mesa y acercó su rostro al de Ranko. Incluso a mí se me aceleró el pulso por momentos.

— Lo que te ofrezco son mis enseñanzas, junto a las de tu madre. Se pueden compaginar ambas cosas con facilidad. Además, Yota últimamente anda vagueando con esto de que Juro se hizo jounin y salió de nuestro equipo...

— ¡¿Cómo que vagueando?!

Sora echó a reír.

— La decisión es tuya, Ranko-san. Meditala si lo necesitas, incluso habla con tu madre si lo consideras oportuno. Pero a mi me encantaría que aceptarás. Y sospecho que a este cabeza loca también

Volvió a reír.

Considera esto como una petición formal. Como digo en el post, no te sientas obligado a decirme que si o que no a la de ya. Incluso se puede hacer una nueva trama si tu pj quiere pensárselo un poco.

[Sagiso Ranko]

Ver el rostro de la pelirrosa tan cerca le hizo sentir pequeña, era un gazapo ante una intimidante torre magistralmente erigida. Un escalofrío recorrió su cuerpo entero, y luego treinta más al escuchar la propuesta de la jōnin.

"¿QUÉ? ¿CÓMO? ¿YO? ¿POR QUÉ? AAAAAAAAAAH"

Ranko abrió la boca varias veces, pero nada salió de ella, solamente balbuceos quedos. Era una propuesta simple, pero muy difícil de digerir. Podría seguir entrenando con su madre, claro, pero sería ella, Sora, quien se encargaría del resto de su formación. Ranko sintió que, de cierta manera, sería como traicionar a su madre. Aunque un shinobi debe de mejorar siempre y aprovechar toda oportunidad. Estaba segura que su madre le había dicho algo así alguna vez.

—Y-y-yo… Yo… G-gracias. P-pero… Y-yo no s-sé… Creo q-que… Creo que debo… De-debo pensarlo. B-bien. N-no sé. ¿P-por…? —Ranko dudó si debía (o podía) hacer esa pregunta, pero dos segundos después se decidió —. ¿Por qué y-yo?

El rostro de Ranko se había enrojecido por completo, y parecía temblar un poco. Su mirada estaba clavada en las manos de Sora, contra la mesa. Sentía que si la miraba directo a los ojos, no podría hablar para nada.

Aaaah interesaante~

[Sasagani Yota]

—Y-y-yo… Yo… G-gracias. P-pero… Y-yo no s-sé… Creo q-que… Creo que debo… De-debo pensarlo. B-bien. N-no sé. ¿P-por…? —Ranko dudó si debía (o podía) hacer esa pregunta, pero dos segundos después se decidió —. ¿Por qué y-yo?

Se notaba a la legua que Sora se divertía con aquella muchacha. No dejaba de soltar pequeñas risitas. No eran de esas risas de las que uno podía pensar que se reían de él. Más bien de esas risas divertidas. Y así lo denotaba el rostro relajado de la jounin. Por su parte, Ranko estaba hecha un auténtico flan que estaba por desparramarse en cualquier momento. Yo... bueno, la verdad es que tenía curiosidad por saber el porqué de todo aquello. compartía las dudas de la gennin.

— Porque te llevas bien con Yota y al parecer Kumopansa te hace ojitos. Y la verdad es que me encantaría que aceptases. Será mejor que te tomes tu tiempo y no tomes una decisión precipitada — se levantó de la silla y me dio un par de golpecitos en la espalda — Venga, tu y yo también nos vamos. Cuando una chica tiene que tomar una decisión importante hay que dejarla sola. Venga, vamos, vamos. Ya me avisarás cuando te hayas decidido, ranko-san

Alzó la mano y la agitó. Alce mi diestra y la agité también. Yo, además, hice una leve reverencia con la cabeza. Por respeto. Y porque lo había pasado bien aquel día. Decidiese lo que decidiese aquel día la chica de la trenza, aquel día había sido productivo y me volvía a casa satisfecho.

[Sagiso Ranko]

Ranko no supo a qué se refería Sora con lo de que Kumopansa "le hacía ojitos", pero no tuvo tiempo ni ganas de preguntar. Tampoco sabía si el que le cayera bien a su otro alumno era suficiente razón para tomarla de estudiante. Pero era ella, Sora, la maestra, no Ranko.

"Ella sabrá bien… Sólo quisiera conocer qué ve en mí…"

De cierta manera, le alivió que el trío se retirara. Se sentía ligeramente arrinconada por tal propuesta, por lo que le alegró que le concedieran espacio y tiempo para pensar. Ranko se apresuró a ponerse de pie también y despedirse apropiadamente.

—¡F-f-fue un gusto! ¡Todo u-un gusto conocerles! Kumopansa-san, Yota-san. Sora-san. M-muchas gracias —Les dedicó una profunda reverencia a cada uno —. Muchas gracias p-por todo. L-lo pensaré y… lo platicaré c-con madre y… y… le haré saber.

La chica los vio alejarse y suspiró. Imaginó las posibles charlas con su madre. ¿Se lo tomaría a bien? ¿La regañaría? ¿La alentaría? ¿La ignoraría? La idea de formar un equipo con otras personas reverberó en su cabeza por largo tiempo.

Suspiró de nuevo y se sentó para terminar sus dangos.