15/04/2019, 23:56
—¿Huh? —dudo mientras se incorporaba—. ¿Me estás tratando de usted?
—Si… pensé que sería lo adecuado —aseguro, notando con la cercanía que se trataba de un joven, quizás no mucho mayor que él.
Y con aquel aspecto juvenil y rebelde, el peliblanco solo pudo pensar que todo aquello gritaba “problemas”.
—Espera. Esto es un malentendido —grito una voz que se aproximaba—. Conozco a este chico. No es un delincuente. Solo... lo parece.
Que sutil es la línea que divide algo que es lo que no es; tanto así que una persona puede parecer algo completamente distinto a quien en realidad es, pero también puede darse el caso donde su aspecto es fiel reflejo de su interior.
Kazuma estaba por argumentar algo cuando se giró hacia el árbol y vio como el sujeto de negro parecía tomar impulso. No pudo sino pensar que estaba a punto de verse involucrado en una pelea innecesaria; pero pronto vio que él no era el objetivo del ahora proyectil humano, sino la persona que irónicamente estaba defendiendo la inocencia del supuesto maleante.
No supo que ocurriría, por lo que se alejó; aunque creía que sería un escenario merecedor de ser observado. Manteniendo una distancia prudencial, hizo una seña al grupo de mujeres para que aprovechasen de cruzar durante el consecuente alboroto.
—Si… pensé que sería lo adecuado —aseguro, notando con la cercanía que se trataba de un joven, quizás no mucho mayor que él.
Y con aquel aspecto juvenil y rebelde, el peliblanco solo pudo pensar que todo aquello gritaba “problemas”.
—Espera. Esto es un malentendido —grito una voz que se aproximaba—. Conozco a este chico. No es un delincuente. Solo... lo parece.
Que sutil es la línea que divide algo que es lo que no es; tanto así que una persona puede parecer algo completamente distinto a quien en realidad es, pero también puede darse el caso donde su aspecto es fiel reflejo de su interior.
Kazuma estaba por argumentar algo cuando se giró hacia el árbol y vio como el sujeto de negro parecía tomar impulso. No pudo sino pensar que estaba a punto de verse involucrado en una pelea innecesaria; pero pronto vio que él no era el objetivo del ahora proyectil humano, sino la persona que irónicamente estaba defendiendo la inocencia del supuesto maleante.
No supo que ocurriría, por lo que se alejó; aunque creía que sería un escenario merecedor de ser observado. Manteniendo una distancia prudencial, hizo una seña al grupo de mujeres para que aprovechasen de cruzar durante el consecuente alboroto.