18/01/2020, 13:39
El barco obedeció a las órdenes de Reiji y pareció estabilizarse. Yuuna se levantó y se dirigió a la puerta.
—Voy a traerle algo de agua, a ver si así se despierta. Ten cuidado de que no le de un yuyu —le dijo, y salió descendiendo por las escaleras.
—Aeeoo. Ao. Eijiiiiiiii... —Justo en ese momento, Katsudon comenzó a balbucear sin sentido.
El barco, con su nuevo rumbo —igual de desconocido que el anterior— siguió su marcha. Sólo la luz de la cabina les permitía ver allí, pues todo lo que les rodeaba era la más absoluta negrura. Reiji no le tenía miedo al mar abierto, como Katsudon, pero tras unos minutos comprendió que un hombre como él jamás se podría acostumbrar a la idea de navegar de noche, sin nada a la vista. Como si estuviera hundido en un pozo de oscuridad y no sobre el agua.
Excepto por el ruido de las olas, claro. La verdad es que le parecía un poco inquietante incluso a él. Pobre Katsudon.
—Voy a traerle algo de agua, a ver si así se despierta. Ten cuidado de que no le de un yuyu —le dijo, y salió descendiendo por las escaleras.
—Aeeoo. Ao. Eijiiiiiiii... —Justo en ese momento, Katsudon comenzó a balbucear sin sentido.
El barco, con su nuevo rumbo —igual de desconocido que el anterior— siguió su marcha. Sólo la luz de la cabina les permitía ver allí, pues todo lo que les rodeaba era la más absoluta negrura. Reiji no le tenía miedo al mar abierto, como Katsudon, pero tras unos minutos comprendió que un hombre como él jamás se podría acostumbrar a la idea de navegar de noche, sin nada a la vista. Como si estuviera hundido en un pozo de oscuridad y no sobre el agua.
Excepto por el ruido de las olas, claro. La verdad es que le parecía un poco inquietante incluso a él. Pobre Katsudon.
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