18/01/2020, 21:22
Ella no dijo ni una sola palabra. Eso me puso un poco mas nervioso, si es que se podía, pero eso no me hizo parar.
Pero lo peor vino cuando se acerco. Demasiado cerca. Tanto que por un momento sentí su aliento sobre mi piel. Tanto que por un momento, sentí la piel de sus labios rodando los mios.
Tanto que estuve a punto de...
—¡¡TIEEEEEERRA A LA VISTAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Otra vez Katsudon. Las otras veces me había dado un poco igual, por que no sabia que era lo que quería decirme Yuuna. Pero esta vez si que me molesto. Por que había sido justo cuando estaba a punto de...
—¡Ay, ay, ay!
Yuuna se había tropezado con el cuenco de agua que había usado para comunicarse con el otro samurái y había caído al suelo golpeándose la cabeza y obviamente, haciéndose algo de daño.
Como cuando la asusté en el pasillo, volví a tenderle la mano para que se levantara. Aunque esta vez...
Esta vez si había dobles intenciones. Por que si aceptaba la ayuda... Si la aceptaba me tragaria toda la vergüenza que sentía en ese momento y tiraría de ella hacía mí para seguir con lo que Katsudon había interrumpido.
Era mi turno de dar un paso al frente. Katsudon no iba a robarme el protagonismo otra vez.
Pero lo peor vino cuando se acerco. Demasiado cerca. Tanto que por un momento sentí su aliento sobre mi piel. Tanto que por un momento, sentí la piel de sus labios rodando los mios.
Tanto que estuve a punto de...
—¡¡TIEEEEEERRA A LA VISTAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Otra vez Katsudon. Las otras veces me había dado un poco igual, por que no sabia que era lo que quería decirme Yuuna. Pero esta vez si que me molesto. Por que había sido justo cuando estaba a punto de...
—¡Ay, ay, ay!
Yuuna se había tropezado con el cuenco de agua que había usado para comunicarse con el otro samurái y había caído al suelo golpeándose la cabeza y obviamente, haciéndose algo de daño.
Como cuando la asusté en el pasillo, volví a tenderle la mano para que se levantara. Aunque esta vez...
Esta vez si había dobles intenciones. Por que si aceptaba la ayuda... Si la aceptaba me tragaria toda la vergüenza que sentía en ese momento y tiraría de ella hacía mí para seguir con lo que Katsudon había interrumpido.
Era mi turno de dar un paso al frente. Katsudon no iba a robarme el protagonismo otra vez.