19/01/2020, 20:13
(Última modificación: 19/01/2020, 20:13 por Amedama Daruu.)
—¡Cof, cof! —Yuuna se levantó de golpe, escupiendo un buen trago de agua. Lo primero que hizo fue mirar a Reiji. Luego a Katsudon, y a los dos extraños que la observaban con cara de circunstancias. Luego, al barco—. El... barco... lo salvé.
—¡La madre que te parió, Yuuna! —exclamó Katsudon, que se abalanzó sobre ellos como una vaca desde un quinto piso, aplastándolos a ambos en un abrazo—. ¡El barco no era tan importante como para arriesgar tu vida!
—Es injusto que digas eso, Don —dijo Raimyogan.
—Casi te aplasta a ti.
—¡La madre que te parió, Yuuna! —exclamó Katsudon, que se abalanzó sobre ellos como una vaca desde un quinto piso, aplastándolos a ambos en un abrazo—. ¡El barco no era tan importante como para arriesgar tu vida!
—Es injusto que digas eso, Don —dijo Raimyogan.
—Casi te aplasta a ti.
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es