4/02/2020, 01:01
Datsue pidió algo de bebida para los tres. A Juro ya ni le molestó: desconocía si su alumno consumía alcohol o no, pero no era su niñero y Datsue tenía razón: tenía que darle algo de espacio para elegir. Ciertamente, fue él quién afirmó que solo quería algo de comer y algo de beber que no contuviera dicho alcohol.
« Quizá me preocupo en vano. Es bastante independiente » — reflexionó, para sí.
—Pues te confieso que se me hace un poco violenta la situación —dijo, inclinándose a Juro para susurrarle al oído—. No me esperaba que fuese tan… Tan tan —reconoció.
— No puedo culparte. Yo tampoco me imaginaba algo así — le contestó, en otro susurro. Desde luego, esperaba que Kazuma no se llevara la impresión equivocada de su maestro y su acompañante. El lugar no era de su gusto y aquella no era precisamente una práctica que ambos hicieran a menudo.
Escuchó con curiosidad la respuesta de su alumno y supuso que, al menos, no estaba disfrutando demasiado de la experiencia. No en el sentido en el que los hombres lo hacían. Más bien, los observaba y trataba de ponerse en su punto de vista. Era, en cierta manera, un cínico. Juro se sintió bastante aliviado en ese sentido.
Atendió al intercambio de palabras entre su alumno y el trabajador del local (ignorando el momento de referencia explícita al sexo. Después de todo, su alumno ya había pasado suficiente vergüenza por sí mismo). Entonces, fue cuando entró en la conversación el buscar una señorita.
« Sí, tal y como pensaba, Kazuma es demasiado independiente » — La perspectiva de hablar con alguien le gustaba, aunque temía que cualquier mujer pudiera verle como otro hombre que buscase nada más que su cuerpo moviéndose al son de unos billetes. Suspiró.
— Supongo que es una tarea para alguien intrépido, ¿no crees? — murmuró, guiñándole el ojo a Datsue . Después de todo, él había sido el que había insisto en llegar ahí—. Aunque si no quieres hacerlo solo, no me importa estirar las piernas y acompañarte.
Cualquier cosa menos quedarse ahí viendo aquel horrible espectáculo.
« Quizá me preocupo en vano. Es bastante independiente » — reflexionó, para sí.
—Pues te confieso que se me hace un poco violenta la situación —dijo, inclinándose a Juro para susurrarle al oído—. No me esperaba que fuese tan… Tan tan —reconoció.
— No puedo culparte. Yo tampoco me imaginaba algo así — le contestó, en otro susurro. Desde luego, esperaba que Kazuma no se llevara la impresión equivocada de su maestro y su acompañante. El lugar no era de su gusto y aquella no era precisamente una práctica que ambos hicieran a menudo.
Escuchó con curiosidad la respuesta de su alumno y supuso que, al menos, no estaba disfrutando demasiado de la experiencia. No en el sentido en el que los hombres lo hacían. Más bien, los observaba y trataba de ponerse en su punto de vista. Era, en cierta manera, un cínico. Juro se sintió bastante aliviado en ese sentido.
Atendió al intercambio de palabras entre su alumno y el trabajador del local (ignorando el momento de referencia explícita al sexo. Después de todo, su alumno ya había pasado suficiente vergüenza por sí mismo). Entonces, fue cuando entró en la conversación el buscar una señorita.
« Sí, tal y como pensaba, Kazuma es demasiado independiente » — La perspectiva de hablar con alguien le gustaba, aunque temía que cualquier mujer pudiera verle como otro hombre que buscase nada más que su cuerpo moviéndose al son de unos billetes. Suspiró.
— Supongo que es una tarea para alguien intrépido, ¿no crees? — murmuró, guiñándole el ojo a Datsue . Después de todo, él había sido el que había insisto en llegar ahí—. Aunque si no quieres hacerlo solo, no me importa estirar las piernas y acompañarte.
Cualquier cosa menos quedarse ahí viendo aquel horrible espectáculo.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60