25/01/2021, 16:31
(Última modificación: 25/01/2021, 16:32 por Eikyuu Juro. Editado 2 veces en total.)
Juro sonrió al ver a Datsue feliz y nostálgico. Por su mirada, supo que en aquel momento, al alzar la jarra, no estaba con ellos, sino en otro lugar mucho más lejano, donde su mentor aún vivía.
— Que en paz descanse — repitió, alzando también la jarra. Por los tiempos pasados, los buenos tiempos presentes y los que vendrán. Esperó que la fortuna les siguiera sonriendo muchos más años.
Viendose ahí, en aquella taberna, con esos dos, no pudo evitar llevarse también por la nostalgia. Había pasado poco tiempo, pero cuando llegó ahí, nadie le había advertido que iba a tener que enfrentarse a enigmas y saboteadores, chiflados y amenazas. Ahora todo se había terminado, pero quedaría en su memoria para siempre. Esta experiencia le había ayudado a crecer.
No pudo evitar sentir un poco de vergüenza cuando Datsue reconoció su labor. Era cierto que le había ayudado, aunque también lo había hecho siguiendo su propio código moral.
— Es una oferta difícil de rechazar. Me muero de ganas de ver que cosas increíbles podrás hacer con esto — admitió, volviendo a sonreír —... y ha sido un placer verte competir también. Creo que todos hemos aprendido un poco en esta experiencia.
Juro se ruborizó un poco cuando Datsue habló del sello delante de su alumno. Mierda. Llevaba días haciendose el sensei molón y fingiendo que era capaz de comunicarse con Datsue o adivinar su paradero de forma instantánea. Supuso que a la vuelta, tendría que explicarle de qué iba el asunto. Le dedicó una mirada a Kazuma indicandole que luego lo hablarían, y asintió.
— Por supuesto. Tenemos que renovar nuestra alianza — Y se lo permitió, permitiendole llegar hasta la oreja donde reposaba el sello que les permitía hablar.
— Que en paz descanse — repitió, alzando también la jarra. Por los tiempos pasados, los buenos tiempos presentes y los que vendrán. Esperó que la fortuna les siguiera sonriendo muchos más años.
Viendose ahí, en aquella taberna, con esos dos, no pudo evitar llevarse también por la nostalgia. Había pasado poco tiempo, pero cuando llegó ahí, nadie le había advertido que iba a tener que enfrentarse a enigmas y saboteadores, chiflados y amenazas. Ahora todo se había terminado, pero quedaría en su memoria para siempre. Esta experiencia le había ayudado a crecer.
No pudo evitar sentir un poco de vergüenza cuando Datsue reconoció su labor. Era cierto que le había ayudado, aunque también lo había hecho siguiendo su propio código moral.
— Es una oferta difícil de rechazar. Me muero de ganas de ver que cosas increíbles podrás hacer con esto — admitió, volviendo a sonreír —... y ha sido un placer verte competir también. Creo que todos hemos aprendido un poco en esta experiencia.
Juro se ruborizó un poco cuando Datsue habló del sello delante de su alumno. Mierda. Llevaba días haciendose el sensei molón y fingiendo que era capaz de comunicarse con Datsue o adivinar su paradero de forma instantánea. Supuso que a la vuelta, tendría que explicarle de qué iba el asunto. Le dedicó una mirada a Kazuma indicandole que luego lo hablarían, y asintió.
— Por supuesto. Tenemos que renovar nuestra alianza — Y se lo permitió, permitiendole llegar hasta la oreja donde reposaba el sello que les permitía hablar.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60