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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#8
Si el Uzukage oyó el murmullo de Ayame cuando esta se dio cuenta que había perdido el brazo, nada hizo por demostrarlo. Nada salvo, si acaso, esbozar una media sonrisa tan breve como la llama de un mechero encendido en medio de un vendaval.

Hechas las presentaciones, Shanise no tardó en pedirles discreción sobre el nuevo cargo de Yui. Hanabi podía llegar a imaginarse los motivos. Después de todo, Dragón Rojo acababa de matar a más de media docena de Daimyōs. Mantener en secreto su verdadero cargo —y la ubicación que traía con ello—, no solo era una manera de protegerla, sino de quizá plantar un anzuelo. Ah, conociendo a Yui ese quizá debía ser más bien un: con toda seguridad.

Muy bien. Se mantendrá en secreto entonces.

No saldrá de aquí —le aseguró entonces él.

Y así, la reunión para una nueva era dio comienzo. Kintsugi no tardó en ir al grano, señalando uno de los principales problemas para la estabilidad y paz de Ōnindo: Dragón Rojo.

Por desgracia solo dispongo de la información de un par de miembros. Como ya saben, uno de los más peligrosos, me duele decirlo, fue uno de mis mejores shinobis en su día: Uchiha Akame. Capaz de teletransportarse a cualquier sitio que haya visto, entre otras cosas —añadió, mirando fugazmente su mano de madera—. Que yo sepa, hasta ahora la organización se esconde hábilmente entre la niebla del País del Agua, y no me extrañaría que estuviesen compinchados con Umigarasu. Además, está la parte del tatuaje que lava cerebros —intercambió una mirada con Shanise. Cuando Yui le había hablado sobre aquel sello que controlaba mentes, Kintsugi no se encontraba presente. Había abandonado la reunión minutos antes, tras no encontrar un punto de acuerdo en el tema de los jinchūrikis—. No sabemos si es algo que emplean en todos sus miembros o solo para controlar a unos pocos, pero algo me hace pensar que Akame también podría estar bajo su influjo. —Amegakure le había confirmado que el infame Uchiha Akame todavía no tenía dicho sello cuando se coló en su villa para asesinar a Hōzuki Chokichi. Todavía no había recibido el informe completo del reporte de Kaido, y desconocía el resto de la historia. Esperaba que Shanise pudiese dar más información al respecto. No obstante, había un detalle que había pasado por alto. Un detalle del que no se había dado cuenta hasta tiempo más tarde—. Es eso, o decidió perdonarle la vida al asesino de su amada.

Uchiha Zaide. No lo había reconocido el día del torneo. No, claro que no, ¿cómo iba a hacerlo? Tras perder litros y litros de sangre, con el brazo hecho un amasijo de carne putrefacta y sosteniéndose en pie a base de pura voluntad y los generosos hombros de Sasaki Reiji, bien podía dar gracias de que sus ojos hubiesen enfocado en aquel desgraciado.

Pero luego había recordado. Aquel nombre le sonaba mucho. Era…

Uchiha Zaide. Lo teníamos en el Libro Bingo desde hace tiempo. Concretamente, a finales del año 217, secuestró a Uchiha Datsue y a una kunoichi llamada Koko. Pidieron un rescate por ella a la familia de la joven. Os pasaré un informe más completo, pero resumidamente, la historia acabó con que la kunoichi y su hermana murieron. Esa kunoichi era la novia de Akame.

Por supuesto, aquello era solo el principio.

El caso es que aquella fue la primera vez que oí hablar no solo de Uchiha Zaide, sino de Dragón Rojo. Al parecer Zaide, por aquel entonces, tenía su propia banda, diezmada por el propio Dragón Rojo. Datsue pudo descubrirlo en su encierro. Zaide y los suyos habían cometido una especie de traición a Dragón Rojo y apenas quedaban tres supervivientes que trataban de esconderse por el País de la Tierra.

Suspiró.

Y ahora Zaide es, qué, ¿de perseguido a uno de los líderes de la organización? ¿Y Akame su compañero? No me extraña que la organización haga uso de ese fūinjutsu maldito, o ahí se sacarían los ojos entre ellos y nos harían casi todo el trabajo.

»Respecto al resto, me temo que no dispongo de más información —miró a Shanise. Esperaba que Kaido les hubiese inundado con datos nuevos.


Mensajes en este tema
RE: Reunión para una nueva era - por Sarutobi Hanabi - 18/09/2020, 04:12


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