¿Olvidar el tema del barco? Pero, ¿por qué tanta incomodidad con el asunto? ¿Tan desastroso había sido el atraque? Cuanto más se negaba Reiji en hablar, más curioso estaba él. No obstante, Reiji trastocó todos sus pensamientos cuando reveló que Hanabi le había contado su loca idea de proponerle como Uzukage.

—Vaya, ¿te lo ha dicho? —dijo, no con orgullo ni con ganas de echarse flores, sino más bien algo angustiado. Casi que hubiese preferido que eso se quedase entre Hanabi, el Consejo de Sabios y él. Que la gente empezase a saber que podía ser el próximo Uzukage no hacía sino añadir presión y carga sobre sus hombros. ¿Cómo podía permitirse ahora fallarles? ¿Cómo iba a repetir una de sus características cagadas? Se le quitaron las ganas de beber y todo—. Bueno, todavía no hay nada confirmado al cien por cien, ¿eh? De aquí a que se retire Hanabi, en muchos años, pueden pasar muchas cosas.

Llenó las copas de ambos y brindó con ellos, pero apenas bebió un sorbito.

—Ah, sí, el General. —Aquella ya era una conversación que le agradaba más—. Pues verás, apenas fue una semana después de que tú y Katsudon partieseis hacia el Hierro. Hanabi y yo nos fuimos hacia una playa preciosa que hay al este del Bosque de la Hoja, ¿sabes? A luchar donde no pudiésemos causar estragos serios.

»Oh, ¡tendrías que habernos visto! Vaya duelo, Reiji. ¡Vaya duelo! Hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto de un combate. Porque normalmente o estás luchando por tu vida, cosa que o estás como una puta cabra o es imposible de disfrutar; o tienes que contenerte para no reventar por accidente a tu oponente. Pero con Hanabi fue distinto. ¡Ninguno de los dos tenía que pisar el freno! Lo dimos todo, hasta el último aliento. Fue precioso. Y justo, justo cuando terminamos…

»… Bakudan aparece. El General de Kurama.

—Bueno, todavía no hay nada confirmado al cien por cien, ¿eh? De aquí a que se retire Hanabi, en muchos años, pueden pasar muchas cosas.

Si pero ¿Quien mejor que Datsue? Había sido el único capaz de sacarme de las sombras, de hacerme ver, y gracias a eso, ahora estaba donde estaba.

—Ah, sí, el General. —¿Debía un genin como yo tener toda aquella información? Bueno, dado que estaba metido hasta el fondo en lo de Kurama tal vez sí.—. Pues verás, apenas fue una semana después de que tú y Katsudon partieseis hacia el Hierro. Hanabi y yo nos fuimos hacia una playa preciosa que hay al este del Bosque de la Hoja, ¿sabes? A luchar donde no pudiésemos causar estragos serios.

Pues no conocía esa playa, pero si decía que era preciosa... quizás cuando supiera como manejar bien mi barco, podría ir a buscarla y a tirarme un rato en la arena o bañarme en el mar.

»Oh, ¡tendrías que habernos visto! Vaya duelo, Reiji. ¡Vaya duelo! Hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto de un combate. Porque normalmente o estás luchando por tu vida, cosa que o estás como una puta cabra o es imposible de disfrutar; o tienes que contenerte para no reventar por accidente a tu oponente. Pero con Hanabi fue distinto. ¡Ninguno de los dos tenía que pisar el freno! Lo dimos todo, hasta el último aliento. Fue precioso. Y justo, justo cuando terminamos…

Pues seguro que había estado muy bien el duelo, pero claro... También estaba seguro de que no hubiera sido capaz de ver nada. ¿Estar al nivel de un kage? Ni en mis mejores sueños. No alguien como yo.

Pero no estaba desanimado, no. Yo tenia en mente otros objetivos. Otra misión.

»… Bakudan aparece. El General de Kurama.

—¿Y como son? ¿Como los Bijuu? Si os doy para el pelo seguro que era muy fuerte...

—¿Qué nos dio para el pelo? —«Oh, ¡maldito Hanabi! ¡Esas cosas se suavizan!»—. Bueno, sí, la verdad que estábamos super muertos cuando nos atacó por sorpresa. Pero sí que era fuerte, sí. De hecho, de no ser porque obtuvimos ayuda, no sé yo si ahora mismo estaría aquí hablando con vosotros.

»Los Generales son como una especie de jinchūriki —explicó—. Poseen algo del chakra de Kurama, pero aparte de eso son como cualquier otro ninja. Este en concreto iba con una especie de mascarilla en la boca y no paraba de reírse como un loco hijo de puta. Fue… Fue el que mató a Uzumaki Goro. Y a… Akame.

—¿Qué nos dio para el pelo? —Solo había que ver a Hanabi. Pero si habían necesitado ayuda de shinobis de amegakure...—. Bueno, sí, la verdad que estábamos super muertos cuando nos atacó por sorpresa. Pero sí que era fuerte, sí. De hecho, de no ser porque obtuvimos ayuda, no sé yo si ahora mismo estaría aquí hablando con vosotros.

Pues menos mal que les ayudaron. Por que Datsue me caía bastante bien, y por que hubiera sido muy duro tener que contarle a Gyūki que uno de sus hermanos había "muerto" o sido atrapado por Kurama.

»Los Generales son como una especie de jinchūriki —¿Como yo? —. Poseen algo del chakra de Kurama, pero aparte de eso son como cualquier otro ninja. Este en concreto iba con una especie de mascarilla en la boca y no paraba de reírse como un loco hijo de puta. Fue… Fue el que mató a Uzumaki Goro. Y a… Akame.

—Osea... Que esos generales...¿Son como yo? —Pero un momento, eso era lo de menos...—¿¡A Akame!?

»Pero Akame de verdad no esta muerto ¿No? Entonces no lo mató... No me digas que... Fingieron su muerte y ahora...¿Akame también es un General?

Datsue negó con la cabeza.

—No, a Akame se le vio junto a Umikiba Kaido, traidor de Amegakure no Sato y reconocido miembro de una organización criminal llamada Dragón Rojo. Y no sé si fingió su muerte o alguien le resucitó, o él mismo, con alguna técnica secreta. —Él tenía algo parecido, después de todo—. Esos detalles todavía no se saben.

Chasqueó la lengua, irritado. Hablar de Akame no era algo que le pusiese de buen humor. Prefería evitar el tema.

—Oye, antes dijiste que Kurama mató a… ¿A tu padre? —preguntó, clavando los ojos en Yuuna—. Pero, ¿fue el propio Kurama o uno de sus Generales? ¿Visteis la batalla? ¿Le visteis a él?

Imaginaba que tanto Reiji como Hanabi ya habrían preguntado sobre ello, pues era información de vital importancia. Cualquier dato extra que pudiesen conocer de Kurama podía ser, en el futuro, la diferencia entre vivir o morir.

No podía ni imaginame lo que podía estar pasando en la cabeza y el corazón de Yuuna en ese momento. No era la primera vez que hablaba del tema, y justo por eso yo sabia lo incomodo que debía ser contestar a esa pregunta en concreto.

Volví a cogerle la mano y a darle un apretón cariñoso. Estaba ahí para darle apoyo. Si, no era mucho, pero no estaba sola.

—Yo... Estaba allí. Lo vi con mis propios ojos. Tenia una presencia aterradora, no pude moverme.

No pudo salvar a su padre. O como ella misma había admitido, no pudo morir intentándolo. Y gracias a todos los dioses que seguia con vida.

—Gyūki dijo que Kurama quería derrotar a Hagane para Revertir el sello y así hacerle ver La verdad. Pero no entiendo muy bien a que se refería. ¿Tu?

—Yo tampoco... Y justo antes de que Kurama lograse hacerle nada, mi padre...

Aquello era duro. Yo lo había escuchado como si nada la primera vez. Pero ahora me afectaba directamente. Como le había dicho a Datsue, no quería volver a verla llorar. Y claro, sacar así, de nuevo, el recuerdo de su padre... Tenia que ser muy duro.

—Mi padre se practicó el seppuku para evitarlo.

Era mucho mas duro escucharlo directamente de Yuuna que de Gyūki. Ni debía ser nada fácil soltar algo así.

Miré a Datsue pidiéndole con la mirada que intentará cambiar de tema. Y si podía ser, a un tema que despertara recuerdos menos dolorosos.

No es que pensara que Yuuna no era lo suficientemente fuerte para aguantar la conversación,todo lo contrario. El que se sentía incómodo al tener que verla contarlo una vez mas era yo.

Datsue abrió mucho los ojos, pero no dijo nada. No, porque no tenía palabras para lo que acababa de escuchar. Porque resultaba que los cuentos e historias que había oído de pequeño sí eran ciertas. Porque resultaba que los libros que había leído de adolescente se quedaban cortos. Porque resultaba que los mitos hacían justicia a la realidad. Porque Hagane había sido un héroe, en su máxima expresión. No, mucho más, lo que había sido, era…

…un auténtico samurái.

—Por tu padre —dijo, alzando la copa—. Por Hagane-dono.

Brindó con ellos, y esta vez sí, dio un buen trago al konyak. Hagane se lo merecía. ¿Qué tipo de humano controlaría Kurama para tener que realizar semejante sacrificio? ¿Qué tipo de habilidades? ¿Qué tipo de poderes? Quiso preguntar más, pero la mirada suplicante de Reiji le coartaba. Quizá lo mejor sería consultarlo con Hanabi más adelante.

—Revertir el sello… Hmm… Eso es algo que hicieron con Aotsuki Ayame, ¿no lo sabéis? —preguntó, inseguro. Recordaba que cuando era un genin él tampoco tenía acceso a demasiada información—. Básicamente, le revertieron el sellado del jinchūriki. Kokuō pasó a controlar el cuerpo de Ayame, y la voluntad de Ayame quedó encerrada. Hasta que la encontraron y devolvieron el sello a su estado original, claro, gracias a la ayuda del Consejo de los Sabios.

—Revertir el sello… Hmm… Eso es algo que hicieron con Aotsuki Ayame, ¿no lo sabéis? —Miré a Yuuna. Ells tampoco parecía saber de que hablaba Datsue.—. Básicamente, le revertieron el sellado del jinchūriki. Kokuō pasó a controlar el cuerpo de Ayame, y la voluntad de Ayame quedó encerrada. Hasta que la encontraron y devolvieron el sello a su estado original, claro, gracias a la ayuda del Consejo de los Sabios.

Eso despertaba mas dudas de las que aclaraba. Por qué el Hachibi y Hagane habían luchado para evitarlo, pero sabiendo como era Gyūki, tampoco hubiera sido ningún dilema que invirtieran el sello. Sobretodo por que eso tampoco parecía ponerlos de parte de Kurama.

—Tiene que haber algo más. Quizas visto lo de Ayame, Kurama cambió la formula. No entiendo mucho de Fuuinjutsu, por no decir nada, pero si Gyūki hubiese tomado el control, habría seguido luchando contra él, no parece que invertir el sello hubiese cambiado las cosas.

—Quizas este relacionado con eso de Ver la verdad que mencionó Gyūki.

Si. ¿Pero a que se refería kurama? Estaba claro que seria a Su verdad comi bien había añadido el hachibi. Pero ¿Que era esa verdad?

—Puede ser...¿Shukaku no sabe a qué podría referirse Kurama con eso?

Pregunté mirando a Datsue. Quizás pudiera obtener alguna respuesta del Bijuu. Sobretodo si estaba dispuesto a luchar junto a nosotros contra Kurama, estaría bien que nos diera información sobre su hermano.

Datsue negó con la cabeza.

—Shukaku opina como yo: que es un loco egocéntrico y que a saber de qué verdad habla. Tampoco creemos que haya cambiado el funcionamiento del sello. Al fin y al cabo, eso fue lo que ofreció a Shukaku a través del General cuando nos enfrentamos a él. —Suspiró—. Es mejor no pensar demasiado en ello. Quizá hasta fuese algo metafórico, o simplemente que si se unía a él empezaría a ver las cosas de distinta manera. A saber.

Se acabó la copa de un rápido trago y notó cómo el alcohol empezaba a afectar ya su cuerpo. Se sentía liviano, más valiente y atrevido de lo normal. Kurama ya no parecía tan peligroso, ni la vida del ninja tan dura.

—Sabéis lo que nos toca hacer, ¿verdad? —miró a Yuuna, miró a Reiiji—. Tenemos que hacernos todavía más fuertes. Tenemos que dejar de esperar al próximo movimiento de Kurama para empezar a atacar nosotros también. Tenemos que cargarnos a ese tío y colgarlo del puto Árbol Sagrado. Llegará el día en que todo se precipitará. Y debemos estar preparados.

—Sabéis lo que nos toca hacer, ¿verdad? —Si. Tenia dos misiones. llevar el mensaje de Gyūki, y recuperar a la madre de Yuuna.—. Tenemos que hacernos todavía más fuertes. Tenemos que dejar de esperar al próximo movimiento de Kurama para empezar a atacar nosotros también. Tenemos que cargarnos a ese tío y colgarlo del puto Árbol Sagrado. Llegará el día en que todo se precipitará. Y debemos estar preparados.

Si. Yo tenía un camino larguísimo. En mi estado, necesitaria mucho mas que la ayuda de Yuuna y Katsudon para hacerle siquiera un rasguño a uno de esos generales. Si Datsue y Hanabi no habían podido solos...

Pero no podía venirme abajo. Era cuestión de entrar. Era un Inútil, si. Pero con Yuuna al lado era capaz de ver más allá. Era un Inútil con posibilidades.

—Si, pero necesitamos al resto de Bijuus. Contactar con los guardianes de Amegakure y Kusagakure sin que se enteré Kurama es fácil gracias a ti.

—¿Puedes hacer eso?

Preguntó Yuuna, que no había estado durante esa parte de la conversación, mirando incredula a Datsue.

—¿Pero como voy a localizar al resto? Ni que existiera una brújula localizadora de Bijuus o algo... además, ¿Como te plantas delante de seres gigantescos y con un poder destructivo enorme y les dices que tienen que aliarse con aquellos que en el pasado los usaron y los mataron, con aquellos que en el presente los buscan para encerrarlos y controlarlos de nuevo?

Si. Iba a ser un milagro si sobrevivía a uno de esos encuentros sin que me dieran un bocado y me arrancarán la cabeza.

Datsue se encogió de hombros ante el asombro de Yuuna. Sí, claro que podía hacerlo. ¡Eso y mucho más! Reiji, por otra parte, parecía muy preocupado por su misión. Encontrar a Ayame y Juro era fácil, pero, ¿y el resto de bijūs?


«¿No hay ningún otro bijū aparte de Kokuō y Chōmei?»


«Oh… Vale, vale».

—Creo que no te tienes que preocupar por el resto, Reiji. No hay —dijo, directo y al grano—. No han renacido todavía. Además, piensa que tampoco son los seres más difíciles de encontrar en el mundo. Cuando aparecen hacen ruido… Mucho ruido.

—Creo que no te tienes que preocupar por el resto, Reiji. No hay —¿Como que no había más?¿Por que no había más?—. No han renacido todavía. Además, piensa que tampoco son los seres más difíciles de encontrar en el mundo. Cuando aparecen hacen ruido… Mucho ruido.

—¿Y como vamos a derrotarlo si no los tenemos a todos de nuestra parte? ¿Como le vencemos si no están todos? Solo un general ya fue un problema para vosotros dos y el uzukage, el ejercito de Kurame crece con los ninjas del copo se nieve... No estará solo.

¿Acaso importaba bien poco cuan fuertes fueramos? Estaba claro que Kurama no era invencible, pero tenia los generales y un montón de shinobis. Es cierto que los Bijuus no lo eran todos. Pero Gyūki fue bastante claro. Teníamos que luchar todos juntos.

—No quiero ser dramático, pero... Vamos a necesitar muuuucho entrenamiento.

Yo el primero.

¡BAM! Datsue dando un golpetazo en la mesa con las palmas de las manos.

—¿No estará solo? Nosotros tampoco —replicó con contundencia—. ¿El ejército de Kurama crece? Nosotros tenemos la jodida Alianza. Que no se te olvide que la última vez que eso sucedió, se derrotó a los nueve bijū, Kurama incluido. ¿Que tiene a los Generales? Bueno, ya solo le quedan siete. Y nosotros tenemos a Hanabi. A Katsudon. A Uzumaki Eri. A Nabi. A Uchiha Raito. A ti. A Yuuna. A Ayame. A Daruu. A Moyashi Kenzou. A Yui. A Shanise. A mí. Al Gran Shukaku. Podría seguir así toda la noche, Reiji. —Pero, en su lugar…

En su lugar se sacó una botella de ron y sirvió las tres copas. A ver si así le sacaba el pirata que llevaba dentro.

¡BAM!

—¡PERO TÍO, QUE LA MESA TAMBIÉN ES NUEVA, ¿QUIERES QUE ME MATE MI MADRE ANTES QUE KURAMA O QUE?!

Joder. Era ella la que manejaba los billetes en casa. Ella era la que había puesto todo el dinero pera pagar los arreglos y mejoras del barco. O mejor dicho, diremos que me lo había "prestado".

—¿No estará solo? Nosotros tampoco. ¿El ejército de Kurama crece? Nosotros tenemos la jodida Alianza. Que no se te olvide que la última vez que eso sucedió, se derrotó a los nueve bijū, Kurama incluido. ¿Que tiene a los Generales? Bueno, ya solo le quedan siete. Y nosotros tenemos a Hanabi. A Katsudon. A Uzumaki Eri. A Nabi. A Uchiha Raito. A ti. A Yuuna. A Ayame. A Daruu. A Moyashi Kenzou. A Yui. A Shanise. A mí. Al Gran Shukaku. Podría seguir así toda la noche, Reiji.

Pues tenia razón si. Mucha razón. Que cojones toda la razón. Pero para eso no hacia falta partime la jodida mesa de un golpe.

Cogí el vaso y brindamos los tres.

—¡Pues claro que si! Pero antes de partile el lomo al zorro ese, salvaremos a la madre de Yuuna y haremos que los samuráis se unan también a nuestra causa.

Lo primero era seguro. Lo segundo era lo difícil. Yo sentí aquel odio y desprecio que sentían por los ninjas, y eso no era por culpa de que manipularon a su lider. ¿Pero que mas daba? Por que yo...

—POR QUE YO SOY EL PEOR PIRATA DE OONINDO.

—Otra vez no...

¡Pues claro que sí! Datsue brindó por ello. Por la madre de Yuuna. Por los samuráis. Y por la resaca que iba a tener al día siguiente.

—¿Cómo que no otra vez? —preguntó, terriblemente curioso ante la reacción de Yuuna—. Acaso... ¡Hip! ¿¡Acasho se viene canción, Reijji!? ¿¡SE VIENE O NO SE VIENE!?