4/09/2017, 11:21
Tan malévola o mas que la serpiente del árbol prohibido, la pelirroja se jactó de que el juego no terminaría hasta que ella así lo decidiese. Por suerte o desgracia para el joven que tenía entre manos —su presa— eso podía ser tan placentero como estresante, aunque mas bien tirando hacia lo primero. En éstos asuntos la experiencia es algo que juega a favor, y la kunoichi ya tenía unos cuantos años bien experimentados...
Datsue, que escuchó con los ojos abiertos como platos las palabras de la chica, no pudo evitar querer ahora que el juego continuase. Inicialmente quería que la tortura parase, pero se lo pensó mejor. Quizás, hacia donde la chica se deslizaba cual serpiente, también le pareció mejor idea, y después de todo, el cerebro es quien decide. Sobra preguntarse donde estaba toda la sangre en ese momento para pensar.
De nuevo, se mordió el labio inferior, con una mirada lasciva, y una mano que jugueteaba por sus abdominales, recorriendolos hacia arriba y hacia abajo en una suave caricia. —Te avisé que no sería justo, para ti... que me aprovecharía...
Y con esas palabras, la pelirroja continuó deslazándose hacia abajo, buscando satisfacer sus ganas de jugar con el chico. No sería mas que el principio de una larga noche, donde no dejaría minuto alguno en desuso, donde jugaría con su cuerpo hasta la saciedad...
Datsue, que escuchó con los ojos abiertos como platos las palabras de la chica, no pudo evitar querer ahora que el juego continuase. Inicialmente quería que la tortura parase, pero se lo pensó mejor. Quizás, hacia donde la chica se deslizaba cual serpiente, también le pareció mejor idea, y después de todo, el cerebro es quien decide. Sobra preguntarse donde estaba toda la sangre en ese momento para pensar.
De nuevo, se mordió el labio inferior, con una mirada lasciva, y una mano que jugueteaba por sus abdominales, recorriendolos hacia arriba y hacia abajo en una suave caricia. —Te avisé que no sería justo, para ti... que me aprovecharía...
Y con esas palabras, la pelirroja continuó deslazándose hacia abajo, buscando satisfacer sus ganas de jugar con el chico. No sería mas que el principio de una larga noche, donde no dejaría minuto alguno en desuso, donde jugaría con su cuerpo hasta la saciedad...