— Joder, otra vez la pijita de turno

Shanise refunfuñaba mientras leía — por primera vez — el pergamino que sostenían sus manos mientras la procesión iba por dentro. Problemas con los que tenía que lidiar Amegakure. Los problemas del lujo y el glamour. Y de los avances tecnológicos también.

— Vale, vale. Supongo que un par de gennins bastaran para entretener a la tipa esta

Bajo esa convicción, la mano derecha de la mismísima Arashikage mandó ordenar que se avisase a dos gennins que no estuvieran de servicio para que fuesen hasta la sala en la que estaba esperando tras aquella máscara.


En la calle, un par de jounins que trabajaban en el edificio donde se tomaban todas las decisiones de la Lluvia partieron para ir a dos puntos concretos. Los hogares de King Roga y Kori no Galen para solicitar de su presencia en el edificio de la Arashikage y preguntar por Shanise a la mayor brevedad posible.

La clásica sala familiar estaba como siempre, sencilla, humilde, con la televisión prendida. La única diferencia, es que Iroha tuvo que recibir el mensaje de que solicitaban a su hijo para algún asunto en el edificio de la Arashikage.

—¿Te has metido en algún problema del que yo deba saber?— La ex-kunoichi frunció el ceño.

—¡Claro que no!— Siempre que causaba alguna travesura, se encargaba de taparla bien.

—Pues andando, que te quieren ver en la recepción del edificio de la Arashikage. Debes preguntar por Shanise.

—¿Shanise?— No era la primera vez que escuchaba aquel nombre. "Si mal no me recuerdo, Daigo dijo que ella intentó asesinar a Datsue durante el incidente del examen el año pasado. Joder, no la conozco y ya me cae bien." Rió siniestro mientras tomaba todas sus cosas para dirigirse a la torre más grande de toda la aldea.

Llegaría entonces hasta el edificio con prontitud, dando pasos fuertes y cantando. No era la primera vez que pisaba aquel suelo de tal forma.

—I won't take no prisoners, won't spare no lives...— Su mirada se posó en el escritorio, observando a quién fuera el encargado de cubrir el turno ese día. —...Nobody's putting up a fight...— Caminaría hasta la persona y preguntaría con una sonrisa blanquecina y resplandeciente. —Me han convocado para un asunto en específico, y me dijeron que debía contactar con... Shanise-san— Se lo pensó un poco. No era propio de él utilizar honoríficos tradicionales, pero si ella era la que estuvo en representación de Amegakure en aquella ocasión, debía ser alguien importante —Ignoraba totalmente que se trataba de la mano derecha de la mismísima Yui—. "Se siente raro hablar así" Si por el fuera, le diría señorita y ya está.

Está tumbado en la cama, mirando al techo fijamente. Masca un poco de menta y apoya la cabeza sobre sus manos, tiene las piernas cruzadas. Hace unos minutos que ha desayunado, y sobre la mesa todavía están los restos que envolvían los donuts y el recipiente del café, todavía humeante.

El apartamento está desordenado y en una de las paredes del salón principal, se acumulan varios diseños de piezas para marionetas. En los últimos días ha estado trabajando en nuevos componentes para agregar a su marioneta. Sobre la mesa, junto al café, también hay un pergamino abierto que contiene los planos para una nueva marioneta que su tío le hizo llegar por correo hacía una semana.

«Si consiguiera un poco de ambrosía, podría aumentar el efecto paralizante del veneno...»

La ventana está abierta y deja pasar una suave brisa que, acompañada por el canto de los pájaros, tiene a Galen inmerso en sus pensamientos. El aire acaricia sus pies desnudos, que se mueven al compás de la melodía de las aves. Los gritos en el distrito comercial y el olor a verdura frita del restaurante que hay bajo su casa también se cuelan a través de la ventana.

Pican a la puerta suavemente en varias ocasiones. Pasan unos segundos hasta que Galen la abre y recibe las órdenes de su superior.

— Gracias — se limita a responder, y ofrece una sutil reverencia al mensajero.

El Jounin desaparece acompañado por una ráfaga de viento y el Genin vuelve a cerrar la puerta. Prepara su equipo, ordena la mesa y guarda el pergamino bajo la cama, en un pequeño baúl en el que protege bajo un sello su trabajo más preciado. Su apartamento está cerca del lugar donde ha sido convocado, por lo que no tardará demasiado en llegar.

Cuando sale del piso se percata de la importancia del momento. Ha sido convocado directamente al edificio del Arashikage para realizar una misión. Es uno de sus primeros encargos y decide no hacer esperar ni un segundo a Shanise para dar buena imagen. Aquello le llena de orgullo y le hace recordar a sus padres, fallecidos en una misión oficial.

Una vez llega a la recepción de la gran torre, pregunta por Shanise. Mientras espera, imagina cual será su aspecto.

— Yo soy Shanise, os estaba... —

Echó un vistazo y solo vio a un gennin, hasta que levantó la vista una vez más.

— Ahora sí. Os estaba esperando, chicos. Yuji, ¿qué tenemos?

— Soy Yuko, Shanise-dono. Aquí tiene — le corrigió desde detrás de aquel mostrador, haciéndole entrega de dos informes.

— Bien, gracias, Yuko. Hmm... Roga-san, Galen-san, seguidme, por favor

Mientras subían las escaleras en lugar de subir los 10 pisos que acabaron por ascender, la mano diestra de Amekoro Yui echó una buena ojeada a ambos informes. Galen sería el auténtico novato. King Roga tenía algo más de experiencia, aunque se estaba siendo bastante generoso, tampoco es que fuese el gran baluarte de Amegakure, pero tenía más idea de qué iba esto de ser ninja de la Lluvia. Entraron a una sala pequeña con una mesa de hierro, acompañada de unas sillas también de hierro, con una ventana panorámica en la que las gotas de agua se iba incrustando. Hacia algo de viento allí fuera a esa altura.

— Bueno, bueno, mis queridos genins. Tranquilos, no voy a echaros ninguna bronca. Podéis respirar tranquilos — decía Shanise con un tono de voz imperturbable — Ser la vanguardia de la tecnología también tiene sus desventajas, por asombroso que parezca. Hoy necesito que hagáis algo por la aldea y comprobéis de primera mano lo que os estoy diciendo.

Dejó un pergamino encima de la mesa de metal y retiró la extremidad.

— Considerad esto una misión de rango D de cierta importancia, osea casi una de rango C. Necesito que mostréis la disciplina que solo los shinobis y kunoichis de Amegakure tienen y le enseñéis a... bueno, dejaré que la juzguéis vosotros mismos, pero quiere hacer turismo por la aldea.

Shanise dio una rápida repasada a ambos gennins, primero Roga y luego Galen.

— ¿Alguna duda?

"¡Ah que era ella! Demonios, menos mal no dije nada irrespetuoso." Si hubiese llegado como de costumbre preguntando por la tal Shanise quizás se hubiese metido en un gran dilema. También estaba el hecho de que habían llamado a otro genin para aquel asunto, por lo que el Yotsuki empezó a atar los hilos y a ver por donde iba el asunto. "¿Y este?" Le vio de reojo. Tenía más edad que él, pero no recordaba verlo para nada en su grupo de la academia. "Y no parece tener una puta idea sobre presentación." Le miro de arriba para abajo, podía pasar de largo de él.

Luego, tuvieron que subir diez pisos por las jodidas escaleras. "La madre, ¿acaso el elevador está fuera de servicio o qué?" Le pareció un esfuerzo innecesario. Oh, si tan sólo supiera que allá arriba la Arashikage estaba leyendo su informe, pero no iba a llegar a saberlo.

En cuanto entraron a la oficina, el Yotsuki escuchó atentamente las indicaciones de la mujer. "Creo que lo de la disciplina será un problema." No es que el fuera muy bueno cómo ejemplo, pero si que fue el primero en tomar la iniciativa en leer el pergamino con los detalles de la misión.

Tal vez a su colega y a la kunoichi les pareciese un tedio aquel encargo, pero para el Yotsuki era todo lo contrario. "¡LOBO TE HAS SACADO LA LOTERÍA!" Sonrió con una alegría sin igual al leer el pergamino.

—Shanise-san, usted no tiene absolutamente nada de qué preocuparse— Dejó que su compañero leyese el pergamino para que no se sintiese ignorado.—Nada de desventajas, no pudo pedir mejor ninja para ello—. Sonreía con total orgullo — Conozco los mejores restaurantes del distrito comercial y las mejores tiendas de ropa, ¡seré el asistente del back stage de ser necesario!

Él mismo aspiraba a convertirse en un rockstar, por lo que escoltar a una artista real era lo más cerca que estaría de cumplir su propio cometido. "¡Incluso quizás logre que le hable a su agente de mí!" Oh, que cuando King Rōga está de por medio las cosas nunca son lo que parecen.

»Sólo necesito saber dónde y a que hora debemos reunirnos con la señorita Miura... Y espero que los gastos que requiera no corran por nuestra cuenta porque si de nuestro bolsillo salen sus caprichos quizás luego nos deje en la ruina.

Por su parte, el marionetista se ha pasado el tiempo de espera leyendo, sentado en un cómodo sofá que ocupa una parte de la espaciosa recepción; también se ha fijado en su compañero de misión, que parece extrovertido y nervioso. No tiene que esperar mucho tiempo más hasta que la persona que los ha convocado aparece. Al principio Galen se siente ignorado por ambos, pero para un novato como él, aquello iba a ser el pan de cada día.

«Genial, es justo lo que necesito hoy... energía nerviosa y estrés.»

Shanise les ordena que la sigan y ellos hacen lo propio sin mediar palabra. A medio camino, mientras suben las escaleras, a Galen se le ocurre presentarse a su compañero. Si iban a compartir la responsabilidad de la misión, qué menos que un mínimo de cordialidad, pensó.

— Buenos días compañero, mi nombre es Kori no Galen, de Yukio.

Continúan subiendo y finalmente alcanzan su destino. Shanise entra a un salón amueblado con metal y les habla sobre la naturaleza de la aldea. Mientras lo hace, Galen mira por la ventana como el viento arrastra las gotas de lluvia. Cuando Shanise habla sobre hacer algo por la aldea, capta toda la atención del marionetista.

Se acerca junto a Roga a leer el contenido de la misión. Parece un trabajo fácil, aunque el estatus social de la protegida puede suponer un problema. No conoce a la artista ni tampoco su carrera, pero la palabra guardaespaldas hace que se tome muy enserio la misión que le han asignado.

— El distrito comercial ha estado tranquilo en los últimos días. Yo vivo allí y al margen de algún incidente que ya está resuelto... — interrumpe el desarrollo para visualizar mentalmente la zona del distrito comercial; intenta ubicar el local hasta el que escoltarían a la protegida — ¿Qué piensas sobre las posibles complicaciones, compañero? — pregunta a Roga, visiblemente agitado por la naturaleza de la misión.

Cuando Shanise pregunta si tienen alguna duda, Galen niega con la cabeza y se aleja del pergamino. Se coloca enfrente de la kunoichi y espera su siguiente orden con diligencia.

Mientras que el extravagante King Roga se estaba mostrando completamente emocionado ante el trabajo que tenían que hacer, Galen se estaba mostrando tranquilo, diligente y como un buen shinobi de Amegakure debía ser. Quizás no estaba todo perdido. Bueno, Roga si lo estaba. O eso o es que no sabía esconder sus sentimientos. En cualquier caso, tenía trabajo por delante si quería ser un buen shinobi de la lluvia.

—Shanise-san, usted no tiene absolutamente nada de qué preocuparse. Nada de desventajas, no pudo pedir mejor ninja para ello

Bien, ¿cómo diantres sabía aquel gennin si era el ninja adecuado o no? a veces era mejor cerrar el pico.

— Conozco los mejores restaurantes del distrito comercial y las mejores tiendas de ropa, ¡seré el asistente del back stage de ser necesario!

Al parecer aquello no fue suficiente. Una especie de sensación extraña estaba inundando el cuerpo de Roga. Era parecido a un estado de embriaguez, como si perdiera el sentido de la cordura y la compostura.

»Sólo necesito saber dónde y a que hora debemos reunirnos con la señorita Miura... Y espero que los gastos que requiera no corran por nuestra cuenta porque si de nuestro bolsillo salen sus caprichos quizás luego nos deje en la ruina.

Shanise hizo planear su palma de la mano diestra hasta encontrarse con el metal de la mesa, provocando un sonoro estruendo. sus orbes, autoritarios , se cruzaron con los del gennin que habían perdido la cordura, desafiandolo a mantener el contacto visual.

— Limitate a hacer lo que se os ha pedido y a aprender de tu compañero. L;o único que se espera de vosotros es que le enseñeis la ciudad, seáis amables y que la protejais de cualquier retrasado que ose tirarse encima de ella, ¿Entendido? — la mano de Shanise volvió a levantarse para volver a colocarse detrás de su espalda, entrelazada con la otra mano — Oh, sí... Podéis ir a reuniros ya al local de Kazuki-san. Así que arreando, vamos

El Yotsuki simplemente abrió los ojos sorprendido ante la reprimenda de la Hozuki, aunque no era posible apreciar eso bajo sus oscuras gafas. "¿Acaso dije algo indebido? Por mucho que lo rebuscaba, no encontraba el error. "Si no quieren que sea proactivo y aporte algo más, pues no lo hago." Por instinto reclinó la espalda un poco hacia atrás ante los gritos, aunque le mantuvo siempre la mirada a Shanise. Según su punto de vista, no dijo nada malo. No estaba asustado, pero sí muy confundido y extrañado.

Sería un ninja, pero tenía once años. Era muy difícil matarle su clara inmadurez. De por sí los regaños siempre causaron un efecto psicológico inverso en él. Entre más golpizas y gritos recibía de Shishio, más irreverente y soberbio se volvía. Era por ello que decirle que actuara con profesionalidad era como pedirle al sol que no se escondiese en el horizonte.

—Entendido— Contestó un tanto alicaído cuando la del respirador volvió a una postura más normal.

Aunque, bajo su aspecto de irremediable pandillero, era un chico listo.

—¿Nos brindará la dirección exacta del local? En el pergamino no está indicada— Respondió a la orden de la kunoichi con toda serenidad.

Sabía como buscar el lugar por su cuenta, pero si debían llegar tan rápido cómo se les ordenó lo mejor era ir directamente sin perder el tiempo buscando o preguntándole a la gente. Era un chico diligente, que le ponía mucho corazón a sus acciones. Aunque no muchos estaban de acuerdo con su pasional actitud.

Ignoró a Galen en su pregunta, al menos al inicio ya que estaba más atento a Shanise.

—Hay una que me preocupa en especial, pero te lo comentaré de camino al local— Le diría luego al marionetista. No se sentía cómodo en presencia de la Hozuki.

Cuando Shanise abronca a Roga por su actitud, Galen no puede evitar sentirse mal por su homólogo. Al contrario que Roga, que parece encajar la reprimenda con compostura, él se ruboriza cuando Shanise lo expone como ejemplo de buen comportamiento. Sabe que es el mayor de los dos, pero no está acostumbrado a los halagos; mucho menos viniendo de una kunoichi de su categoría.

— Entendido, Shanise-sama.

Sin prestar atención a la respuesta de Roga, el marionetista sale por la puerta su pergamino a la espalda. Cuando sale del cuarto, se apoya sobre una pared hasta que Roga hace lo propio.

— Lo siento por eso...

Él sabe que la respuesta de Roga no ha sido la apropiada delante de Shanise, aunque también que no le corresponde a él enseñarle protocolo al enfático Genin. Además, parece visiblemente alterado por las características de la misión, por lo que prefiere guardar la distancia y no aleccionarlo.

— Roga-kun, ¿qué es lo que querías comentarme? — Galen se incorpora y baja las escaleras de la torre junto a su compañero. Mientras bajan el de Yukio percibe como el vaho se condensa en los ventanales de la torre, y siente como el frío se impregna en sus manos y pies.

«Si vamos a salir ahora habrá que prepararse. No he traído la ropa apropiada.»

Una mueca de preocupación se forma en el rostro de Galen antes de llegar a la salida.

Roga hizo una última pregunta después de haber recibido el mensaje. Parecía que lo había captado a la perfección.

— ¿Cómo? no está anotado aquí?

La Hozuki tomó el pergamino sin pedir permiso ni nada, comprobando que, efectivamente no se detallaba el lugar donde había que acudir, el local de Kazuki.

— Joder, cada día más inútiles. Bien toma — la mujer tomó un mapa de una de las mesas, marcando con una cruz un punto en el centro del distrito comercial — Este es el local de Kazuki-san. Se llama 'La cucaracha famosa' y ahora date prisa o tu compañero llegará antes

Shanise hizo entrega del mapa y del pergamino a Roga. Ya habían estado de suficiente cháchara y había llegado el momento de que ambos muchachos empezasen con aquella peculiar misión.

El Yotsuki hizo esfuerzo por no reír cuando escuchó el nombre del comercio, pues era jodidamente gracioso y lamentable a partes iguales. "¡La cucaracha famosa! Por Amenokami, este tipo necesita a un nuevo agente de publicidad o su negocio se va a ir a al ruina. No me extraña que no tenga dinero para pagar seguridad privada, que los trajes de los guaruras han de ser más caros que el terreno donde lo montó. Quizás quiere ver si traer a una estrella de prestigio logra levantar su reputación, que de lo contrario la cosa se pondrá fea." Tomó el mapa y le echó una buena ojeada para determinar la ruta más corta.

—All right! Ahora sí me retiro— anunció para luego salir del despacho dando brincos y lograr entablar contacto visual con Galen, el cuál se dispuso a bajar por las escaleras.

"¡Ah maldito! ¡Que bien me deja vendido! Ni siquiera intentó defenderme en lo más mínimo." No estaba realmente molesto, pero le pareció algo poco empático por parte de su compañero. El adolescente le preguntó nuevamente sobre la espinita que el Yotsuki tenía sobre la misión, ante lo cuál suspiró y respondió con calma.

—Pues, es justamente sobre los posibles retrasados como los llamó Shanise— Se cruzó de brazos al hablar. —No necesariamente maleantes, sino fanáticos de la señorita que quisiesen un autógrafo o una fotografía. A veces las personas pierden la cabeza y podrían llegar a invadir no sólo la privacidad de la cantante sino su espacio personal— chasqueó la lengua. —Un guardaespaldas profesional podría mantener a raya a cualquier aficionado por puro tamaño y fuerza, pero ya mirándonos a ti y a mí no creo que ninguno de los dos podamos lograrlo— se encogió de hombros. Rōga era pequeño, estando levemente por debajo de la marca del metro con sesenta. Galen por otro lado si tenía una altura decente, pero no sabía si era un shinobi que pudiese luchar adecuadamente a puño limpio. —Espero de todo corazón que no se llegue a dar un caso así, porque lo último que podemos hacer es recurrir a la violencia en contra de civiles, por muy impertinentes que estos puedan llegar a ser— remató. Por una vez en la vida sus triviales conocimientos del mundo moderno parecían ser útiles.

No necesitaba sacar el mapa, al menos no hasta que llegasen al distrito comercial. Sería una vez estando allí, donde lo sacaría para mostrárselo a su compañero.

—No me dieron la dirección exacta, pero esta equis marca el lugar— sonrió mientras le mostraba el mapa al marionetista, aunque este no conducía a ningún tesoro.

Después de la explicación de Roga, ambos bajan las escaleras y ponen rumbo al distrito comercial. Galen intenta buscar algún tema de conversación agradable para hacer el camino más ameno, pero no es capaz de encontrarlo.

Una vez llegan al distrito comercial, su compañero saca el mapa de la zona e indica la localización del local donde habían sido convocados. Conocía muy bien la zona ya que, gracias a las vistas privilegiadas de su apartamento, ha tenido la oportunidad de conocerla bien en los últimos años.

— Se adonde es... ¡Sígueme Roga-kun!

Galen hace de guía hasta 'La cucaracha famosa' y una vez en la puerta, se para un momento a investigar la calle y el exterior del local. Mira a Roga y recuerda su entusiasmo por la misión, por lo que deduce que él puede reconocerla.

— Supongo que conoces su aspecto, ¿verdad? — Galen es incisivo y como normalmente, va al grano.

OFF: Seguid roleando hasta que entreis.

A decir verdad, Rōga se quedó extrañado con la actitud de Galen. No mostró intención de aportar ninguna idea a su explicación, sino que simplemente se limitó a escuchar y seguir con el camino. "¿Pero que le pasa?" Al Yotsuki se le volvía un poco incómodo, ya que incluso con su sensei o con otro superior como Daruu, la experiencia era muy distinta al trabajar juntos. "Hasta Sagisō era más elocuente que este sujeto." Era extraño que tuviese una relación más coloquial con otros shinobi de mayor rango, que con alguien de su mismo nivel. Sin saberlo realmente, estaba aprendiendo la diferencia de alguien con madera de liderato respecto a quién se conformaba con ser un soldado raso. El buscar la confianza de los subalternos con un compromiso sincero, más allá de seguir una simple cadena de mando.

El resto del camino fue tedioso porque Galen se mantuvo igual de silencioso. Si bien el de cabellos tricolor era muy efusivo y alegre, parecía que que el chico de los piercings tenía una pared de hielo que le impedía establecer un vínculo. No encontraba una abertura por la cuál entrar sin que fuese algo forzado o impertinente. Existían tantas cosas triviales de las cuales hablar, pero ninguno de los dos hizo esfuerzo en acercarse al otro. Ni siquiera para conocer la forma de operar de cada uno. "Esto puede ser un problema..." suspiró. "Creo que si se trata de presentación, mejor yo tomaré las riendas. No creo poder cederle negociaciones o similares." De por sí su actitud altiva le hacía tomar la iniciativa de mando, aunque legalmente ninguno de los dos fue asignado con potestad sobre el otro.

Por lo menos, el marionetista tenía conocimiento del sitio al cuál acudir. Si bien el propio Yotsuki frecuentaba el distrito, no solía ir a los locales que no eran de su interés. Tampoco es que desdeñase los negocios de baja categoría, pues bien es sabido que ha terminado en sitios de mala muerte a base de sobornos o trucos.

Se detienen en la calle indicada en el mapa, únicamente para buscar el local.

—Si te soy sincero no frecuento este sector, soy más de ir a los karaokes o las tiendas de la otra ala del distrito. Pero vamos, algún letrero debe haber cómo mínimo para diferenciarlo de alguna casa particular— se cruzó de brazos y resopló. —Tampoco es tan difícil— caminaría observando cada puesto, edificio o local en búsqueda de alguno de los clásicos rótulos de neón que solían colocarle a los negocios con el nombre La Cucaracha Famosa, con tal de presentarse cuanto antes.