Breve historia

En la era contemporánea, el País del Agua se ha mostrado como un actor político distante e independiente que por razones desconocidas de cara al público, no ha tenido la intención de integrarse a la geopolítica de Ōnindo de forma tan asidua como suelen hacer los grandes Feudos del oeste. Esto se debe no sólo a la separación física que existe entre la Isla y el Gran Archipiélago respecto a la tierra que conforma el Gran Continente —que de por sí les otorga una importante ventaja estratégica cuando se trata de eludir los males que azotan a sus lejanos vecinos y de mantener, además, el porvenir de los asuntos internos de Mizu no Kuni lejos del escrutinio público extranjero—. sino también al ocultismo que rodea a la familia Shimizu desde hace más de sesenta años. En la cúspide de poder, quien gobierna responde al nombre de Shimizu Umigarasu, Señor Feudal del País del Agua, Rey de los Mares, Cuervo de Mar, General de Todas las Olas y Líder Supremo de los Ejércitos de las Islas del Archipiélago.

Su ascenso al poder data del año 180, donde sucedió al trono después de que su hermano mayor falleciera aparentemente de causas naturales. Esta no es sino una vil mentira que fundamenta la toma de poder de Umigarasu —que pagó para que lo asesinaran—. y del modus operandi totalitario y criminal que aplica con mano férrea en sus tierras, donde cuatro grandes Mafias principales que trabajan a sueldo para el señor Feudal se encargan de aplicar la ley y de manejar los negocios, bandas que a su vez sirven de cobijo para muchos criminales que provienen del occidente y ninjas exiliados de las grandes Aldeas ninja. Así también, la recompensa a una inquebrantable lealtad se ha visto transformada en forma de parcelas de territorios que son controladas expresamente por los carteles a los cuáles han sido asignados. La banda de los Fugu, las Orcas Negras, la Brigada de los Leones Marinos y la Sombra del Tsunami se dividen el control de todo el Distrito Bajo y extienden sus influencias al resto de la Isla para garantizarle a su Lord un control total de sus súbditos y nobles menores, hecho que le permite cortar de raíz la contratación de ninjas extranjeros, para evitar fisgones y fugas de información. Esto no impide, no obstante, que el País del Agua sea un baluarte del comercio marítimo, siendo su Capital, Kasukami, el epicentro de cientos de flotas mercantes que van y vienen desde y hacia los distintos puertos principales de Ōnindo; y cuyas importaciones y exportaciones son hábilmente controladas por los que manejan el puerto.

A pesar del totalitarismo, Umigarasu es una figura venerada. Quizás por admiración. Tal vez por miedo. Pero nadie se atreve a cuestionar los cómo ni los por qué. Eso sí, las olas mueven rumores entre su espuma, y los testimonios de aquellos que tuvieron la suerte de sobrevivir al atentado del Torneo de los Dojos empiezan a cruzar el mar angosto. La no presencia de Umigarasu en la purga de feudales del 220 genera controversia, y de muros adentro, muchos murmuran la posibilidad de que el viejo decrépito estuviese al menos enterado del asunto. Después de todo, los causantes de aquella desgracia nacieron, irónicamente, en ese país.



Mitología

En construcción...



Ambientación

El Archipiélago del País del Agua está compuesto por un vasto complejo de islas, cayos e islotes que hacen vida sobre el mar levante de Ōnindo. Siendo su capital el Puerto Kasukami, es allí donde se concentra el comercio con una grandilocuente red de barcos mercantes, pescadores y exploradores. En el Distrito Alto, el Señor Feudal del País del Agua habita en un pomposo complejo palaciego, con tres edificios claramente identificables capaces de alojar a centenares de personas. Llena de cristaleras, de arquitectura moderna y que combina distintos colores claros con el negro, que a los ojos de un ciudadano común, es lo más cercano a un oasis. Lo alto de la ciudad cuenta con numerosos estanques y bosques artificiales, con enormes vitrinas que exhiben un catálogo impresionante de especies marinas. Fuentes decorativas con espectaculares patrones habitan las plazas principales, además de numerosos casinos, hoteles y restaurantes que están a la altura de la opulenta pretensión de aquellos que son capaces de acceder allí. Una enorme cascada custodiada por la guardia real separa el Distrito Alto del Distrito Bajo, en donde hacen vida los ciudadanos de a pie, y los asiduos al puerto.

Kasukami, no obstante, corresponde apenas a una pequeña porción de la enorme isla principal, cuyas enormes formaciones naturales crean a lo largo de su extensión hermosos valles y bosques cuyos límites más circundantes a las orillas suelen estar compuestos de pequeñas ciudades rurales y de pocos habitantes de distintas tribus que profesan una variedad de culturas muy interesante. En el también llamado Corazón del Archipiélago, se puede encontrar una grandiosa biodiversidad de flora y fauna curiosamente variada para tratarse de una isla. El clima es frío la mayor parte del año, aunque la temperatura desciende aún más a medida de que te adentras hacia las profundidades del valle donde una espesa bruma blanquecina se esparce como fiel recordatorio de hacia dónde te estás dirigiendo. En el centro de todo, donde una vez hubo vida, se encuentra la Antigua Aldea oculta de la Niebla, ahora sumergida en el fondo de un hermoso lago cristalino que ha creado, en lo profundo, un hermoso ecosistema de criaturas que cohabitan lamentablemente con las edificaciones corroídas de la antigua Kirigakure y de sus difuntos miembros.

También existen grandes arrecifes, cuevas y lagos donde uno puede encontrar desde tortugas marinas, iguanas, delfines, pelícanos, piqueros, fragatas, o hasta albatros y pingüinos, aunque estos últimos sólo habiten los alrededores de las Llanuras del Hielo. En las tardes se puede vislumbrar además a numerosas bandadas de cormoranes, que aprovechan la marea baja para abandonar sus nidos y salir a cazar. Este animal representa a la casa Real del País del Agua y existe un decreto que prohíbe terminantemente su caza.