Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Juro observó la valla medio abierta, mientras mas preguntas le invadían. La silla, la abertura... Le dio la extraña sensación de que escondía una historia rara, historia que tuvo ganas de saber. Pero debía cortarse, estaba en una misión muy seria en ese momento.
Nabi fue el primero que entró con pasó firme. Juro le siguió y Kazuma hizo lo propio poco después. Conforme más se acercaban, más y más grande se hacía la pintada que debían limpiar. No era una imagen muy alentadora...
— Preparaos para limpiar, yo me encargo de avisar.
Juro asintió. Kazuma afirmó algo similar, mientras comenzaba a recoger los utensilios. El chico se apresuró a ayudar a su compañero. Ponerse las mascarillas, preparar el cepillo...
"Espera. Recuerda que tú tienes que hacer algo antes"
— Perfecto, mientras lo sacas yo consigo el agua.
Arrastró el cubo hacia el jardín, rezó para que nadie estuviese cerca mirando y sacó su látigo. No hizo un espectaculo, ni gritó, ni exclamó. Solo quería conseguirlo rápidamente. El látigo se hincho y rebotó contra el suelo, dándole un satisfactorio chapuzón, que llenó el cubo por algo más de la mitad. Se había vuelto algo tan automático que ya no sentía emoción haciéndolo.
Una vez hecho, llevo el cubo hacia su compañero, con una sonrisa. Esperó que él hubiese acabado para coger sus cosas y ponerse a limpiar...
Mientras, Nabi no encontraría a nadie alrededor del jardín. Las cortinas de las ventanas impedían que él pudiese observar cualquier cosa a través de ello. Por tanto, la única manera de hablar con el propietario - si es que estaba en casa - era muy evidente.
Nabi llamó a la puerta. Pasaron unos segundos en silencio, hasta que él pudo escuchar unos pasos que recorrían lo que parecía ser el pasillo en dirección a la puerta. Un paso, otro paso, un paso, otro paso...
En poco tiempo, la puerta se abrió, revelando a un hombre de mediana edad. Este vestía un kimono tradicional verde, que conjuntaba con las paredes de su casa, al igual que sus ojos, verdes y brillantes. Tenía una gran calva, y algo de barba esparcida por su rostro. Una gran nariz, manos grandes, y por último, una enorme barriga.
Al verle, el hombre sonrió afablemente, a pesar de lo que el aspecto de cualquiera de los dos presentes pudiera provocar.
— Buenas tardes — dijo, el hombre, con su reluciente sonrisa. Después, alzó un poco la cabeza en dirección a la valla — Lamento lo de la valla, normalmente no suelo dejarla así, pero últimamente he tenido unos problemas... En fin, ¿Puedo ayudarte en algo?
Aunque se mantenían cerca, el hombre desde su posición no había parecido escuchar aún a Juro y a Kazuma. Aun así Nabi seguramente podría escucharlos a ellos y al hombro. Solo quedaba confiar en su trato social.
Kazuma miró con impresión a su compañero, luego de que este llenara medio cubeta con tan solo un movimiento de su látigo «Vale, eso de saber ninjutsu elemental puede ser bastante útil.» El joven de ojos grises siempre había considerado que las técnicas elementales eran para combatir a distancias y para hacer daño a gran escala, por lo que jamás imaginó que pudiera dársele un uso tan sutil a algo tan de carácter combativo.
—Eso estuvo genial, Juro. —Tenía que reconocer aquella utilidad.
Como si se prepara para un delicado ensayo químico, procedió a colocarse, firme y metódicamente, los guantes y mascarilla que él mismo había insistido en que usaran. Destapo la botella de limpiador y con precisión la vertió en el agua hasta que considero que la cantidad era la suficiente como para ser efectivo. Luego, removió el contenido hasta que hubo una buena cantidad de espuma.
—Toma esta esponja —se la se acercó al chico del látigo, luego de haberla empapado—, servirá para limpiar el vidrio de las ventanas.
En su camino hasta la puerta no alcanzó a ver ninguna señal de vida ni fuera ni dentro de la casa, las cortinas estaban echadas y el jardín totalmente desierto. Llegó hasta la puerta sin que nada le detuviese y chocó los nudillos contra la madera.
Apenas tuvo que esperar un instante para que la puerta se abriese y detrás de esta apareciera un señor de mediana edad sonriendo afablemente, lo cual perturbó levemente a Nabi.
— Buenas tardes.Lamento lo de la valla, normalmente no suelo dejarla así, pero últimamente he tenido unos problemas... En fin, ¿Puedo ayudarte en algo?
— Buenas tardes. Llamaba para informarle de que veníamos por la tarea de limpiar la pintada que le hicieron en la fachada, si además tiene algún tipo de información sobre el autor de la misma cuando acabemos de limpiar yo mismo o uno de mis compañeros vendrá a hablar con usted. ¿Alguna duda?
Se lo explicó de forma concisa y directa de una sentada con su expresión seria. Tras ello, se quedó parado donde estaba esperando la reacción del hombre por si tenía algo que decirle al respecto sobre lo que acababa de explicarle. En cuanto el señor le confirmara que no tenía problema con la limpieza de su fachada se daría media vuelta y ayudaría a su equipo a deshacerse de aquella molesta pintura que se extendía tanto por pared como por ventana.
Los dos trabajaron sorprendentemente bien teniendo en cuenta que Nabi no estaba con ellos. Juro llenó facilmente el cubo mientras Kazuma preparaba los utensilios. Incluso le felicitó por lo del cubo, aunque ya era la tercera vez que repetía el mismo procedimiento. Le respondió con una sonrisa.
—Toma esta esponja —nada más dejar el cubo, Kazuma le llenó la mano con una esponja empapada—, servirá para limpiar el vidrio de las ventanas.
— ¡Genial! — exclamó Juro, con una emoción movida quizás por la buena organización o por la idea de su compañero — Yo me encargo de ellas entonces.
Se colocó los guantes y la mascarilla , antes de que los vapores acabarán por ser perjudiciales para él, y después, agarrando la esponja, se dispuso a limpiar la ventana que estaba más sucia.
— Pareces muy experimentado con la limpieza... — comentó Juro. Kazuma era el que menos se había sentido incómodo con el hecho de limpiar, y el que había cogido las herramientas.
Cogió la esponja mojada y frotó el vidrio de la ventana, en movimientos circulares. Una y otra vez. Tenía que quedar perfecta....
Mientras Nabi mantenía su seriedad de siempre, el hombre mantenía su sonrisa ante la adversidad. Eran una pareja perfecta, hasta que Nabi abrió la boca.
— Buenas tardes. Llamaba para informarle de que veníamos por la tarea de limpiar la pintada que le hicieron en la fachada, si además tiene algún tipo de información sobre el autor de la misma cuando acabemos de limpiar yo mismo o uno de mis compañeros vendrá a hablar con usted. ¿Alguna duda?
— Por supuesto, les agradezco mucho que se tomen las molestias de limpiar mi pobre casa — el hombre incluso hizo una reverencia, en señal de agradecimiento — Mis ojos no vieron mucho, pero les daré toda la información que esté en mi mano. Tomaos el tiempo que queráis, estaré toda la tarde aquí.
Los ojos del hombro pasaron un momento de Nabi hacia el interior de su casa, como si hubiese escuchado algo. Después, volvió la vista hacia el genin nuevamente.
» De hecho, tengo ya una visita, pero no me importará recibiros a vosotros también ,sobretodo después de la ayuda que me estais dando. Si me disculpais, tengo que atenderla. Cualquier cosa que necesiteis solo debéis pedirmela.
A no ser que Nabi articulase alguna palabra más o hiciese más preguntas, el hombre haría una reverencia final y se despediría cerrando la puerta.
—Pareces muy experimentado con la limpieza... —Comentó Juro. Kazuma era el que menos se había sentido incómodo con el hecho de limpiar, y el que había cogido las herramientas.
Kazuma lo observo un tanto extrañado y luego dejó escapar una suave y discreta risa.
—Tuve que aprender… —aseguro mientras su vista se posaba de nuevo sobre la pared—. Cuando era un chico de la calle, había que buscar la manera de “ganarse” el pan. Algunos, en situación similar a la mía, optaban por robar, ya fuese en las tiendas o a sus iguales. Eso jamás se me dio muy bien —pensaba que el sentimiento de culpa resultaba peor que el de un estómago vacío—. Por eso, cada vez que se me presentaba la oportunidad, buscaba pequeños encargos limpiando y organizando las entradas de los locales descuidados… Que recuerdos... —aseguro suspirando.
Pese a lo difícil de aquel entonces, lo recordaba con cierto agrado. Claro, hubo ocasiones en que sus manos ampolladas por los cepillos y sus rodillas peladas por estar sobre la losa no le dejaban dormir. Pero al final resultaba un trabajo honesto y sencillo, que además le mantenía alejado de los callejones y de los posibles problemas que hubiese esperándolo en estos. También, si se presentaba la oportunidad, aprovechaba para lavar sus ropas y otras pertenecías. Lo mejor era cuando hacía un buen trabajo y entonces los dueños, sobre todos los ancianos, le regalaban algunos dulces o piezas de ropa que ya no usarán.
— Por supuesto, les agradezco mucho que se tomen las molestias de limpiar mi pobre casa. Mis ojos no vieron mucho, pero les daré toda la información que esté en mi mano. Tomaos el tiempo que queráis, estaré toda la tarde aquí.
» De hecho, tengo ya una visita, pero no me importará recibiros a vosotros también ,sobretodo después de la ayuda que me estais dando. Si me disculpais, tengo que atenderla. Cualquier cosa que necesiteis solo debéis pedirmela.
— Muchas gracias por su cooperación.
Acompañaría el agradecimiento con una breve reverencia y en cuanto éste cerrara la puerta, cogería su cepillo y su mascarilla; poniendose a limpiar con sus compañeros en el acto. Como Juro se había puesto con las ventanas, él prefirió limpiar la pared. Sobretodo porque no tenía ni idea de limpieza e igual se cargaba el cristal intentando quitarle la pintura.
Así que su cepillo y él, él y su cepillo, iban a estar limpiando la pared como si la vida les dependiera de ello, que como era una misión mandada por Shiori, igual sí le iba la vida en ello. De todas formas, lo mejor era centrarse en lo que tenía en ese momento entre manos, que era el verdadero objetivo, después ya habría tiempo para deducciones e investigaciones. Por algún motivo sentía que no iba a poder irse sin más al acabar esa fachada, con el interes que su equipo tenía en saber quien hizo qué. No le quedaría otra que acompañarles.
Mientras se afanaba en la limpieza de aquella vidriera en conjunto con el manejo del estropajo, escuchó como Kazuma parecía rememorar su más tierna infancia.
—Tuve que aprender...Cuando era un chico de la calle, había que buscar la manera de “ganarse” el pan. Algunos, en situación similar a la mía, optaban por robar, ya fuese en las tiendas o a sus iguales. Eso jamás se me dio muy bien. Por eso, cada vez que se me presentaba la oportunidad, buscaba pequeños encargos limpiando y organizando las entradas de los locales descuidados… Que recuerdos...
— Ya veo... — murmuró Juro, recordando el hecho de que hubiese tenido un pasado pobre — Si, te debe poner... nostálgico.
Si le gustaba en su momento hacer eso, pues que le iba a decir. Juro asintió con una sonrisa y siguió limpiando, como si ahí no hubiese pasado nada. Poco después llegaría Nabi, de una corta conversación con el dueño. Juro no había prestado mucha atención, pero en un intercambio de palabras tan corto, esperó que no hubiese insultado a este dueño también.
Cuando se giró para verle, ya estaba con la mascarilla y el cepillo en mano, a punto de seguir con la limpieza.
— ¿Todo bien? — preguntó, para asegurarse.
Para no oírle hablar siguió limpiando las cristaleras de fondo, con todo el cuidado del mundo, para no quebrarlos. Durante un breve momento, pudo ver la cortina tras la ventana moverse ligeramente, y su mirada se topó con otro par de ojos marrones que le reflejaron. Sin embargo, al instante había desaparecido tras la cortina. No pudo ver bien sus facciones, pero... ¿Había sido una mujer? Definitivamente había visto algo de pelo negro. ¿O era su imaginación?
— Parece que hay alguien observándonos... — murmuró, mientras limpiaba, con la inquietud de que otra mirada volviese a salir de la cortina.
Fue una conversación trivial y bastante corta, pero ahora el ambiente estaba bastante más relajado, y el limpiar ya no parecía tan cansado y aburrido. Juro y él se quedaron en silencio durante un rato, decididos a terminar con aquella casa y así darle pronto término a su primera misión.
Al poco rato, se percató de que el Uchiha había llegado para ponerse a trabajar. Aunque debía de tener más tiempo allí de pie, detrás de ellos, observandolos y escuchándolos, pues ya tenía la mascarilla y los implementos que iba a necesitar. Sin mediar palabras, se dirigió hacia la pared y comenzó a trabajar en la misma como si la vida se le fuese en ello.
—Parece que hay alguien observándonos... — murmuró, mientras limpiaba, con la inquietud de que otra mirada volviese a salir de la cortina.
—¿Quién? Y ¿Dónde? —El joven de ojos grises se detuvo un momento y observó con atención sus alrededores.
Su compañero parecía un poco turbado, pero en aquel patio no había mas nadie, solo ellos tres. En la calle la gente seguía su camino sin siquiera reparar en los muchachos que yacían frente a una pared a medio limpiar. En aquel momento no se podía imaginar quién gastaría su tiempo vigilandolos mientras se encargaban de un asunto de tan poca trascendencia.
El cielo despejado se reflejaba en los impolutos cristales que ya se encontraban más que relucientes tras la limpiada que recibieron por parte de los compañeros de equipo de Nabi. Mientras, el rubio se había dedicado a repasar de forma tan pulcra como le fue posible cargando a sus espaldas la disidia que se presentaba en su equipo ahora que ya se conocian más profundamente. Sabiendo cómo se comportaba cada uno a la hora de la verdad.
— Parece que hay alguien observándonos...
Murmuró por lo bajo el moreno sin dejar de limpiar, miraba a su ventana con expectación, como si esperara que ese alguien se volviera a asomar a través de la cortina.
—¿Quién? Y ¿Dónde? —
Su compañero peliblanco se volteó de forma bastante indiscreta para observar los alrededores con la esperanza de encontrar a aquella figura misteriosa que Juro había visto. Nabi, por su parte, prosiguió con la limpieza sin virar su cabeza a ninguna parte más que el instante en qué posó su mirada sobre el moreno.
— El propietario me comentó que tenía visita, a lo mejor alguien siente curiosidad por los ninjas.
Comentó con tono tajante, a pesar de que no era voluntario para él, pues sus ganas de terminar aquella estúpida tarea domestica venida a más le obligaba a punta de kunai a poner un tono aún más seco y severo que el suyo normal.
Kazuma fue el primero a reaccionar ante la "advertencia" de Juro. Como era lógico, no entendió nada de lo que el moreno dijo. A veces hablaba más para sí mismo que para los demás.
—¿Quién? Y ¿Dónde? —
— Por la ventana — explicó, algo turbado — Ha sido durante unos momentos, pero he visto a alguien asomándose.
Su compañero rubio, quien se había mantenido en silencio, dio su punto de vista también.
— El propietario me comentó que tenía visita, a lo mejor alguien siente curiosidad por los ninjas.
— Probablemente sea eso — le concedió, reteniendo la mirada un momento en él.
Juro decidió no continuar la conversación. Ni Kazuma parecía receptivo a sus murmullos ni Nabi con paciencia suficiente como para soportarlos. Volvió a la tarea de limpieza, aunque su mirada a veces se dividía entre la pared y la ventana, solo por si la persona que se hubiese asomado decidiese hacerlo otra vez. Sin embargo, no hubo más movimiento; quien quiera que fuese, había rectificado.
Los tres ninjas seguirán trabajando durante un buen rato, sin descanso, hasta lograr arreglar el desbarajuste que se había formado en esa pobre pared. El dibujo era igual o mayor que el de la casa anterior, pero con el esfuerzo combinado de los tres, pudieron acabarlo sin sobrepasar el tiempo normal.
Tras dar la última pincelada, el trabajo manual se terminó. Ya no quedaba ni gota de pintura en las fachadas de ninguna de las tres casas; el cubo estaba vacío, los cepillos secos, la pared húmeda y solo había una gran incógnita ahora presente entre ellos, incognita que aun traslucía dentro de las paredes de esa misma casa.
Al ver que sus compañeros le restaban interés al hecho de que los estuvieran observando, el Ishimura hizo lo mismo, aunque la idea de tener a alguien al pendiente de sus acciones no le hacía sentirse cómodo.
«Ya casi está listo.», pensó al ver como la evidencia de aquel dibujo se iba borrando.
El joven realizó un último esfuerzo, y con vigor se dedicó a limpiar la poca superficie sucia que restaba. Las esponjas chirriaban con su típico sonido, el agua jabonosa se escurría por las paredes y al balde de limpieza le faltaba poco para quedar completamente vacío.
—Al fin. —Dijo con una pequeña pero importante sensación de orgullo.
Eran tres las casas que habían sido vandalizadas y ahora, con esta última, pasaban a ser tres casas mas del monton, y que se encontraban libres de grafitis. Se quitó los guantes y la mascarilla, mientras que observaba como había quedado la pared. Se sacudió algunas gotas de sudor que comenzaban a correr por su frente y se centró en lo siguiente «también teníamos la opción de reunir información, pero solo si nos quedaba tiempo para ello.» La luz del sol comenzaba a sentirse cada vez más tenue.
—Nabi, Juro —llamo la atención de sus compañeros—, no estoy seguro de que hora es, pero el sol ya está un poco bajo ¿Creen que deberíamos tratar de conseguir algo de información o ir y confirmarle a la sensei que cumplimos con la misión?
14/09/2016, 12:58 (Última modificación: 14/09/2016, 13:01 por Inuzuka Nabi.)
Cuando un shinobi se alerta, suele ser porque ha previsto una amenaza a raiz de algún movimiento sospechoso o ha sentido alguna mirada turbulenta. Así que cuando Juro soltó que se habia alertado por el hecho de que alguien se asomara a verles, estando ellos limpiando y hablando, es decir, montando un ligero alboroto, en la fachada misma de la casa... Nabi no pudo hacer más que soltar un leve suspiro y seguir limpiando.
El moreno pareció percibir el ambiente y aparcó el tema tan rápido como pudo, volviendo al tenso silencio. Sin embargo, en el aire se notaba ya que estaban llegando al final y que aquella experiencia a la que habían llamado misión, porque tareas domesticas para estudiantes recien graduados era demasiado largo, se encontraba a las puertas de ser una misión completada.
Con cada refrote del cepillo y cada pequeño levantamiento de cabeza para coger aire y seguir con su tarea, les acercaba más a su meta. Hasta que finalmente, habían acabado. Nabi y Juro fueron los primeros en soltar sus cepillos, mientras Kazuma le daba un escarmiento a la última traza de pintura. El rubio se quitó todo el equipamiento de limpieza y lo dejó en el cubo, ahora totalmente vacio de liquido.
Se quedó unos segundos contemplando la pared, aunque en realidad su hilo de pensamiento estaba centrado en otro tema. Pensaba en lo agotador que se le había hecho aquella actividad, y en que, si aquello le cansaba así, ¿cómo podía siquiera pensar en llevar a cabo una misión de verdad? Estaba claro como el agua clara que aún no estaba preparado. Y eso le daba rabia.
—Nabi, Juro, no estoy seguro de que hora es, pero el sol ya está un poco bajo ¿Creen que deberíamos tratar de conseguir algo de información o ir y confirmarle a la sensei que cumplimos con la misión?
— Ya le comenté al propietario de este inmueble que al acabar uno de nosotros se pasaría a hablar con él. Tampoco tengo problema en preguntar a tanta gente como querais, ya no tenemos ningún tipo de restricción, pero antes seria conveniente saber qué hora es.
Inquirió el Uchiha cruzandose de brazos.
Llegados a este punto, de locura, porque no tiene otro nombre xD Como Daruu ha quitado las restricciones de páginas si quereis estiramos esto un par de meses más, es decir, una o dos páginas. Pero vamos, que tenemos tramas pendientes desde el año 200.
Dicho esto, y aprovechando este OFF, hay que decidir si nos cunde de verdad un tema para los elementos o lo dejamos como que ha pasado y ya está, o en un unific o algo. Porque ya los saltos temporales son too much stronk.
A ver, sinceramente, yo no quiero estirar esto como un peso muerto sin sentido . Mi objetivo inicial no fue alargarlo, ni ahora ralentizarlo. Es y ya está, y va a seguir siendo la misma idea que tuve de inicio. Así que bueno, es vuestra decisión. Digamos que la misión principal estrictamente necesaria ya esta, pero aún queda historia. El tiempo sigue siendo el que os habéis ganado, así que lo dicho, dar la vuelta o seguir, cosa vuestra, el master no decide en estos casos xD.
Por otra parte, entiendo que sería complicado lo de la trama elemental . A ver, a mi me gustaría hacerla y ambientarla en verano como dijimos, porques le daría más riqueza a nuestro rol. Pero si no lo veis, lo dejamos y ya esta.
Después de todo un esfuerzo titánico, y varias horas de sufrimiento continuo, Kazuma dio el broche final al trabajo y dejó la casa perfectamente limpia. Este realizó una pequeña muestra de su entusiasmo. Juro también lo mostró, aunque de una manera mucho más obvia.
— ¡Lo hicimos! — A pesar de ser un trabajo tan tonto como el de la limpieza, solo el sufrimiento que les había causado le daban razón más que suficiente como para saltar de alegría.
Juro se deshizo del material de limpieza con aplomo. Estaba harto de la mascarilla, los guantes, y todas las cosas que le siguieron. No compartía para nada el gusto de Kazuma por hacer esas cosas; simplemente no estaba acostumbrado a limpiar lo de los demás. Imitó a Nabi y las depositó en el cubo vacío, al igual que apoyó el cepillo en la pared. Se limpió las manos, restregandolas mutuamente con rápidos movimientos.
Kazuma se levantó tras dejar limpia la fachada, y se dirigió a ambos:
—Nabi, Juro, no estoy seguro de que hora es, pero el sol ya está un poco bajo ¿Creen que deberíamos tratar de conseguir algo de información o ir y confirmarle a la sensei que cumplimos con la misión?
— Ya le comenté al propietario de este inmueble que al acabar uno de nosotros se pasaría a hablar con él. Tampoco tengo problema en preguntar a tanta gente como querais, ya no tenemos ningún tipo de restricción, pero antes seria conveniente saber qué hora es.
"Un poco tarde ya para eso, ¿no?"
Trató de no dejar en claro sus pensamientos. Lo cierto era que en la primera casa habían salido por piernas, y que en la segunda lo habían hecho mal. Volver a alguna de ellas era una idea que no le agradó mucho al moreno.
— Deberiamos empezar por esta casa ya que has avisado al dueño, al menos por cortesía.— Por una casa que les trataba bien, no iban a quedar mal ellos—. Aparte, el que vaya podría aprovechar para mirar la hora. Y en base a eso decidimos.
Antes de continuar con el plan, su mirada volvió a pasar por los cepillos que reposaban en la pared.
— También tendremos que dejar eso en su sitio en algún momento. Podemos ir cuando ya falte poco para terminar el tiempo, aunque habrá que arrastralas mientras tanto — aclaró, señalando las herramientas que ahora reposaban sobre la pared de la casa, simplemente para que sus compañeros no las ignoraran.
No se atrevió a designar a una persona como encargado. Después de todo, no era el líder del equipo — aunque prefería serlo antes de que Nabi se pusiese mandón — y tampoco era quien para mandar. Así que alternó miradas entre sus compañeros, esperando una reacción.
Veamos los veo indecisos y con pocas ganas de tomar decisiones, asi que pondre un poco de orden;
Miren la trama ya está, y, si nos vamos tirar un año con ella, quiero que termine bien. Por Qué les juro que, como vuelvan a dejarme en otra trama recortada y con final abierto como la de "Un remolino muy arremolinado" y de los mismos creadores "Con estos Uchihas nunca se sabe" tiro mi bandana por el inodoro y los mató a los dos.
En este orden de ideas; Juro, Tienes la responsabilidad, intransferible, de aclarar qué pasa con la señora de los lentes y con aquello de una flecha negra y un lugar oscuro, y los mensajes ocultos en los grafitis.
Lo de la trama, salto temporal, no se que hacer para poner orden, etc: Aquí es donde el nuevo limitless de páginas por trama nos hace la vida más fácil; Mi idea es hacer una trama cíclica de carácter cronológico y referencial —¿Con que se como eso?—. Se llamará el diarios de Shiori(furia, creo), o algo asi, pero mas col. La idea es contar lo que hacemos narrado desde la perspectiva de la sensei (el que está masterizando se encargará de eso) Podemos poner una entrada en x fecha del mes tal, de la estación tal, de año tal, luego del torneo. Nos tome 2 o 10 páginas, será una parte del diario. Luego, hacemos otra entrada distinta, un tiempo después, y esa sería la siguiente vez que que nos encontremos con la sensei. Así sucesivamente.
Punto malo 1; No sirve para hacer misiones.
Punto malo 2; Como cualquier trama, depende de nuestra disponibilidad y dedicación al Rush.
Punto bueno 1; Como no hay limite de paginas, podemos hacer "subtramas" (entradas del diario) indefinidamente hasta que nos pongamos al día.
Punto bueno 2; Que sean narraciones hechas por Shiori nos da muchas más posibilidades a la hora de interactuar con el personaje en sí.
Punto bueno 3; Podemos manipular el espacio de tiempo en se dan las entradas de manera que podemos poner las subtramas en el orden que más nos convengan. La idea es que ella abre el diario en una página al azar y rememora lo sucedido en aquel periodo, por lo que no tiene que tener un orden cronológico muy estricto.
Post Data: El T-3C-R (Trama Cíclica de Carácter Cronológico y Referencial) Es un método patentado y está protegido por los derechos de autor y otras regulaciones del "estado" de internet que salvaguardan la propiedad intelectual.
—Ya le comenté al propietario de este inmueble que al acabar uno de nosotros se pasaría a hablar con él. Tampoco tengo problema en preguntar a tanta gente como queráis, ya no tenemos ningún tipo de restricción, pero antes sería conveniente saber qué hora es.
El joven de piel morena se sintió satisfecho; Puede que Nabi se comportara como si viviera levantándose con el pie izquierdo, pero al menos sabía hacer la parte que le correspondía.
—Deberíamos empezar por esta casa ya que has avisado al dueño, al menos por cortesía. —Por una casa que les trataba bien, no iban a quedar mal ellos—. Aparte, el que vaya podría aprovechar para mirar la hora. Y en base a eso decidimos.
—Ya que estamos aquí, creo que no perderíamos nada con pedirle información al dueño —se estiró, y mientras se quitaba los guantes se dirigió a sus compañeros—. A su manera, Nabi nos sacó del atasco en la primera casa, y yo trate con la agradable anciana de la segunda… Creo que es tu turno de tratar cara a cara con los civiles, Juro.
»Digo, fuera yo, pero… Este sitio es lúgubre y raro, parece la típica casa de los psicópatas en la obras de teatro. —Aseguro a modo de broma, aunque su comparación era bastante acertada.
Comenzó a colocar las cosas dentro de la cubeta, mientras esperaba la afirmativa o la negativa del Eikyu… O algún comentario corto y mordaz por parte del Uchiha. «Creo que aun tenemos tiempo. Además, podemos llevar y entregar las cosas de limpieza luego de que informemos sobre el cumplimiento de la misión.»
17/09/2016, 14:50 (Última modificación: 17/09/2016, 14:52 por Inuzuka Nabi.)
Lo primero que hizo al liberarse de todos sus bartulos fue estirar los brazos al cielo, provocando el crujido de todos sus huesos. El objetivo principal de la misión estaba completo. Esas palabras resonaban en su cabeza como una sonata de tranquilidad y relajación, la primera vez que se pararon para hablar con la mujer loca, tuvo sus dudas de si conseguirian acabar a tiempo, y cuando sus compañeros quisieron pararse en la primera casa a tomar el té... fue terrible. Por suerte, bueno, más bien por su intervención, consiguieron acabarla.
—Deberíamos empezar por esta casa ya que has avisado al dueño, al menos por cortesía. Aparte, el que vaya podría aprovechar para mirar la hora. Y en base a eso decidimos.
A pesar de que había insistido fervientemente en no detenerse a preguntar antes de que hubieran cumplido con el objetivo principal, ahora parecía que disponian de algún tiempo antes de llegar a la hora limite y, la verdad, afianzar el objetivo secundario tanto como fuera posible sonaba muy tentador. Para que su próxima misión no fuera otra rango D, de Domestico. Mejor una rica misión C, de Carniceria.
Se cruzó de brazos aunque con un aura más relajada que de costumbre antes de contestar.
— Por mi, mientras no nos pasemos de la hora límite, podemos ir a preguntar tanto como querais. Pero habrá que turnarse para cargar con las herramientas.
—Ya que estamos aquí, creo que no perderíamos nada con pedirle información al dueño. A su manera, Nabi nos sacó del atasco en la primera casa, y yo trate con la agradable anciana de la segunda… Creo que es tu turno de tratar cara a cara con los civiles, Juro.
»Digo, fuera yo, pero… Este sitio es lúgubre y raro, parece la típica casa de los psicópatas en la obras de teatro.
Él no quería hablar con nadie sobre aquello, sí que quería completar tanto como fuera posible aquel objetivo secundario y quedar bien ante Shiona-sama, pero si podía evitar ser él mismo el que tuviera que buscar información, lo evitaría. Incluso si para ello tenía que coincidir con Kazuma.
— Coincido con Kazuma-san.
Ahora ambos miraban al Eikyu esperando su reacción y su respuesta ante las insinuaciones de sus compañeros. No creía que Juro fuera a contestarles, él era más de seguir la corriente que menos discusiones pudiera generar. El bueno de Juro. Que mal le iba a ir en el mundo shinobi si seguía así.